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Uno de los miembros más reconocidos de la familia Leal, propietarios de las tierras de, y alrededor de Ciudad Cayalá, dejó su huella en el imaginario nacional. No fueron sus hazañas como empresario o desarrollador, sino más bien su roce con la política nacional. Dejó la agrupación de la mano empuñada y cobijó una candidatura vicepresidencial en el de las manitas abiertas.

Fungió como secretario de Asuntos Específicos de Otto Pérez Molina. Su amistad con el presidente y haberse convertido en financista de la campaña electoral del binomio Pérez-Baldetti, lo llevaron a la estratosfera de la vida pública nacional. Y luego de los escándalos de corrupción, protagonizados por el presidente y su compañera, Leal Castillo persistió en su búsqueda de una carrera política.

Esta vez fue con la exesposa de Álvaro Colom, Sandra Torres y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Leal Castillo abandonó las filas del partido de la mano empuñada y se cobijó en las del fondo verde. Su llegada a la agrupación, que llevó a Colom a la presidencia, no fue bien vista por varios miembros de la organización. Incluso, el propio Colom dijo que la entrada de Leal a la UNE se debía a una sola cosa: “Dinero, dinero”.

Y no es para menos, Leal forma parte de una familia con diversos negocios en bienes raíces y fincas en Guatemala. Sus nexos con el sector empresarial y el roce social de Leal, le valieron a Torres y su partido un cambio de percepción en algunos círculos de poder. Leal le abrió las puertas a Torres en un mundo donde su simple nombre era motivo de desagrado. Y es que una familia, que puede invertir US$50 millones en un proyecto de 60 manzanas de terreno, resultó demasiado bueno para la exprimera dama.

De acuerdo con las declaraciones de los urbanistas, el proyecto de Ciudad Cayalá sería una apuesta de 15 años, los cuales comenzaron a correr en 2003. Anteriormente, el Grupo Cayalá, ya había desarrollado proyectos residenciales en el área, que había sido adquirida en 1913 por la familia. Fue así como en 1982 arrancaron los proyectos urbanísticos, siendo Jacarandas de Cayalá el primero, diez años después en 1992 aparece Buganvilias de Cayalá, seguida de Encinos de Cayalá en 1998.

Pero fue el anuncio de una ciudad blanca la que capturó la imaginación y el rechazo de muchos guatemaltecos. Un centro donde locales comerciales, restaurantes y sitios de entretenimiento estarían dispuestos en un formato nunca antes visto en Guatemala lo que generó expectativa. Pasados los años se incorporaron nuevos modelos de vivienda al sector de Cayalá, tales como edificios y una nueva fase de comercios.

Desde su llegada a la UNE, Leal Castillo era una garantía de fondos para el partido político. Y como bien lo dijera Colom, dinero, dinero eso es lo que llevó a las arcas de la organización. De acuerdo con las investigaciones del Ministerio Público, la cabeza de una red dedicada a captar fondos para la campaña 2015 de la UNE, era el propio Mario Leal Castillo. Junto a su asistente, Karina Paz, Leal se dedicó a visitar a empresarios y amigos para pedirles fondos y estos respondieron. Grandes empresarios apoyaron a Leal y su emprendimiento político, incluso figuras oscuras como Gustavo Alejos aportó Q500 mil.

Lo que pocos cuestionaron fue la necesidad de dar los aportes a nombre de una empresa y no directamente a la agrupación política. Como lo relató el hijo de Gustavo Alejos Cámbara, Gustavo Alejos Jansa: “Mi papá me dijo que hiciera un cheque de caja a nombre de la empresa MAARIV S.A.”, declaró. Luego, Alejos padre le preguntó a Leal el porqué esa empresa y según la declaración de Alejos Jansa: “Dijeron que era una empresa que estaban usando para recibir fondos de campaña”.

La jugada maestra de Leal fue que al menos Q19 millones recaudados para la campaña de la UNE, nunca fueron reportados al Tribunal Supremo Electoral. Valiéndose de un entramado de empresas, cuentas bancarias y testaferros, Leal creyó que había burlado al sistema. Pero no fue así, en 2018 se dio a conocer una investigación que detallaba cómo Leal y sus colaboradores crearon una estructura financiera para recibir fondos de la campaña política y no reportados al TSE. Leal fue señalado de los delitos de lavado de dinero y tráfico de influencias y se giró orden de captura en su contra. A la fecha aún se espera que Leal Castillo vuelva a Guatemala para enfrentar a la justicia.

Y aunque uno de sus miembros esté lejos, la fuerza desarrolladora de la familia Leal no se detiene. Siguiendo con el plan de Ciudad Cayalá, ahora un área denominada El Socorro, se convertirá en la siguiente fase del monumental proyecto que la familia comenzó hace más de 28 años.

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