Entre heces y tul nadan los niños del balneario “Orantes” imagen

Y aunque la pandemia ha silenciado los gritos de niños que nadan en el balneario, lo único que no se detiene es flujo de aguas negras al turicentro de “Orantes”.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Su olor fétido impregna todas las horas del día y sus aguas negras ahogan el lago de Amatitlán. En el balneario “Orantes”, a orillas del lago, los niños nadan junto a las heces de un condominio, mientras los pescadores buscan un plato de comida.

Durante 11 años el río de aguas negras ha corrido a flor de tierra. Heces, orín, jabón y los desechos de unas 200 viviendas viajan al lado del camino hasta el balneario municipal. Allí, donde los fines de semana familias nadan y pescadores buscan su comida, termina otro río de aguas negras que de a poco acaba con Amatitlán.

Una tubería cruza el camino de terracería, pareciera más bien un reducidor de velocidad, pero la joroba que obliga a detener la marcha es en realidad un tubo de desagüe. Y por él, millones de litros de agua contaminada salen de las casas de la urbanización Brisas del Valle, en Villa Canales, hasta el balneario municipal “Orantes” y luego van a caer a la orilla del lago de Amatitlán.

En su recorrido, las aguas negras de la urbanización, serpentean por el estrecho camino de tierra e impregnan el ambiente con un olor nauseabundo. Luego de perderse entre la maleza, la corriente de desechos vuelve a reaparecer a un costado del balneario para encontrar su fin en el lago.

Y es este recorrido el que vecinos de la localidad han denunciado por más de diez años, sin que nadie les ponga atención. La primera en hacerlo fue María S., quien en el 2009 escribió al entonces alcalde, Miguel García Domínguez, para advertirle sobre el problema de salubridad y ambiental que este drenaje a flor de tierra presentaba. Once años después y cientos de denuncias ante el Ministerio Público, el Ministerio de Ambiente o quien quiera escucharlos, los vecinos de María no dejan de hacer bulla para que alguien les ayude.

Finalmente, en 2017 la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán (AMSA) realizó una inspección. Los expertos de AMSA visitaron Brisas del Valle y determinaron que el río de aguas negras se debía a fallas en el sistema de manejo de aguas residuales del condominio. En total fueron siete las recomendaciones de la AMSA, pero estas fueron ignoradas.

La labor de María, ahora la ha tomado Rodrigo Wer, quien por todos los medios busca que las autoridades corrijan la situación. “Queremos que la municipalidad haga algo para evitar que este río de aguas negras siga llegando al balneario”, asegura el sucesor de María. Y para ello ha presentado denuncias en todas las entidades encargadas de velar porque la contaminación se detenga.

“He ido a la AMSA, al MARN, al MP, a todos lados, pero pareciera que a nadie le interesa corregir lo que está mal”.  

Rodrigo Wer

Hoy entre el tul, las plantas de la orilla y la entrada de aguas negras, aún se puede ver a pescadores buscar mojarras para comer. Y aunque la pandemia ha silenciado los gritos de los niños que nadan en el balneario, lo único que no se detiene es el flujo de aguas negras al balneario de “Orantes”.

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte