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Las luminarias no llegaron para verlo asumir el cargo. Una toma de posesión marcada por el retraso, aburrimiento de los dignatarios y la letra de la canción “My Way” (traducida al español), de Paul Anka, le dieron a Alejandro Giammattei la bienvenida al poder en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.

Giammattei pidió disculpas, pero no fueron suficientes para que algunos miembros de las delegaciones abandonaran la Gran Sala Efraín Recinos y no presenciaran el cambio de mando presidencial. Con sus mejores galas, los funcionarios salientes llegaron cuatro horas tarde y quienes se quedaron para presenciar el acto debieron soportar la “hora chapina”.

Con cinco horas de retraso, el acto de cambio de mando comenzó con la bienvenida a los presidentes asistentes al evento. Los dignatarios y asistentes, que decidieron quedarse, esperaron un total de 300 minutos para presenciar el cambio de mando.

Fue hasta las 19 horas que todos los funcionarios, diputados electos y exfuncionarios tomaron sus lugares. Horas antes, Felipe Alejos había sido nombrado como primer secretario del Congreso de la República y sería este quien reanudaría la sesión solemne en el Centro Cultural. Fue entonces que la ceremonia de cambio de mando comenzó.

Alejos anunciaba el XVIII punto de la agenda del Congreso y así le dio la bienvenida al vicepresidente entrante, Guillermo Castillo, y a su esposa. A ritmo de “Guatemorfosis”, de Gaby Moreno, Castillo ingresó a la sala y saludó a quienes buscaban estrecharle la mano.

Llegado el XIX punto de la agenda, a la usanza de lo que sonaba en los años 70 en el bar “La Cueva de los Capitanes”, apareció Alejandro Giammattei a la entrada de la sala. Con la tan esperada corbata de textil típico y acompañado de su hija, Ana Marcela, el 51º presidente electo de Guatemala comenzó el camino que lo llevaría a su juramentación.

Algunos se fueron y otros bromearon

Los primeros en abandonar el Centro Cultural fueron los representantes de las misiones diplomáticas de Japón, seguidos de los de España. Ambas delegaciones, que esperaron más de dos horas para que comenzara el acto, decidieron dejar el local por la impuntualidad de su inicio.

Mientras los asistentes que decidieron quedarse y hacer valer su espera, entre bostezos y desvanecimientos, siguieron en su lugar. La comitiva del mandatario saliente llegaba a la entrada del Miguel Ángel Asturias, mientras que los autobuses con diputados aún no salían del Congreso porque los padres de la patria debían almorzar. Una comida que se habría interrumpido por el discurso de hora y media que Jimmy Morales fue a dar a la sede del Poder Legislativo.

Entre tanto, el gobernante de El Salvador, Nayib Bukele, ocupó su tiempo de espera en hacer bromas sobre el retraso. “Este retraso del @CongresoGuate servirá para tener más reuniones bilaterales”, aseguró en su cuenta de Twitter. Luego, hasta bromeo con que se iría a Xela por la impuntualidad en el inicio del acto oficial.

A las 20 horas con 30 minutos, el acto en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias llegaba a su fin. No sin antes escuchar al presidente entrante declarar a las maras como “grupos terroristas”, frente al creador del slogan en El Salvador.

“Hoy comienza un futuro próspero”, aseguró el presidente entrante. Aunque su gestión comenzó cinco horas tarde, en su rostro se denotaba la felicidad de quien tarda en llegar, pero al final llega. 

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