Un imprudente, la justicia a propia mano y las consecuencias legales cambiaron la vida de Josué imagen

Un segundo es suficiente para cambiar la vida de cualquiera, este es el caso de Josué, quien después de un viaje se enfrentó a una difícil situación. Conoce su historia.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

“De repente vi que alguien se cruzó”

Era un día como cualquiera para Josué (nombre ficticio por seguridad) regresaba de Quetzaltenango y se dirigía a Sololá, su lugar de origen. Eran aproximadamente las 6 de la tarde. Conducía tranquilo, aunque un poco cansado, pues había terminado por fin una larga rutina.

En el inicio del viaje todo marchó bien y con el alivio de sus canciones favoritas que sonaban a todo volumen, Josué ya se encontraba cada vez más cerca de casa para descansar. Llegó a El Novillero, ubicado en Santa Lucía Utatlán y todo parecía estar normal hasta que una persona cambió las siguientes horas de existencia del joven.

Foto: Edyn Ixcol

“Iba manejando normal, tomé una curva y cuando vi, alguien se cruzó. Frené de inmediato, pero mi carro ya no reaccionó, se resbaló y tiré a la persona”, afirma Josué.

Al momento del impacto, Josué se quedó congelado del susto. Vio su retrovisor para saber si la persona estaba con vida, pero no observaba bien. Se bajó del carro y esa decisión cambió la situación. 

“Me bajé del vehículo”: una decisión que le sigue afectando emocionalmente

Se acercó al cuerpo, era un hombre de aproximadamente 26 años, tenía sangre en muchas partes del cuerpo y se encontraba  inconsciente. En ese momento, se puso aún más nervioso y cuando volteó a ver a su alrededor, ya estaban varias personas de la comunidad acercándose al lugar en donde ocurrió el accidente.

“Cuando volteé, vi que ya se estaban juntando las personas que vivían cerca. Mi corazón latía muy fuerte, mis manos temblaban y comencé a sudar mucho. Uno de ellos se me acercó”.

El primero de los vecinos se acercó a Josué y lo atacó verbalmente. “Vos mataste a aquel y te jodiste”, afirmó el vecino de El Novillero.

Josué cuenta que inmediatamente se acercó el resto de las personas, que ya se encontraban reunidas en el lugar y hablaban en su idioma. Lo agarraron entre todos mientras gritaban.

Se le acercó otro hombre, que aparentaba 40 años y le dijo: “Tenés unos minutos para llamar a tu familia y decirles que deben conseguir Q30 mil, si no, te quemamos”.

Este tipo de conductas de ejercer justicia por su propia mano es frecuente en diversos sitios del país. La comunidad cree tener la libertad de decidir sobre la vida de alguien más y hacer que quien afectó a un miembro de su sector, pague por el daño que realizó. En la mayoría de estos casos, el interés económico va amarrado al de la “justicia” creada por ellos mismos.

Josué llamó a su familia y trató de explicarles lo que estaba ocurriendo. Su voz se quebraba por momentos del miedo y la incertidumbre de que en cualquier momento podrían quemarlo, ocasionó que llorara por momentos.

Sus padres inmediatamente llegaron a donde ocurría la tragedia y entre su angustia, localizaron a demás familiares y amigos para saber qué hacer.

Consecuencias de malos hábitos

Quizás si la persona que se cruzó la carretera hubiera utilizado la pasarela que estaba cerca del lugar, nada de esto hubiera ocurrido. Según la Ley y Reglamento de Tránsito, en el artículo 58: el peatón debe circular en espacios que son destinados para los mismos. Sin embargo, si una persona es atropellada cerca de una pasarela, el conductor no está exento de un proceso penal, tendrá que demostrar su inocencia si fuera una imprudencia por parte del peatón.

Este fue el caso de Josué, quien además de lidiar con la presión de la comunidad para salir libre del peligro, probablemente también tendría que enfrentarse a la ley. Debería elegir entre dar la cantidad de dinero que le pedían o arriesgarse a ser quemado o enviado a la cárcel.

Mientras tanto, las personas no dejaban ir a Josué y seguían amenazándolo con quemarlo vivo. La familia desesperada por la situación estaba ya recaudando la cantidad de dinero entre sus demás amigos y familiares para dárselo a las personas de la comunidad, porque creían que esa sería la solución.

El cuerpo seguía a un lado de la carretera cuando llegaron unos socorristas. Examinaron a la persona y confirmaron que ya no contaba con signos vitales, la persona ya había fallecido. Los Bomberos Municipales coordinaron con la Policía Nacional Civil y el Ministerio Público la recaudación de evidencias sobre el percance, además de que los policías tuvieron que exigir orden en la situación.

Los familiares de Josué aterrorizados ya esperaban la recaudación del dinero; sin embargo, las propias autoridades lograron quitarlo de los integrantes de la comunidad, para ellos capturarlo y llevar su caso a tribunales.

Un segundo cambió los siguientes días de vida de Josué. La familia se derrumbó con la noticia y aunque quisieran no podían hacer nada más que solicitar un abogado para el caso.

Josué en “shock” no tuvo otra opción más que ir con las autoridades a donde ellos le indicaran. 

En muchos casos se dice que si el conductor atropella a un peatón debajo de una pasarela está libre de culpa; sin embargo, no es así. El Ministerio Público se ve obligado a investigar el caso y en tribunales se tiene que demostrar la inocencia del piloto. Así fue, Josué fue trasladado y su caso investigado. 

Actualmente, todo el caso siguen siendo investigado para saber si Josué será culpable o no. Mientras tanto, el abogado, los familiares y amigos siguen apoyándolo de la mejor manera que pueden. 

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