Con apoyo de Raquel Müller
Dentro de la cocina todo se transforma en magia, pues cocinan como expertos hasta el más simple de los vegetales y todo se convierte en arte. Así, entre risas y recetas, jóvenes no videntes demuestran sus habilidades culinarias junto al chef israelí Shaul Ben Aderet.
La visita del chef internacional tiene como propósito compartir sus conocimientos elaborando platillos de alta cocina israelí junto con jóvenes estudiantes de panadería y repostería de la academia Talento sin límites, del Benemérito Comité Pro Ciegos y Sordos de Guatemala.
En la academia técnica participan personas con discapacidad visual que ya han sido rehabilitadas; es decir, que se pueden movilizar de manera independiente, que han aprendido Braille y que siguieron en la escuela de cocina porque es lo que más les gusta hacer.
“Trabajan en repostería, cocina nacional e internacional. El otro año se trabajará con un grupo que ya completó su proceso de rehabilitación”, cuenta Claudia Cumez, directora de la División de Rehabilitación del Benemérito Comité.
Los alumnos tienen una motivación individual, un sueño por cumplir. Su desafío más grande es superarse a ellos mismos y motivarse para alcanzar sus metas.
“Profesionalmente, no es fácil que las personas con discapacidad se integren a este tipo de actividades; es difícil aceptar que ellos puedan picar una verdura, pero aquí sienten ese ambiente de apertura”, añade Cumez.
La academia cuenta actualmente con 14 estudiantes, de los cuales 10 continúan con sus estudios.
El Benemérito Comité cuenta con un programa de inclusión laboral, donde al terminar su proceso de rehabilitación se les da un apoyo para ubicarlos en algún lugar donde puedan trabajar.
“Me sentí muy feliz por todo lo que aprendimos este día”, expuso Luis Enrique, alumno del Comité.
“A mí me gustó, porque compartimos con el chef y nos enseñó muchas cosas. Me encanta que en la cocina puedo preparar muchos platillos creativos y sentirme feliz”, asegura Natalie Quiñónez, otra estudiante.