Entre chinches y carencias, la realidad de la PNC imagen

“Mire, es tan mañoso el Juc Mox, que hasta el mañosazo del ministro lo tuvo que despedir por corrupto”, aseguran los agentes.

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Mientras Gendri Reyes, el ministro de Gobernación, daba la orden a los agentes de la PNC para dispersar y agredir a los manifestantes frente al Congreso de la República, sus cuerpos les picaban y dolían. No era la gana de lanzar gas lacrimógeno a los detractores de Giammattei y su presupuesto, la que los encendía. Era más bien el resultado de años de abandono y una plaga de chinches la que les picaban dentro de sus uniformes. Todo el resultado de una gestión que ha dejado por un lado la atención a las condiciones de trabajo de los policías.

“Tenemos una plaga de chinches a nivel de subestaciones y no se puede fumigar, pues la fumigación no llega al fondo de los colchones”, agente de la PNC.

La escasez de literas y colchones en buen estado, a nivel de las subestaciones es generalizada. Algunos están rotos o con los resortes de fuera, en otros casos no los hay. Los que hay, se han llenado de chinches y los agentes que duermen en estas condiciones son mordidos por esta plaga. Peor aún, luego de finalizar sus turnos, vuelven a sus casas con los parásitos nocturnos que se alimentan de la sangre de los agentes.

“No se puede poner los maletines sobre la cama, pues se suben y uno se los lleva a su casa y luego la familia resulta con picaduras”, relata un agente. El agente, quien pide guardar su nombre por miedo a represalias, asegura que se percató de la infestación en su casa a finales de año, luego que fuera trasladado de subestación. “Donde estaba antes no había colchón para dormir y teníamos que poner toallas para que no lastimara el armazón de la litera”, recuerda. Pero desde su traslado las ronchas e incomodidad no le dejan tranquilo.

“Comenzó con unas ronchitas, que picaban mucho y luego se hicieron ampollas, y a la que más le jodía era a mi niña chiquita”, agente de la PNC.

A la molestia de las chinches, se le suman edificios de sub estaciones que están a punto del colapso. Baños en muy mal estado, donde las condiciones de higiene, la falta de agua y espacios improvisados para dormir agravan la situación. “No tenemos agua y los inodoros se tapan con todo el popó que no se va en el inodoro”, reclaman.

Sobre los lugares para pernoctar, algunas mujeres agentes aseguran que les han habilitado espacios en garajes para dormir. En la Sub Dirección General del 110, les toca dormir en ambientes donde el frio dificulta el descanso. “Mire en la noche no se descansa del frio que hay, pero nos ponen a dormir aquí y le tenemos que hacer ganas o nos quedamos sin chance si alegamos”, asegura una agente.

Incluso los espacios para preparar sus alimentos están en condiciones infrahumanas. Cuando hay agua para lavar los platos, no hay lavatrastos para hacerlo. Y en algunas ocasiones no cuentan con drenajes para descargar las aguas sucias, por lo que deben lavar sus platos en toneles en los patios de las subestaciones. “O se hace así o empieza a heder toda la cocina por el agua shuca de la comida que se queda empozada”, alegan.

A las pésimas condiciones de cuarto, se suma la falta de equipo para realizar las tareas de patrullaje y requerimientos del Ministerio Público. “En el Departamento de Delitos Contra la Vida, el cual pertenece a la Sub Dirección General de Investigación Criminal, hay una carencia de vehículos, algunos funcionan, pero están en muy mal estado”, reniega un agente.

Patrullas varadas por falta de repuestos y motocicletas que ya no sirven, mantienen en vilo a los policías. “No podemos hacer bien nuestro trabajo, si no hay como”, reniegan. Y es entonces que deben movilizarse como puedan para atender las solicitudes de los altos mandos. “A veces nos vamos en camioneta, a pie o pedimos jalón para llegar a las asignaciones”, aseguran.

Y esta desatención tiene un nombre y apellido, aseguran los agentes. Emerson Juc Mox, quien hasta la semana pasada fuera el subdirector de Apoyo y Logística de la PNC y anteriormente había ocupado el cargo. A decir de los policías semanalmente se elabora un levantamiento de necesidades en las subestaciones y comisarías. Este listado llegaba a las manos de Juc Mox quien era el encargado de tramitar los apoyos para mejorar las condiciones de trabajo. Pero este listado, desde que el ahora subdirector reasumió, no aparece. “Nadie sabe donde están los listados, pero los fondos para compra de insumos fueron ejecutados”.

“Mire, es tan mañoso el Juc Mox, que hasta el mañosazo del ministro lo tuvo que despedir por corrupto”, aseguran los agentes.

De acuerdo con los registros de compras de la PNC se efectuaron adquisiciones de literas, colchones, repuestos e insumos, pero nadie sabe donde están, sostienen los agentes.

Lo cierto del caso es que una mirada al interno de las instalaciones de las comisarias y subestaciones de la PNC revela el grado de corrupción y abandono que sufren los agentes de la policía. Entre tanto, el frío, las chinches y los baños hacen mella en la moral de los encargados de cuidarnos.

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