La opinión de padres de familia y vecinos de Santa Ana, Petén, está dividida después de un hecho que los medios locales calificaron como “lamentable”.
El pasado fin de semana se viralizó la noticia de un maestro del Instituto de Educación Básica por Cooperativa “El Mango”, quien había separado una riña entre estudiantes utilizando un cincho.
Los centros educativos por cooperativa, como “El Mango”, son establecimientos estudiantiles no lucrativos, en jurisdicción departamental y municipal, que responden a la demanda educacional en los diferentes niveles del subsistema de educación escolar.
Estos funcionan por medio de financiamiento de las municipalidades, los padres de familia y el Ministerio de Educación (MINEDUC), según la Ley de Educación Nacional.
Una jornada normal en “El Mango” tomó un tono más violento cuando dos jóvenes protagonizaron una pelea, en donde se daban de golpes y patadas dentro del establecimiento.
Un maestro se dio cuenta de la situación y decidió intervenir a la vieja escuela. Tomó su cincho y detuvo el conflicto, dejando marcas en la piel de los jóvenes.
Pocos días después de la noticia, se dio a conocer que “una vecina” no está contenta con la actitud del docente y se “mostró indignada”.
Además, pide que se investigue el caso y se sancione al profesor, pero también que se tomen las medidas correspondientes para sancionar a los alumnos que participaron en la pelea.
Afirmó que “esas forma de corregir ya son de antes y no son correctas”. Al momento de la publicación, ni el Ministerio de Educación ni la Procuraduría de los Derechos Humanos se han pronunciado sobre el tema.
Las fotografías de los cinchazos en las espaldas de los jóvenes circularon en redes sociales, generando una discusión entre los internautas.
Unos felicitaron al maestro por su actuación. “Excelente medida. En mis tiempos así nos corregían los maestros: a puros reglazos. No había delincuentes como hoy”, comentó Gildardo Monroy, en Facebook.
Por otro lado, otros mostraron su descontento y calificaron la medida como “violenta”. “No le toca al profesor corregir a los alumnos de esa manera. Es a los padres”, expuso Evelia Ramírez, en redes.
Las reacciones
Un caso similar
En mayo de este año, se viralizó un video en donde un profesor utiliza el mismo método para detener una riña entre dos estudiantes en México.
Al ver que dos alumnos comenzaron a golpearse e insultarse, un maestro de secundaria de Ocosingo, Chiapas, no dudó en sacarse el cinturón y corregir a los jóvenes.
En redes sociales se generó el mismo debate que dividió a los mexicanos, entre los que dijeron que era la forma más efectiva de disciplinar a los jóvenes y los que manifestaron que la violencia no se corregía con más violencia.
El hecho no pasó a más y las autoridades nunca se pronunciaron al respecto.
Sanciones para el mal comportamiento
Insultar, calumniar, difamar, amenazar o reprimir a cualquier miembro de la comunidad educativa, constituye una falta grave y se sanciona con una llamada de atención y notificación a los padres de familia.
El uso de violencia física, sexual, emocional, verbal o psicológica contra algún miembro de la comunidad constituye una falta mayor, la cual se sanciona con suspensión del estudiante durante un período de tiempo, según el Reglamento de Disciplina del MINEDUC.
La Ley de Educación Nacional fundamenta la educación en que esta es “un instrumento que coadyuve a la conformación de una sociedad justa y democrática” y se lleva a cabo “en el respeto a la dignidad de la persona humana y el cumplimiento efectivo de los Derechos Humanos”.
El artículo 34 de esta ley detalla que una de las obligaciones de los educandos (estudiantes) es “respetar a todos los miembros de su comunidad educativa”. Estos incluyen compañeros de clase, maestros y demás personal.
En cuanto a las obligaciones de los educadores, una de ellas también es “respetar y fomentar el respeto para con su comunidad, en torno a los valores éticos y morales de ésta última”, según el artículo 36.
Conoce la Ley de Educación Nacional, aquí.
Fotos: aldeaelmango.blogspot.com, El Gráfico de Oriente.