Clases online ¿un martirio para todos? imagen

El martirio que viven los catedráticos y estudiantes por las clases en línea.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Los métodos de estudios en Guatemala ante la crisis sanitaria que se está viviendo por el coronavirus COVID-19, ha llevado a algunas instituciones académicas a impartir sus clases online. Un método que se ha convertido en el martirio para algunos de sus usuarios en el último mes.

Comentarios de estudiantes sobre las clases en línea en las distintas redes sociales de las universidades resaltan algunas quejas. Tareas excesivas, exámenes más difíciles con menor tiempo para resolverlos, plataformas que no funcionan del todo y no se logra escuchar al cien por ciento las clases, son algunas de ellas.

A ello, se le suma la situación en los hogares donde no están pasando por su mejor momento con padres preocupados por sus trabajos ante las prohibiciones y despidos, que ha creado un ambiente tenso para los alumnos. Además, está el conocimiento recibido durante este tiempo, el cual consideran no es el óptimo.

El 13 de marzo del 2020 se dio el primer caso positivo de COVID-19 en Guatemala, un día después el presidente Alejandro Giammattei decidió suspender las clases presenciales de todo nivel. Desde entonces, las universidades, escuelas y colegios que tienen posibilidades han dado clases online.

Hay que resaltar que debido a la situación económica del país, no todos cuentan con una computadora o tienen acceso a internet, por lo que la media no beneficia a todos.

Quienes sí pueden optar a estos servicios, han impartido y recibido clases hasta la fecha, mientras que otros establecimientos simplemente están sin trabajar. Un paro de actividades que hasta el momento está establecido para finales de abril, según las últimas medidas tomadas por el Gobierno.

Algunas opiniones

Jenny, una maestra de kínder, explicó que ha tenido que adaptarse a las clases virtuales. Estas constan en que los alumnos se conecten a una hora indicada y se pueda explicar el tema de forma entretenida, ya que por la edad de los niños es difícil que permanezcan con la atención a un solo método, debido a que en su casa tienen muchos distractores.

“A la vez se envían hojas de trabajo con fecha, las cuales deben hacer para darle seguimiento a lo enseñado por la mañana”, comentó Jenny.

Ella considera que no es lo mismo el método de enseñanza ni la agilidad del aprendizaje, con la edad de 5 años el aprendizaje debe ser más vivencial. Sin embargo, los papás se involucran más con sus hijos y eso hace que el alumno y el padre de familia tengan la oportunidad de convivir y se esfuercen para llegar al fin, que es la enseñanza.

José, un maestro de básicos, indicó que la situación actual sí ha afectado el proceso de enseñanza y aprendizaje. “Las clases virtuales no representan lo mismo que las presenciales, inclusive somos una sociedad poco capacitada para aprovechar dicho proceso, es complejo”, dijo.

Por la falta de tecnología, inclusive por las herramientas tecnológicas, si no se maneja un buen sistema los alumnos se ven perjudicados en el proceso de aprendizaje, ya que no se refuerzan temas. “Si en lo presencial a veces hay dificultades imagínense cuando es de forma virtual”, explicó José.

“A mí como maestro me afecta, me veo en la necesidad de buscar nuevas técnicas y herramientas que desconocemos como docentes. Aunque parezca fácil el rol de docente virtual resulta complejo, ya que se debe buscar la forma de impactar en el alumno para que este sea satisfactorio”, concluyó.

Plataformas en la U

En las universidades es diferente, en su mayoría sus áreas de administración y atención a estudiantes continúan cerradas. Sin embargo, las clases no se han detenido, entre ellas la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), Mariano Gálvez (UMG) y Galileo.

Hay que resaltar que este método no solo afecta a los estudiantes, sino también a los catedráticos.

Carlos, catedrático de la USAC, señaló que luego de publicadas las medidas del Gobierno tuvieron que utilizar las distintas plataformas online. Tanto, la que tiene la USAC, como otras como Classroom, Zoom, entre otras, las cuales funcionan bien, pero tienen la limitante de no permitir la interacción social real (la interacción real motiva a los grupos).

“Para los estudiantes ha sido un golpe duro, nadie entró a la universidad pensando en educación a distancia. El cambio fue repentino y drástico. Sí afectó la actitud de los estudiantes, se ven desganados y propensos a conductas agresivas en ocasiones (mensajes un poco subidos de tono)”, dijo el catedrático.

Agregó que en su caso sí ha representado una carga extra de trabajo. Cada duda es un correo o un mensaje, tuve que adaptar la metodología presencial a una online. Es más complicado pues tuvimos que hacer el cambio de metodología y estrategias en semanas”, expuso.

María, estudiante del quinto semestre de Derecho, dijo que previo a las medidas que tomara el Gobierno ante la pandemia, ya las autoridades habían tomado la decisión de suspender las clases. Incluso, el rector, semanas antes había anunciado una posible suspensión de clases.

