A Lapshin, lo trataron de matar por ir a un lugar que no existe imagen

Nueve meses en la cárcel, torturas, golpes y un intento de asesinato. Así paso de ser un bloguero de viajes a convertirse en activista por los derechos humanos. Alexander Lapshin y su arresto por visitar un territorio que no existe. No te lo pierdas.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Lo que le sucedió Alexander Lapshin, un bloguero ruso-israelí, por entrar a un territorio que no existe sobrepaso toda lógica. Desde el Kremlin, Bielorrusia, Armenia, hasta Jerusalén la detención de Lapshin movió la política y la opinión pública como pocas veces se ha visto, al tratarse de un periodista. Hoy el bloguero camina por el mundo llevando un mensaje de apoyo a la lucha por los derechos humanos. Y en los próximos días estará por Guatemala compartiendo su experiencia. Así pasó de ser un bloguero, a convertirse en activista por la libertad de prensa.

¿Dónde queda y por que es importante Nagorno-Karabakh?

Soy un bloguero de viajes, y he visitado 152 países. Luego del servicio militar en Haifa (Israel), decidí conocer el mundo. No tengo nada que ver con Armenia o Azerbaiyán, y decidí visitar este lugar. Azerbaiyán considera este territorio en disputado con Armenia, el acceso desde Azerbaiyán es imposible por lo que se tiene que hacer por otra vía. Es un lugar tumultuoso, por lo que muchas personas visitan este lugar desde Armenia.

¿Qué fue lo que les molestó a los azerbaiyanos para que solicitarán su captura a Bielorrusia?

Creo que lo que hicieron fue sentar un ejemplo, para darle a entender al mundo que nadie debe ir a la región de Nagorno-Karabakh, donde desde la década de los 80s, pues la mayoría de sus habitantes son de etnia armenia, pero este territorio es considerado parte de Azerbaiyán. Y uno de mis viajes como bloguero, me llevó a conocer este territorio en 2011. Yo fui, y lo visité y eso parece que fue lo que les molestó, hice algún material visual, grafico y texto y los subí a las redes. Escribí en ruso, hebreo e inglés y mencioné la situación de dictadura de Azerbaiyán. Luego, cinco años después, cuando llegué a Bielorrusia por otro viaje me arrestaron, lo que yo no sabía, es que Bielorrusia y Azerbaiyán se habían puesto de acuerdo para arrestarme.

¿Cuál fue el trato que recibió durante su detención?

En 2016, cinco años desde la visita a la zona prohibida (según el gobierno de Azerbaiyán), desde Lituania tome un tren hasta Bielorrusia, cruzamos la frontera y me sellaron el pasaporte. Iba en camino a mi hotel en Minsk y me hospedé. A la media noche la policía llegó a mi puerta y me llegó a arrestar. Eran dos policías con dos ametralladoras, y me dijeron que me estaban arrestando por mi visita a Nagorno-Karabakh años atrás, por una solicitud de Azerbaiyán.

El peligro de estar detenido en Bielorrusia, pensé entonces, era que, me podrían torturar o asesinar. Por lo que antes de que me arrestaran, pedí permiso para ir al baño y comencé a mensajear a todo el que pude para avisarles que me estaban arrestando. Antes de darme cuenta, los policías entraron y me golpearon y luego me llevaron a la estación de la policía. Allí el jefe me dijo los cargos y la razón de mi detención.

Pase dos meses en la cárcel de Bielorrusia. Allí hasta el presidente habló de mi caso y dijo que no estaba seguro si yo estaba detenido en Minsk, dijo durante una conferencia de prensa. Y en ese momento su ministro del interior le dijo que estaba en la cárcel y no me habían extraditado. En ese momento le ordenó que me extraditaran Azerbaiyán, horas después me llevaron en el avión del presidente de Azerbaiyán para ser encarcelado.

¿Cómo logra recuperar su libertada?

En Azerbaiyán, parecía la llegada de una celebridad en el aeropuerto. Luego me llevaron a una cárcel, donde estuve siete meses en solitario. Me interrogaban todos los días, los investigadores me dijeron que mi caso es político, pues es necesario hacer ver que está prohibido visitar Nagorno-Karabakh.

Luego llegaron las presiones de la comunidad internacional y el presidente de Azerbaiyán comenzó a sentirlas. Aún así pase en la cárcel, pues se me juzgó por cruzar la frontera de Azerbaiyán para entrar al territorio en disputa. Acuérdese que yo crucé la frontera desde Armenia, y aún así me acusaron de cruce ilegal. Fui condenado a 3 años de cárcel y luego me pidieron que confesara que era culpable y así podrían reducir mi pena. Pero no podía pensar que cometí un crimen si solo crucé una frontera.

Estuve un total de nueve meses en cárceles, dos en Minsk y siete en Azerbaiyán. Incluso el día antes de que me liberaran, hubo un intento por asesinarme, pues varios sujetos entraron a mi celda y me trataron de asfixiar. Perdí la conciencia y cuando abrí los ojos, había pasado cuatro días en coma en un hospital de Azerbaiyán. Tenia una mano rota, perdí mis dientes, la mandíbula y costillas rotas. Para entonces no podía hablar y le dije a la policía que me torturaron, pero ellos en lugar dijeron que trate de suicidarme. Y así lo dejaron.

¿Cómo aplica hoy esta experiencia al activismo por la libertad de expresión?

Ahora mi misión, desde lo sucedido, se ha convertido en una obligación moral de pelear por los derechos humanos. Contar la historia de una región como Nagorno-Karabakh, donde miles de cristianos están a merced de musulmanes y las injusticias que se viven. Esto no es diferente a lo que sucede en el mundo, es lo que hago por que esta es mi historia.

Si quieres contactar a Alexander Lapshin, puedes escribirnos y enviarnos tus datos para que se los hagamos llegar.

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