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Eran las 7 de la mañana en Sayaxché, Petén. El calor comenzaba acumularse, de la mano de este, el ánimo de los comunitarios subía.

Dos horas más tarde, el acceso a la finca estaba cerrado. Nadie entraba ni salía, entre tanto los trabajadores de la planta eran despojados de sus zapatos y obligados a marchar sobre el asfalto.

Entre gritos e insultos cientos de comunitarios hacían lo que mejor saben, obligar a una negociación por la fuerza. Catorce empleados de la finca eran vejados, humillados y forzados a cumplir las órdenes de la turba.

De acuerdo con Óscar López, gerente de la operación palmera, la turba tenía dos demandas claras. Por un lado, pedían la reinstalación de trabajadores y por el otro el despido de sus jefes inmediatos.

“Los despidos que se dieron fue a personas que no cumplían con sus labores, mientras que las bajas que pedían era por la poca simpatía que los jefes tenían con los empleados”, Óscar López, gerente de la operación palmera.

Cabnal el cerebro

De acuerdo con versiones de los vecinos, una figura clave en la violenta protesta fue el alcalde de Sayaxché, José María Cabnal Bol. A quien los propietarios de la empresa piden su intervención para detener las violentas reacciones de los comunitarios.

Cabnal Brol no es ajeno a la controversia, durante la pasada elección fue víctima de un atentado y posteriormente ha sufrido otros tres intentos de asesinato.




Además, ha sido señalado de corrupción y malversar los fondos de la comuna que dirige. En 2017 se dio a conocer que habría comprado, con fondos de la municipalidad, cuatro motocicletas por un valor de Q82 mil, las que sería utilizadas para las diligencias de la muni.

Cabnal Bol llegó a la comuna de la mano del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) en el pasado proceso electoral. Es conocido por trabajar estrechamente con los comunitarios de su localidad y es un hábil político.




Los comunitarios se delatan

Como en una fiesta local, los más de 200 ocupantes ilegales celebraban las vejaciones y humillación de los trabajadores de la empresa. “Hijo de puta”, “dale duro”, “apúrate” y una serie de insultos, eran vitoreados durante la ocupación y todo quedó grabado en un video que los mismo comunitarios subieron a las redes sociales. 

Obligados a descalzarse y marchar entre las siembras, los empleados debían obedecer las demandas de la turba. El calvario duró más que una jornada laboral y algunos de los retenidos fueron obligados a trabajos forzados.

“Uno de los trabajadores secuestrados, sufre de hipertensión y aun así lo obligaron a cargar peso sobre su espalda bajo el sol”, relata otra de las víctimas.

Los vecinos acusan a Cabnal Bol de ser quien promueve este tipo de situaciones en la comunidad. “Él (Cabnal Bol) le calienta la cabeza a la gente y les dice que no les va a pasar nada si invaden y destruyen la propiedad privada”, aseguran.

Para hoy se ha planteado una mesa de diálogo, donde trabajadores y personal de la empresa esperan limar asperezas. Inicialmente la reunión estaba pactada en un restaurante de Sayaxché, sin embargo los comunitarios cambiaron el lugar. “El alcalde decidió que la mesa se celebrara en un potrero, donde más de 400 comunitarios nos esperaban y allí no podíamos dialogar”, asegura un representante de la plantación. 

En los próximos días se espera que la reunión se lleve a cabo en algún lugar alejado del sol y donde incidentes como el de ayer no se puedan repetir.



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