La migración, un fenómeno social que también afecta a la niñez y adolescencia imagen

El desplazamiento forzado de población hacia otros países, incluso, dentro de Guatemala, es un problema que recién se comienza a visibilizar.

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La organización internacional Cristosal, en conjunto con la asociación civil Pop No’j, presentaron el informe “Niñez sin tregua: desplazamiento forzado en el norte de Centroamérica”. Este incluye una recopilación de estadísticas sobre migración infantil y adolescente de enero de 2017 a julio de 2018. La investigación se presentó de forma simultánea en Honduras y El Salvador.

En el evento participaron representantes de organizaciones de la sociedad civil que se han dedicado a atender migrantes y, que recientemente, respondieron a las distintas caravanas de migrantes provenientes de países centroamericanos.

El objetivo de la presentación es comenzar a hacer de la migración y el desplazamiento un tema de conversación nacional para incidir en políticas públicas, que ayuden a reducir estos fenómenos y atender las necesidades de los migrantes.

Conoce el informe aquí

En lo que va del 2018, más de 3 mil 534 niños y adolescentes han migrado y retornado a Guatemala, según la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia. Los departamentos con mayor niñez y adolescencia migrante son San Marcos, Huehuetenango, Quiché y Quetzaltenango.



Presentación del informe

Las dos grandes causas de desplazamiento son la exclusión social y la falta de aplicación de la ley, según el informe. Otros factores, como la violencia, extorsiones, narcotráfico, preferencia sexual, matrimonio forzado, abuso sexual, reunificación familiar, empleo y megaproyectos de infraestructura también motivan a desplazarse.

“La migración se ha utilizado como un mecanismo de contención social, ya que como venían las remesas, el Gobierno se evitó la conflictividad en varias comunidades”, comentó Luis Mario Martínez, investigador de Mercy Corps. Para Juan José Hurtado, director ejecutivo de la Asociación Po No’j, la migración es una “expresión del fracaso del sistema”. “Cambiar las cosas es bastante complejo. Lo importante es no desmayar”, agregó.

Un panorama complicado de solucionar

Evitar que las personas busquen una mejor oportunidad y calidad de vida es casi imposible en un país como Guatemala, considerado uno de los países más violentos de la región. De enero a julio de 2018, ocurrieron 6 mil 632 homicidios, según datos de la Policía Nacional Civil.

El acceso a la justicia y el cumplimiento de derechos básicos de la población influyen grandemente en la decisión de migrar. “Mientras haya una certeza jurídica habrá una sanción y eso tendría como consecuencia, la reducción de la migración”, comentó Carol Girón, directora de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos en Guatemala.

Para Girón, también es necesario fortalecer el sistema de protección a migrantes y dar soluciones a corto plazo. “Un primer paso es fortalecer el sistema de asilo al país. Es un sistema inoperante, lento y carece de respuesta”, agregó.



Gráfico: Informe


Gráfico: Informe

Además, otras soluciones incluyen la regularización o visas humanitarias para responder al flujo de personas, así como un plan de integración local y reinserción de las personas que se queden. “El retorno y la reintegración es importante. Los retornados no forzados vuelven con capital y no encuentran modelos de desarrollo en sus comunidades, se les acaba la plata y tienen que volver a migrar”, comentó Martínez.

Eduardo Woltke, de la Procuraduría de los Derechos Humanos, opinó que además de la parte jurídica, es importante un desarrollo social promovido por el Gobierno y sus instituciones. “Se necesita una política clara orientada a los que viven aquí para que desplazarse no sea una opción más”, comentó.

¿Y el Estado?

Los entrevistados opinan que el involucramiento del Estado es fundamental para atender a los migrantes. “Tenemos que hacer que el Estado asuma su responsabilidad, no es la sociedad civil la que debe de resolver estas cosas”, comentó Hurtado, quien reconoce que en el contexto de la Caravana Migrante de Honduras, la iglesia católica jugó un papel importante para responder a la emergencia.

“Respondimos ante la ausencia de una respuesta estatal, pero las acciones que el Estado tiene que asumir a partir de ahora, son insustituibles. No debemos ser nosotros los que nos debemos ocupar”, mencionó Girón. Las organizaciones deberán enfrentarse a un nuevo fenómeno: la ola de migrantes que decida quedarse en Guatemala.

“No es que Guatemala esté mejor, pero ante la imposibilidad de llegar a Estados Unidos y la dificultad de ser reconocido en México, Guatemala queda como opción”, mencionó Hurtado. Se espera que las solicitudes de asilo incrementen en estos meses.



Foto: Osman Velásquez

Afortunadamente, para los centroamericanos no es complicado obtener la nacionalidad guatemalteca. “Todas las personas nacidas en países de Centroamérica son guatemaltecos de origen y pueden tener acceso a su nacionalidad”, comentó Woltke. Además, pueden solicitar regularizaciones y protección internacional como refugiados o complementaria.

Además de esto, para Martínez es importante construir una participación ciudadana para “replantear todas las dinámicas de Estado”. Recalcó lo importante de los próximos comicios electorales de 2019.

Girón también opinó sobre la ayuda de los jóvenes a estas causas. “Las nuevas generaciones están teniendo una mirada más sensible de todos los fenómenos sociales”, agregó. La directora de la Casa del Migrante destacó la importancia de actuar. “Las redes sociales son el primer paso, pero es necesario dar un paso más allá porque si no, nos quedamos solo en la comunicación”, finalizó.

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