El niño que desde los 8 años trabajó para que su familia sobreviviera imagen

La vida es un camino complejo para muchos, en el cual algunos se ven obligados a enfrentarlo más rápido que otros. Esta es la historia de Jorge, quien buscó una manera para sobrevivir.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Contrastes

Años atrás, la vida de Jorge era como la de la mayoría de niños: tenía una familia, mucho amor y felicidad. Sin embargo, con el pasar del tiempo, varios factores complicaron su estabilidad. Una enfermedad terminal destruyó poco a poco la vida de su madre y tiempo después fue abandonado por su padre, por lo que el menor enfrentaba uno de los momentos más difíciles de su vida.

A pesar de ese momento tuvo grandes repercusiones en él, sentimental y psicológicamente, su abuela lo cobijó junto a sus hermanos, dándoles un espacio para que pudieran vivir. Sus condiciones eran precarias, pero había mucho amor, lo que tanto necesitaban en ese momento.

Lucha

Durante un tiempo, Jorge, su abuela y hermanos pudieron sobrevivir con lo necesario; sin embargo, cada vez era más complicado poder alimentarse del dinero que ganaba la señora, añadiendo la dificultad de encontrar un trabajo a su edad.

Los tres platos de comida al día comenzaron a faltar, los medicamentos que la abuela necesitaba para estabilizar su presión ya no podían comprarse y la angustia era la protagonista de sus días. Jorge, a sus 8 años, notó el sufrimiento que ocasionaban las limitaciones de quien lo cuidaba y por ello salió en busca de una solución que pudiera detener la crisis que estaban viviendo.

El primer lugar al que se acercó fue a la carnicería de Felipe Garduza López, a quien le compartió su historia, impactándolo a tal grado que no dudó para recibirlo. El comerciante notó que el menor estaba muy hambriento, por lo que le preguntó si ya había comido algo. El niño le respondió que la última vez que había ingerido alimentos había sido el día anterior, y solamente un par de tortillas, así que de inmediato le ofreció comida. A partir de ese día, se encargó personalmente de capacitar a Jorge, para que pudiera realizar de buena manera su rol dentro del negocio de las carnes.

El menor aprendió rápidamente y con su actitud se transformó en el motivo por el cual las personas se acercaban específicamente a esa carnicería para comprar sus productos. Se hizo amigo de los clientes y con el tiempo, con su sueldo, empezó a aportar económicamente en su casa.

 




Los tres platos de comida al día regresaron, los medicamentos pausados de su abuela volvieron a estabilizarla, y poco a poco la esperanza y fuerza retornaron a los miembros de su familia.

“Cuando le di su primer pago, estaba tan contento que no cabía de felicidad. Lo mejor que puedo hacer por Jorge es enseñarle el humilde oficio, para que cultive sus ganas de trabajar y salir adelante en la vida”, explica Garduza López. 




Según las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) unos 218 millones de niños son privados de vivir su etapa de niñez de manera natural, por la necesidad de conseguir un trabajo desde muy corta edad. De este número, 152 millones son víctimas de trabajo infantil, no incluyendo ciertas categorías como el trabajo de artistas infantiles o deberes familiares. 

En Guatemala, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2014 (Encovi) registró 790 mil 243 niños y adolescentes ocupados en actividades económicas, con una tendencia menor a dato reportado en 2011 y 2006. 

La historia de Jorge es un ejemplo de la vida de tantos niños en el país. Hasta que la educación y atención a quienes lo necesitan no sean puntos de atención, la pobreza seguirá siendo la protagonista en Guatemala. 

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte