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Su paso por la política y la de su familia ha sido un accidentado recorrido que los ha llevado de la natal Escuintla, Mixco, al Congreso y ahora con miras a la presidencia de la nación. Amílcar Rivera del fútbol, la programación a la casa de Ronald McDonald y la política.

Aún recuerda con nostalgia su infancia en Escuintla. “Nadaba en el río, pescaba y jugaba al fútbol, eran tiempos muy sanos”.

Sin embargo, a sus 14, su vida dio un vuelco, Ciudad San Cristóbal, el entonces tiradero de cadáveres se convirtió en su hogar.

Sin amigos, sin pelota y ríos para la pesca buscó cómo llenar su tiempo. Creía que una carrera en agronomía era la mejor opción, pero un regalo cambiaría todo.

“Mi tío me regaló una computadora, descubrí algo que me gustaba y me metí a la programación”. Amílcar Rivera.

Su juventud transcurrió de un trabajo a otro, en busca de mejores oportunidades. Pero el amor le ganó la partida y con apenas 22 años y una licenciatura en Sistemas contrajo matrimonio con su actual esposa. Pronto llegó su primer hijo, quien por una condición del hígado debió ser tratado fuera de Guatemala.




“Nos fuimos a los Estados Unidos, pero el tratamiento duraba 2 años, por lo que tuvimos que vivir en la Casa de Ronald McDonald pagando US$5 diarios”. Amílcar Rivera

De vuelta a Guate y a la política

El segundo hijo, del clan, volvía a Guatemala cuando su padre perdía la reelección. “Lo vi derrotado, pero él se levantó y siguió adelante”.

Para subsistir, Amílcar ideó el primer café internet de la Villa de Mixco. “Cobrábamos Q30 la media hora y con eso fuimos saliendo”.

Pero, la vena política latía dentro del joven. Y fue así como se acercó al entonces hombre fuerte del PAN, Leonel López Rodas.

“Logré hacerme de la Secretaría Nacional de la Juventud del PAN”. Amílcar Rivera.

El veinteañero ambicionaba más y quería recuperar la comuna mixqueña para el clan Rivera. La suerte le sonrió cuando Óscar Berger abandonó el PAN y López Rodas le dio vía libre para perseguir su ambición.
“Gané la elección por una diferencia de 400 votos y así con 29 años me convertí en el alcalde más joven que haya tenido Mixco”. Amílcar Rivera.

Retuvo la alcaldía durante dos periodos y luego llegó el “junior” de Otto Pérez Molina y lo desbancó. Fue un golpe duro, asegura, pero decidió concluir estudios y prepararse en otras áreas.

Los Rivera dejan Mixco

Amílcar asegura que Mixco ya tuvo suficiente de los Rivera y por eso es momento de apuntar los esfuerzos a otro lado.

“Las historia de los Rivera en Mixco ha sido muy fuerte, 12 años de alcaldes, es momento de dejar que surjan nuevos liderazgos”. Amílcar Rivera.

Hoy sus intenciones son otras, pero no descarta que alguien de la agrupación política “Victoria”, pueda interesarse por pelear la alcaldía. “De momento ni mi esposa, papá o hermano están interesados”.




Sobre el legado de los Rivera en Mixco, Amílcar reconoce que como en todo hay quienes los recuerdan bien y quienes un poco menos.

Un Rivera que pocos conocen, pero que dio mucho de qué hablar en su momento fue Mario Marroquín Rivera, quien se dio a conocer por millonarios contratos para dragados con el Estado que nunca se realizaron.

Sobre su primo, Amílcar asegura que no solo poco sabe, sino que también es una persona lejana a su familia. “No sé qué haya hecho Mario ni tampoco me he vinculado con él”.

Los errores de Rivera

Aunque le molesta y califica de eslogan el tema de “la vieja política”, Rivera ha tenido su parte de relaciones cuestionables. Algunas de las cuales asegura hasta estar arrepentido.

Los dos más significativas y que hoy resaltan en el corolario de Amílcar Rivera, son su incursión en el Partido Patriota (PP) y la organización Libertad Democrática Renovada (LIDER).

De la primera se salió, asegura, por la verticalidad de su estructura. “Estaba organizado de tal manera que no todos podíamos aportar, no me gustó”. En tanto, con la segunda la reconoce que su llegada obedeció más a un tema estratégico que a simpatías.




“Creíamos que iba ser posible una coordinación directa con el Gobierno, pero no salió, me equivoqué, perdón por mi equivocación”. Amílcar Rivera. 




Rivera considera que los últimos dos periodos de gestión edil en Mixco son tan diferentes como mal aprovechados. “Hay muchas cosas que hacer sobre todo en tema de infraestructura, pero nada se ha hecho”.

De la gestión de Pérez Leal, asegura que se dejó pasar la mejor oportunidad para desarrollar más a Mixco. “El hijo del Presidente estaba de alcalde, era mucho más fácil lograr obras”.

En tanto que, del actual alcalde, Neto Bran lo considera interesante. “Neto Bran es un reality, si los vecinos creen que sus prioridades son las de ellos, habrá que ver en las elecciones”.

Hoy su propuesta de reconciliación nacional, sumada a un partido político propio y las simpatías de sus seguidores podrían ser su vehículo para convertirle en el primer hijo de Escuintla en llegar electo a la presidencia.

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