La crisis sanitaria no les permitió vender sus flores imagen

Ellos producen alrededor de 5 mil docenas de flores semanales, pero no pueden venderlas por la crisis sanitaria que el país atraviesa.

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Finca El Pilar, un espacio agrícola y forestal fundado en 1,603 en San Juan Sacatepéquez, que mantiene el compromiso con los vecinos facilitando el arrendamiento de parcelas para el cultivo, beneficiando a cientos de personas de forma directa o indirecta.

Entre los beneficiados se encuentra un grupo de 250 floricultores, quienes semanalmente producen alrededor de 5 mil docenas de flores ornamentales a la semana, entre las que se encuentran: rosas, gladiolas, gerberas y crisantemos.

Para estas fechas, dichas flores son utilizadas para la realización de alfombras y adornos que decoran las iglesias durante la Semana Santa, sin embargo, ante la crisis sanitaria del Covid-19 ellos se han quedado con toda su cosecha, sin poder comercializarla.

“Empieza esta crisis y vemos que entre los sectores más afectados están los floricultores, quienes son productores pequeños y básicamente viven de lo que venden. Dentro de las estrategias que encontramos para ayudarlos esta difundir entre nuestro grupo de amigos y conocidos la venta de flores”, cuenta Diego Saravia, miembro de Fincas del Altiplano.

“Y todo empezó así, mandando WhatsApp, pero la idea les gustó tanto que lo compartían en otras redes sociales hasta que el mensaje se convirtió en una red de ayuda, tanto así, que tuvimos que organizar y buscar puntos en la ciudad para que la gente pudiera llegar a traer sus flores”, agregó.

A raíz de esto reparten un estimado de 500 docenas a la semana en diferentes puntos de la ciudad y la ganancia va neta hacia los agricultores, quienes, en su mayoría, son personas de escasos recursos. “Viven de lo que venden y sus condiciones son precarias, y cada uno de ellos tiene familias de 6 integrantes a quienes tienen que sostener”, resalta Saravia.

La Finca Agrícola El Pilar les ayuda con el transporte y la gasolina para llevar sus productos y repartirlos en los puntos de acopio en la ciudad. “Los agricultores están muy agradecidos. Hay gente que vive en casas con piso de tierra, el 90 por ciento de las familias agrícolas viven del día y que les alcanza solo para desayunar y almorzar. Pero es gente muy pilas y creativa que busca oportunidades”, comentó Carlos Briones, encargado de Visión Agro.

El precio de las flores varía según su tipo y las ganancias van en su totalidad para los agricultores:
Rosas: 15 quetzales por docena.
Gerberas y crisantemos: 10 – 15 quetzales por docena.
Gladiolas: 15 quetzales por docena.

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