Carlo Acutis, el beato millennial que usó la tecnología para evangelizar imagen

Este sábado fue beatificado por el Papa Francisco y es considerado como el primer beato “influencer”.

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Recordado con cariño por sus allegados y hoy venerado por sus acciones antes de morir. Carlo Acutis nació en Londres, pero pasó gran parte de su vida en Italia y fue beatificado por el Papa Francisco este 10 de octubre. Con solo 15 años, aprovechó las nuevas tecnologías para la evangelización para convertirse en un beato “influencer”.

Acutis sufrió de leucemia mieloide aguda en el grado más agresivo y falleció el 12 de octubre de 2006. Desde entonces, las historias de milagros y de su forma de ser empezaron a resonar hasta llegar a la Ciudad del Vaticano. A diferencia de todos los relatos de los santos y beatos católicos, Carlo tiene la singularidad de haber vivido en la época de las nuevas tecnologías, en la cual las cámaras fotográficas, de video y la internet convivieron con sus acciones.

Foto: Aciprensa

A pesar de que su familia no era muy creyente, las historias y recuerdos de la infancia de Carlo afirman que, desde los tres años, pedía a sus padres llevarlo al templo para poder dejarle flores a la Virgen y saludar a Jesús. Años después y con rutinas para asistir a la iglesia, se convirtió en catequista. “Creó un proyecto informático sobre los temas de la fe, tenía un sitio sobre los milagros eucarísticos. Así que este jovencito vivió su fe al máximo”, asegura el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Hoy, su frase “la eucaristía es mi camino al cielo”, resuena entre los feligreses y la Iglesia Católica lo ha colocado como un ejemplo para vivir la fe entre los jóvenes. Pero, junto a sus ganas de predicar o estar en la iglesia, le acompañaba una cámara. Gracias a sus acciones y su manera de innovar con los videos, se ganó el apodo de “ciberapóstol.”

Por otro lado, brindó un proyecto que reunía 136 milagros eucarísticos descritos e ilustrados que hoy son parte de su legado que son estudiados por universidades, colegios y parroquias. Contrario a las últimas posesiones o trabajos escritos de otros santos o beatos, la labor de Carlo se encuentra en internet.

El milagro que se le atribuye a Carlo

Una de las razones por las cuales será beatificado es porque se le atribuye un milagro luego de su muerte. Según relata la prensa de Brasil, Carlo habría intercedido en 2013 para la recuperación de un niño de 13 años que sufría de una malformación en el páncreas. Su enfermedad no le permitía alimentarse de manera adecuada.

Foto: Contrapunto

Luciana Vianna, madre del pequeño, buscó en la fe soluciones al enterarse que, en la iglesia a la que asistía, llegaría una reliquia de Carlo. Durante la misa, el sacerdote que presidió el servicio preguntó al público por alguien que necesitara un milagro, porque Carlo también debía realizar milagros para convertirse en Santo. Luciana aprovechó a dedicar novenas al joven venerado desde que se enteró que la reliquia llegaría a su iglesia hasta la presentación. Durante la ceremonia, su hijo le acompañó para que él mismo pudiera realizar su petición. El pequeño levantó la voz pidiendo dejar de vomitar, debido a que su enfermedad le provocaba esta reacción ante cualquier alimento.

Al escucharlo, Luciana le preguntó por su pedido, pero el niño le respondió que Carlo ya le había curado. Al llegar a casa, pidió un plato de arroz, frijoles, papas fritas y bistec. Fueron solo semanas para enterarse que, en efecto, el niño fue sanado y los médicos documentaron el impresionante cambio.

Carlo habría predicho su muerte

Frente a una cámara, Carlo ya afirmaba: “Estoy destinado a morir”. Poco sabría Carlo que a dos meses de grabar este video, sería diagnosticado con la leucemia que le arrebataría la vida. “Muero feliz porque no he pasado ni siquiera un minuto de mi vida desperdiciando el tiempo en las cosas que no le gustan a Dios”, recuerda la madre de Carlo, Antonia Salzano, como parte de las últimas conversaciones que tuvo con su hijo. 

Su cuerpo se mantiene incorrupto

El recuerdo de varios beatos o santos que permanecen, hasta la fecha, casi intactos o “incorruptos” es una vestimenta larga o ceremonial de la iglesia católica. Sin embargo, a 14 años de su muerte, Carlo muestra un rostro casi intacto y, según aquellos que le visitan en Asís donde sus restos se encuentran, “tiene un rostro de paz”. Unos tenis, jeans y una chumpa visten al ciberapóstol dentro de la parroquia donde se encuentra hoy expuesto en Italia.

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