Las secuelas del COVID-19, un peligro que sigue bajo investigación imagen

El coordinador de la clínica de pacientes recuperados de COVID-19 del Hospital Roosevelt enumeró diversas secuelas presentes en pacientes que han resultado contagiados y han sobrevivido a la enfermedad. Desde dolor de cabeza y tos crónica, hasta una singular pérdida de cabello son parte de los efectos del coronavirus encontrados por este equipo médico.

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La batalla contra el COVID-19 no finaliza al salir negativo en las pruebas PCR o antígenos tras resultar contagiado. Tampoco al poder recobrar el olfato, gusto o la capacidad de respirar normalmente. Las secuelas que deja el virus han preocupado a las autoridades de salud en todo el mundo y han sido objeto de estudio durante toda la pandemia.

Este lunes, el coordinador de la clínica de pacientes recuperados de COVID-19 del Hospital Roosevelt, Rodolfo Pinzón, informó en conferencia de prensa del gabinete de Gobierno sobre los diferentes efectos del coronavirus que han encontrado sobre aquellas personas que logran superar la enfermedad. Desde junio de 2020, hasta 320 personas han obtenido la atención de la clínica para tratar los efectos.

“Empezamos a ver que es necesario dar continuidad al proceso de infección de los pacientes. Así fue como vimos necesario crear una clínica para sobrevivientes de COVID-19. Iniciamos con dos personas y se fueron integrando más personal médico al equipo” explicó Pinzón.

Foto: MSPAS

“Si vemos el proceso del coronavirus, hay más de 100 mil artículos, pero de recuperación hay muy poco. Nosotros comenzamos a ver las secuelas del COVID-19 después de sufrir la enfermedad. Hicimos un modelo integral para la atención de pacientes con VIH y lo replicamos con los del coronavirus. Les hacemos una evaluación clínica, documentamos las afecciones más frecuentes” mencionó Pinzón.

Sin embargo, durante la observación de los efectos, Pinzón asegura que encontró nuevas secuelas de las que no había información. “Veíamos fatiga, cansancio o tos crónica. Pero, empezamos a documentar aspectos que no se estaban mencionando como caída de pelo. Hay personas que tenían manifestaciones neurocognitivas o falta de atención y concentración” aseguró el médico.

Foto: Instituto Tomás Pascual Sanz

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) también han enumerado diversos efectos que deja el COVID-19 en el cuerpo. Dolor en el pecho, en la cabeza y muscular, problemas para dormir, diarrea, mareos y vértigo al ponerse de pie, cambios en el estado de ánimo y alteraciones del gusto o el olfato son algunos de las secuelas enumeradas por esta institución. Sin embargo, se conoce que son más de 50 tipos de efectos a largo plazo que una persona puede llegar a padecer.

El corazón es uno de los grandes afectados junto a los pulmones al padecer la enfermedad. Además de no poder recobrar la fuerza para respirar, diversos pacientes han manifestado latidos cardíacos irregulares, así como una reducción en su energía durante más de cuatro meses tras haber sido contagiados. Entre los pacientes con cuadros severos, se hacen presentes síntomas de arritmias y miocarditis que siguen bajo estudios para conocer su alcance.

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