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Era el 25 de octubre 2015, los guatemaltecos se volcaron con gran ilusión a las urnas de votación. La decisión era trascendental, elegir al nuevo Presidente del país entre dos personas que iniciarían una nueva era en el Gobierno.

Sandra Torres, de la UNE, era la primera mujer en pasar a segunda vuelta en las elecciones. Se enfrentaba a la sorpresa del proceso, Jimmy Morales, el actor de comedia que aspiraba a llegar al cargo más alto en Guatemala.

Ambos habían vencido a uno de los personajes más criticados de ese año, Manuel Baldizón, quien era en teoría el próximo ganador.

La exprimera dama no era bien vista por los ciudadanos, por lo que según el reporte oficial establecido en el Acuerdo 455-2015, el partido FCN-Nación obtuvo 2 millones 751 mil 58 votos. Esto equivalía al 67.44 por ciento del total de votos válidos emitidos, los cuales iban en apoyo a Morales.

Considerado por muchos en aquel entonces como el “Presidente del cambio”, Jimmy Morales era la esperanza para reparar el momento crítico que pasaba el Estado. Meses antes el mandatario Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti fueron encarcelados.




El amor fue corto

El 14 de enero de 2016, Jimmy Morales fue juramentado como el nuevo Presidente de Guatemala. Ese era un momento esperado por muchos para continuar con la lucha contra la corrupción iniciada por la entonces Fiscal General, Thelma Aldana e Iván Velásquez, jefe de la CICIG.

Lamentablemente, para los millones de simpatizantes de Morales, no pasó ni un año para que iniciaran las críticas hacia su trabajo. Señalamientos que se intensificaron por la supuesta participación de su hijo José Manuel Morales y de su hermano, Samuel Everardo Morales en el caso Botín Registro de la Propiedad.

Desde ese momento, el mandatario ha realizado acciones incomprendidas por algunos sectores del país. La declaratoria de non grato a Iván Velásquez, la elección de María Consuelo Porras como Fiscal General del MP, el traslado de la embajada guatemalteca de Tel Aviv a Jerusalén y la decisión de no renovar el mandato de la CICIG, entre otras.

Además, los ciudadanos ya no aguantan más declaraciones del Presidente, de las cuales siempre hay críticas en su contra. En cada evento o conferencia de prensa, el mandatario ha hecho comentarios de los cuales se avergüenzan muchos.




Algunos de sus comentarios:

“Si alguien está haciendo actos de corrupción, que se persiga el delito, pero que no se persiga a las personas, porque la justicia es para perseguir a los delitos, pero no a las personas”.

“Nosotros hemos detenido a más de 90, cerca de 100 personas completamente ligadas con temas terroristas con ISIS”.

“Guatemala es el único país que persigue aviones de cocaína con camiones y, lo más chilero, es que los atrapa”.

“Había una silla de estas allá en el comedor de nuestra casa y me dice: ‘Mirá, Jimmy’, porque Jimmy me dice, no me respeta… Cómo no, si ella es la autoridad de la casa, entonces hay que ponerse firmes”.

Ahora, tres años después de las votaciones de 2015, la pregunta que muchos se hacen es ¿por qué voté por Jimmy Morales? Una respuesta que solo encontrarán reflexionando y con la cual deberán empezar ya a planear sus votos en las próximas elecciones.




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