Por Andrea Moll
Tristemente y tras casi 2 años de que el mundo se viera afectado por la pandemia, Guatemala es reconocida a nivel centroamericano por ser el país con más muertes y contagios por COVID-19. Desde el comienzo de todo este caos, hubo personas que a pesar de todo se vieron obligados a seguir con sus labores y otros incluso lo decidieron de forma voluntaria, con el único propósito de ayudar a Guatemala y a sus habitantes. Doctores, enfermeras y todo el personal médico que no ha parado de trabajar por salvar y proteger a todos los guatemaltecos infectados, esto incluso, por encima de su propio bien.
El personal médico de Guatemala que trabajó para los centros en donde se trataba a pacientes con coronavirus, se jugaron y siguen jugando su vida por nosotros. A todos esos doctores que han acompañado a sus pacientes incluso dentro de la habitación, que han tenido que alejarse de sus familias con tal de protegerlas. A esos enfermeros que han atendido y cuidado a los pacientes asustados, que no han podido abrazar a sus familiares por miedo a contagiarlos. A todo ese personal que estuvo y está en las instalaciones donde el virus está presente, Guatemala les dice gracias. Honramos y agradecemos el esfuerzo, la valentía por tomar el riesgo, la dedicación y vocación.
En un país donde la salud de los ciudadanos siempre se ha visto en riesgo, donde doctores y enfermeras han tenido que idear cómo protegerse pues en varias ocasiones no se les proporciona el equipo necesario, donde han trabajado por meses y no han recibido un sueldo. Un país que ha permitido que pacientes graves duerman en el suelo, por falta de equipo hospitalario, donde pacientes mueren por falta de medicamentos, donde se debe luchar con la vida por la vida, solo nos queda admirar a aquellos que lucha con su vida por la vida de los demás. La única manera de verdaderamente darles el reconocimiento que se merecen y agradecerles, es trabajando en conjunto para que día con día, combatamos el COVID-19 en nuestro país. Significa cuidarnos y cuidar a los demás, obedecer a las medidas sanitarias y restricciones, y cumplir con la vacunación de toda la población. Por casi 2 años, la responsabilidad ha caído en doctores y enfermeras, pero es tiempo de colaborar, de poner de nuestra parte para cuidar de ellos como ellos cuidan de todos.