Andrés Pérez es dentista, con una carrera de 10 años, ya se había establecido como profesional y tenía renombre.
En la universidad era de los mejores estudiantes, se mantenía dedicado a su carrera y siempre buscaba el aprendizaje. Por el punteo que tenía ganó una beca para estudiar en Estados Unidos.
Se fue de Guatemala durante 2 años, al regresar conoció a una mujer.
Paola Oliva era la mujer perfecta para él. Al poco tiempo de conocerse, le pidió que fuera su novia y ella aceptó.
Empezaron a salir, conocerse y durante ese tiempo, Andrés ya sabía que con ella quería compartir el resto de su vida.
Se casaron a los 3 años de noviazgo
Su boda fue como un cuento de hadas, se casaron en La Antigua Guatemala, un sábado de noviembre. Sus familiares, amigos y conocidos se dieron cita. La misa fue a las 4 de la tarde, todo iba perfecto, el casamiento de sus sueños y su amada esposa.
Ellos planificaron para su luna de miel viajar a Europa, su vuelo salía al día siguiente de la boda. Llegaron al aeropuerto a las 10 de la mañana, pues debían abordar al mediodía.
Pasaron a la aerolínea para que les entregaran sus boletos y se dirigieron a migración, pero ahí su vida cambió y todo se desmoronó.
En migración le dijeron a Andrés que no podía salir del país, pues tenía orden de captura por asesinato.
López se sorprendió por la noticia, aseguró que no había hecho nada y desconocía lo que pasaba.
La Policía Nacional Civil le colocó las esposas y lo sacaron del aeropuerto por la puerta principal. Paola, su esposa estaba asustada y llamó a su papá para pedirle ayuda, ya que es abogado.
Andrés fue trasladado a la Torre de Tribunales, al llegar ya lo esperaban varios medios de comunicación para tomar la foto de su captura y la Policía dio información de lo sucedido.
El suegro llegó pronto a ayudarlo y se dieron cuenta que su captura fue debido a un homónimo. Andrés se sintió tranquilo, ya que pronto arreglarían la situación.
Andrés permaneció por casi 33 horas en una carceleta.
Su suegro lo sacó de la carceleta y arregló sus documentos, pero su calvario no terminó ahí.
Al llegar a su casa vio que su teléfono tenía muchos mensajes, la mayoría eran para señalarlo, criticarlo y hasta tacharlo de asesino.
Le mandaron capturas de pantallas de los medios de comunicación y de las páginas de redes sociales de la PNC, en las que lo señalaban que lo capturaron por asesinato.
Sus amigos se distanciaron, sus conocidos le dejaron de hablar y su clínica dental empezó a decaer.
Andrés pasó una situación difícil económica que hasta vendió su carro.
Ya no le gustaba salir pues pensaba que todos lo miraban y señalarían. Estaba muy afectado debido a las publicaciones en los medios de comunicación.
Este es uno de muchos casos en los que la presunción de inocencia queda archivada.
El Ministerio Público y la PNC envían fotografías de los capturados, en algunos casos no publican sus rostros, pero sí sus nombres.
Para el abogado, Alejandro Casasola, en Guatemala no se cumple la ley y una de las principales violaciones es la presunción de inocencia.
“En el Articulo 13 de la Constitución Política de la República de Guatemala se establecen los motivos para auto de prisión. Las autoridades policiales no podrán presentar de oficio, ante los medios de comunicación social, a ninguna persona que previamente no haya sido indagada por el tribunal competente”.
El profesional del derecho asegura que nadie debería publicar las fotografías de los capturados, porque es contra la ley.
“Las mismas autoridades violan la ley, porque las conferencias que dan en el Ministerio Público enseñan las caras de las personas y con ella se violan los derechos humanos”.
En los tratados internacionales de los que Guatemala es parte, se recalca la presunción de inocencia, pero eso en Guatemala parece no existir, añadió Casasola.