“Es una buena medida sin duda, pero si ya tenían pensado la suspensión, creo que debieron analizar en cómo continuar las clases a distancia. Hasta ahora hemos recibido algunas clases a través de redes como Facebook, Zoom, y plataformas como el Classroom, pero no garantizan nada como estudiantes”, comentó.

Según María, hasta la fecha no cuentan con un plan específico para implementar las clases y la forma que harán los exámenes. Agregó que muchos compañeros han platicado y están con la incertidumbre. Si bien asignan trabajos y estamos cumpliendo, además de pruebas cortas que nos han hecho, están preocupados por lo que pueda pasar y cómo nos puede perjudicar esta situación en la academia.

Con relación a los docentes, María indicó que algunos son muy accesibles, pero otros no. Resaltó que no es lo mismo leer un documento que ir a clase y analizar ese documento junto al maestro. “Algunos docentes creen que con leer un documento uno comprende y analiza todo y lo va a implementar como un profesional y eso nos perjudica en las notas”.

Por su parte, la Universidad Galileo está basando las clases online por medio de la Galileo Educational System (GES) y otras plataformas. Luis, estudiante de Maestría, expresó que las clases generalmente la llevan por videoconferencia en la aplicación Zoom.

Luis señaló que una manera es el método por videoconferencia, el cual es práctico, ya que no se están exponiendo a salir de sus hogares, también reconoce que hay algunas desventajas importantes como se pueden mencionar las siguientes:

  • El aprendizaje que se está adquiriendo no es el mejor, como el presencial.
  • Los catedráticos no pueden observar si en realidad el estudiante pone atención cuando imparte su cátedra, ya que no es obligatorio habilitar la cámara del computador.
  • Falta de concentración, seriedad, interés.

Luis, también indicó que la actitud de los catedráticos es buena, ya que con lo que está pasando actualmente por el COVID-19 no les impide impartir su cátedra, están dispuestos a dar un paso más a la tecnología.

En la UMG, al igual que en las dos anteriores sucede lo mismo, las clases se imparten online. Ana, catedrática de dicha universidad, expresó que a partir del lunes 16 de marzo, trasladaron los cursos a modalidad virtual; sin embargo resaltó que en la facultad a la que pertenece ya les habían pedido (antes de los avisos de suspensión de actividades presenciales) una planificación y adecuación de contenidos.

“Desde esa semana hemos compartido materiales académicos por el portal electrónico (usamos Blackboard Learn), recibimos tareas y organizamos sesiones de videoconferencia en Collaborate Ultra para mantener la interacción con los estudiantes. En esas sesiones generamos espacios de diálogo y análisis, no nos limitamos a una exposición magistral”, dijo.

La catedrática resaltó que la educación en línea funciona en la medida en que el asesor (docente) puede preparar con anticipación los contenidos y materiales que comprende el curso, y el estudiante se compromete a dedicar tiempo adicional para la lectura e investigación de temas.

Además, considera que la modalidad virtual es un poco impersonal. Una de las grandes riquezas del proceso educativo es la posibilidad de dialogar con los estudiantes, interactuar con ellos en clase, escuchar sus puntos de vista, aunque personalmente siempre establece diálogo, pregunta cómo están, promueve la participación (ya sea por micrófono o chat).

“La educación virtual requiere de mucho más tiempo de preparación que la educación presencial. Hay que leer e investigar mucho para distribuir los temas a impartir, documentarlos, disponer de materiales en línea para ponerlos al alcance de los estudiantes, generar actividades para constatar que han comprendido los temas”, comentó Ana.

“Puedo decir que preparar un curso virtual representa el triple de trabajo que preparar un curso presencial”, agregó.

David, estudiante de la UMG, afirmó que efectivamente están estudiando por medios virtuales, videoconferencias, plataformas estudiantiles, etc. Además, reconoció que esto perjudica muchísimo. “He escuchado de compañeros con mala conexión a Internet que se les dificulta mucho y afecta en el rendimiento de sus clases”, agregó.

Además, comentó que muchos licenciados dan sus clases como si estuvieran presencialmente con ellos, cuando deberían tomarse métodos diferentes de enseñanza. “La mayoría se comporta de forma indiferente, al dar por sentado que solo mandando diapositivas y bastantes tareas ya deberíamos estar aprendiendo”.

David consideró que sí perjudica el hecho de no tener una retroalimentacion sana, esto afecta en que las tareas se dificultan hasta el doble.

La BBC, en su artículo Por qué las escuelas por internet son peores que las tradicionales, señaló que una investigación que analizó 17 estados de Estados Unidos con este tipo de métodos que el rendimiento académico es significativamente más bajo en matemáticas y en lectura.

Sin embargo y ante la crisis actual esta es la única manera en que están resolviendo las entidades académicas para impartir clases. Hay ventajas y desventajas, además de incertidumbre de cuándo volverá todo a la normalidad. Lo que hoy se ve muy lejos.

Los nombres utilizados en esta nota fueron adaptados por seguridad profesional de los catedráticos y estudiantes.

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