La carta a Santa, la llave para soñar imagen

“San Nicolás, patrón de los niños buenos. Me arrodillo ante ti para que intercedas. Escucha mi voz a través de las nubes y esta noche dame algunos juguetes”.

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Fue ese momento cuando, sin saberlo, el poder de la palabra cobró fuerza. Desde ese día, ya nada sería igual. Había alguien quien nos miraba todo el año y dependiendo de nuestra conducta habría regalos. Esa primera carta nos abrió la mente y el corazón a los sueños, pero más importante nos abrió el mundo de las letras y la lectura.

Para Ignacio, hoy de seis años, la primera carta a Santa no la tuvo tan clara. Tenía solo tres, cuando se dio cuenta que con la llegada del frío venían también los regalos. Y no es para menos, pues su cumpleaños es el 5 de enero. Isabel le sugirió hacerle una carta a Santa, pero el consejo de mamá no despertó su interés. “No le hago carta a Santa, mejor a mi tío, el lo trae más rápido”, le dijo de vuelta.

Contra todo y con la guía de la mano de Isabel, el esbozo de una carta le fue enviada a Santa Claus. Llegada la navidad, Ignacio comprendió que “la carta”, era necesaria para hacerle saber al hombre gordito del traje rojo lo que su corazón quería. Y desde entonces cada año, los pedidos de Ignacio se han vuelto más legibles y complejos.

Así comenzó todo

La referencia más antigua que se conoce es la carta de una niña en el Siglo XIII. Donde se puede leer que le pide a San Nicolás, el patrón de los niños buenos, una casa de muñecas con flores y pajaritos. “San Nicolás, patrón de los niños buenos. Me arrodillo ante ti para que intercedas. Escucha mi voz a través de las nubes y esta noche dame algunos juguetes”, se leía en el documento.

Y es que el personaje de San Nicolás o San Nikolaus (en alemán), por el cual tenemos a Santa Claus, fue conocido en oriente y occidente como un obispo del Siglo IV, que amaba a los niños. La leyenda cuenta que un día vio como un padre de tres niñas viva en la pobreza y con la intención de ayudarle, dejó caer unas monedas de oro por la chimenea de la casa de la familia. Estas cayeron dentro de unas medias que las niñas tenían secándose al calor del fuego y de allí se cree que viene la tradición de colgar medias para recibir regalos en la navidad.

Varios países tienen oficinas de Santa, a donde todos los años llegan miles de cartas para el señor de rojo. La más importante de todas está en Laponia, Finlandia, en el Círculo Polar Ártico. Allí cada año se reciben miles de cartas de niños de todo el mundo, que le cuentan a Santa sus deseos para esta navidad y esperan la noche del 24 de diciembre para recibir sus regalos.

¿Pero como hace Santa entregar tantos regalos en una noche?

Hacer más de mil millones de paradas en una noche pareciera imposible, pero para los físicos no lo es. Y los expertos aseguran que la clave del éxito de Santa no es la velocidad con la que viaja por el mundo esa noche. Es mas bien la mecánica cuántica y sus principios los que explicarían la gran hazaña de Santa Claus.  

“Nadie lo ha visto, pero eso no significa que no exista”, Daniel Tapia, doctor en Física Experimental de Altas Energías de los laboratorios del Consejo Europeo de Investigación Nuclear (CERN), en Ginebra, Suiza.

Según Tapia, la razón por la cual nadie ha podido ver a Santa, radica que por ese espacio de tiempo este se comporta como un fenómeno cuántico. Él puede estar en cualquier parte del planeta a cualquier hora de la noche de navidad, asumiendo que sea una suma de muchos santas que se difuminan por todo el planeta, aseguró.

Según los expertos, hacerle una carta a Santa tiene una función de aprendizaje y enseñanza para los más pequeños. Los doctores de Espacio PsicoFamiliar, recomiendan no saturara a los niños con regalos, pues su espacio de atención se reduce para cada uno de los obsequios. Ellos aseguran que es mejor dosificar la entrega y así podrán aprovechar mejor sus obsequios.

Sobre la carta a Santa, los expertos aseguran que es importante tomar en cuenta el nivel de desarrollo que deberán alcanzar los niños en los meses venideros. Y por eso se debe escoger los regalos que les ayudarán a desarrollar estas habilidades. Citan por ejemplo el caso de un niño que está pronto aprende a sumar y restar, allí sería ideal que se le de un regalo que le ayude en ese sentido. Es importante pensar a largo plazo y no dejarnos llevar por el momento actual.

Para Ignacio, la navidad promete y seguro que Santa le va a cumplir con su pedido. Y es que a pesar de todas las innovaciones que tenemos a nuestro alcance, una carta le abrió el mundo y la ilusión por comunicarse con el gordito de rojo que es un fenómeno cuántico.

Algunas recomendaciones para la carta a Santa Claus:

Salte del cliché y no pongas “Querido Santa”, busca una manera ingeniosa comunicarte con el gordo de rojo.

Usa letra clara y legible, así le facilitaras el trabajo.

No mientas en tus cartas, si no te has portado tan bien, reconócelo y promete hacerlo mejor el próximo año.

No te vayas solo por lo tecnológico, Santa tiene muchos juguetes.

Piensa en los que no tienen y pídele a Santa por ellos y sus familias.

Dale siempre las gracias a Santa por cuidarte y ayudarte a cumplir tus deseos.

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