Los golpes no son suficientes hasta que llega el amor propio imagen

Comenzó con insultos y terminó internada en un hospital. Conoce la historia de Liliana.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Liliana Ortiz es una mujer que decidió contar su historia tiempo después de haber estado gravemente internada en un hospital, a causa del abuso físico y psicológico por parte de su esposo.

Siempre estuvo el abuso

Liliana, desde el inicio, tuvo ciertos problemas con su novio. Hubo insultos y expresiones que la lastimaron; sin embargo, esas “pequeñas ofensas” no eran suficiente motivo para dejarlo.

A pesar de la tóxica relación que tenían, jamás tomó en cuenta los consejos que las personas cercanas a ella le daban. Su propia madre le pidió muchas veces que lo dejara, ya que desde el inicio de su relación, el violento final estaba claro.

La espera que deja secuelas

Un sábado de mayo, Liliana decidió limpiar el patio desde muy temprano, ya que ese día sería el bautizo de Keyla, su bebé de 11 meses. Su esposo dormía porque había llegado a casa a las 3:30 de la mañana, en estado de ebriedad, como acostumbraba.

En el patio había una mesa muy pesada. Liliana intentó moverla para limpiar debajo, pero no pudo. Un vecino iba pasando frente a su casa y al ver que ella estaba tratando de levantarla y no podía, le ofreció ayuda. Ella aceptó y le agradeció.

La ayuda no había durado ni dos minutos, pero justo en ese momento Liliana volteó y notó que su esposo estaba parado en la puerta de la casa, viéndola fríamente. En ese instante, ella temblaba del miedo porque no sabía qué le esperaba.

Nunca me había golpeado, pero solía humillarme; me decía cosas muy hirientes sobre mi físico o si la comida no era lo que esperaba, me gritaba groserías horribles”, comenta Liliana.

Su esposo le exigió que entrara a la casa. Ella, rápidamente, le respondió con otra pregunta: “¿Quieres algo de desayunar? Pero él le gritó que entrara. Así lo hizo.

Al entrar, su esposo la agarró del cabello y la arrojó al piso mientras le gritaba: “En mi cara estás con tu amante”, y Liliana le negó lo que decía; sin embargo, el hombre no le creyó, tomó a Keyla para llevársela y le dijo que jamás volvería a ver a su hija.

Liliana le gritaba constantemente que no le hiciera nada a Keyla, pero sus gritos desesperados se vieron interrumpidos por varias patadas en su rostro. Después, tomó la cabeza de Liliana y la golpeó contra una mesa de vidrio.

Su esposo la dejó tirada en el suelo, desangrándose, mientras entró en el dormitorio con su hija en brazos. Liliana gritaba para evitar alguna desgracia y para que alguien la escuchara. Lamentablemente, nadie lo hizo.

Al estar sola, logró tomar el teléfono de la casa y llamar a Gabriela López, su madre. Con dolor y angustia le trató de explicar lo que estaba pasando. Su madre llamó a la policía e inmediatamente fue a la casa de su hija para ayudarla.

Tanto la policía como la madre entraron al sitio donde ocurría la tragedia. Gabriela abrazó a su hija, mientras que los encargados de seguridad forzaron la puerta del dormitorio donde se encontraba el esposo con su hija. Al entrar, la impactante imagen destrozó las esperanzas de salvarla.

Liliana entró junto a su madre al dormitorio, donde encontraron a Keyla, boca abajo, en la cama. Su propio padre la había asesinado, asfixiándola con una almohada.

Después de esta tragedia, Liliana valoró el concepto “vete a la primera” y cuando tiene la oportunidad de motivar a otras personas que pasan por esta misma situación, lo hace, haciendo énfasis en que no deben esperar a que el daño aumente hasta el punto de perder la paz, pero también la vida de otro ser querido. 

Fuente: Liliana Ortiz.

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte