Sufren acoso y guardan silencio imagen

Son muchas las que cuentan que soportaron acoso dentro de las universidades, pero pocas han denunciado públicamente.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Oculta su nombre por miedo a represalias, Sara ha decidido contar uno de los episodios de su vida “más dolorosos”, como ella describe. Se graduó de doctora en una universidad privada del país hace 2 años. “Desde pequeña me gustó la medicina y mi papá también quería que yo fuera médica”, cuenta.

Cursaba el tercer año de estudios y entre uno de sus catedráticos se encontraba “Henry” (nombre ficticio). “Al principio era buena onda, explicaba bien, nos ayudaba y para mí era uno de los mejores licenciados que impartía clases”, narra.

Para los primeros parciales, Sara notó que sus notas no eran lo que esperaba. “Lo que más me preocupaba es que solo era en la materia de ese catedrático. Decidí acercarme para pedirle ayuda con trabajos extras y accedió”.

“Al principio todo era normal, pero poco a poco a la hora de la clase me enviaba mensajes diciéndome que me miraba bonita o que lo ponía nervioso. Le conté a mis amigas y me dijeron que le pusiera un alto”, relata.

Habló con el licenciado acerca de los mensajes, pero esos actos no pararon. “En el salón de clase me miraba raro, siempre buscaba acercarse a mí, me pasaba al frente y después que le hablé, mis notas bajaron”.

“Estaba a punto de perder la clase, entonces le pregunté qué podía hacer y me dijo que si no aceptaba salir con él perdería. Me negué, pero sus acosos seguían, me mandaba mensajes y perseguía. Cuando le dije que iba ir a poner una queja al decano, me amenazó”, cuenta.

Por miedo, como Sara cuenta, nunca puso una denuncia ni se quejó. “No lo hice porque uno no tiene apoyo, obviamente le iban a creer más al otro que a mí. Decidí perder la clase y asignármela después”.

En julio de 2019 se publicó el Estudio Exploratorio de Acoso Sexual en la USAC, elaborado por la Asociación de Estudiantes Universitarios, Oliverio Castañeda de León. Durante 4 meses de investigación, se documentaron 787 casos de acoso sexual en el campus universitario. De ellos, el 30 por ciento fue por parte de los docentes.

OTROS CASOS

El medio de comunicación Ocote publicó el caso de varias mujeres que señalaron al decano de Ciencias Sociales de la Universidad del Valle de Guatemala, Andrés Álvarez Castañeda por agresiones sexuales, abusos psicológicos y violación, que ocurrieron en 2001.

Una de las víctimas presentó una denuncia a la Universidad del Valle por medio de una carta al Comité de Ética de la institución.

Ocote trató de entrevistar a Andrés Álvarez Castañeda y a través de correo electrónico respondió: “No he actuado fuera de los parámetros éticos y profesionales que exige mi profesión, por lo que cualquier información que se publique sobre mi persona será cuidadosamente revisada por mis abogados con el objeto de proceder conforme lo establece la ley en caso algún delito se cometa en mi contra que pueda provocar daños a mi honor, dignidad, credibilidad, o que pueda constituir la falsa imputación de un delito”.

En la publicación también se cita que Roberto Moreno Godoy, rector de la Universidad del Valle,  tiene conocimiento del tema y estará investigando. “Un relato de circunstancias acontecidas años atrás y que parecieran relacionarse con lo que usted expone”. “Los protocolos internos de la universidad para atender dicho tema con la seriedad que requiere, de conformidad con nuestros procedimientos, que por supuesto requieren el máximo respeto a los derechos de todos los involucrados”.

“Como parte del proceso hemos contemplado verificar la existencia o no de los posibles reclamos anteriores. Al estar en la fase inicial de atención a dicha comunicación, seguro comprenderá que por ahora no podríamos facilitar más información respecto al tema”.

Denuncias

En ese mismo estudio se evidenció que el 50.6 por ciento respondió no haber tenido intención de denunciar lo ocurrido, pero el 49.4 por ciento contestó haber tenido intención de denunciar su incidente.

Según el texto, uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las víctimas de acoso sexual a la hora de reportar o denunciar radica en la inexistencia de un marco integral que las proteja y adecuados mecanismos de prevención, atención y sanción del acoso.

Al consultar al Ministerio Público (MP) sobre las denuncias por este tipo de acoso, nos refirieron a la Unidad de Acceso a la Información Pública y al cierre de la nota no respondieron. 

¿Han funcionado las denuncias?

El 93 por ciento afirmó que denunció y no funcionó, solamente el 7 por ciento dijo que su denuncia había funcionado. Las instituciones a las que más han acudido las víctimas a denunciar son: mecanismos formales de la universidad (rectoría, policía universitaria), mecanismos formales de la Unidad Académica (docentes, decanos, coordinadores, entre otros) seguido por el MP y la policía.

Por qué no se denuncia

“Una de las principales razones es el miedo, porque normalmente aparte del abuso o acoso también son víctimas de amenazas contra su vida o contra la de su familia”, opina Andrea López, psicóloga.

Para Sara fue el “miedo a que no me creyeran o que se hicieran los locos y no hicieran nada”. Sin embargo, las razones por las que varios delitos no se denuncian varían según las condiciones de cada uno, estas pueden ir desde la falta de conocimiento de cómo hacerlo o porque algún ser querido le aconsejó no realizarlo. 

“Otro factor es que los procedimientos legales son largos y la gente piensa: “Si yo denuncio que hoy me violaron probablemente ese caso llegue a juicio en cinco años”, finaliza López.

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