No soy experto en el tema de la anorexia y sé lo que cualquier otra persona puede saber al respecto: que es malo para la salud y que es una enfermedad. Si quiere saber más, busque médicos, psicólogos o especialistas en el tema. Esta es mi impresión de una película.
Dicho esto, acabo de ver To the Bone (Hasta el hueso), que Netflix compró este año luego de verla en el Sundance Film Festival en enero. La historia es demasiado trillada: una joven con anorexia conoce un médico poco ortodoxo que la reta a enfrentar su condición y a abrazar la vida. Mi nutricionista me habló del tema cuando vio el tráiler, que se volvió viral con más de cincuenta millones de visitas en pocos días. Ella me decía que le preocupaban varias cosas del corto:
1) La protagonista es una mujer blanca y delgada, cuando la anorexia y los desórdenes alimenticios los sufrimos todas las personas, sin importar nuestra piel o cuerpo.
2) Que la cinta hable sobre contar calorías de manera compulsiva y demás desórdenes alimenticios pueda generar recaídas en personas que están luchando contra esto, y que incluso justifiquen y se glamoricen estos actos.
Y 3) que la protagonista, Lily Collins, quien había sufrido anorexia, bajara de peso de manera dramática diciendo que había sido de forma saludable, cuando bajar de peso mismo simplemente no es saludable. ¿Pondría a un alcohólico a tomarse los tragos en un filme sobre el alcoholismo?
Para mí, lo primero es que la cinta es muy aburrida. Vemos a Ellen, protagonizada por Lily Collins, apretarse el brazo como medición de su cuerpo todo el tiempo, haciendo caras, disgustando a todos. Con una pose de superioridad en cuanto a cuán jodida es su vida comparada con la de los demás porque además de no poder comer y tenerle pánico a las calorías porque cree que un pastelito la va hacer explotar de grasa, su blog de dibujos sobre la anorexia en Tumblr causó el suicidio de otra joven.
Lo trillado es lo de la familia disfuncional, algunas escenas donde hace abdominales de manera compulsiva y sus diálogos con el médico “revolucionario” que interpreta Keanu Reeves. Pero dios santo, es como ver a Reeves interpretando a John Wick que interpreta a un médico que no sabe qué diablos está pasando. Nada de lo que vemos en pantalla, al menos para mí, se ve innovador ni me da información nueva al respecto.
Los pacientes están en una casa donde deben ganar puntos para obtener privilegios. Todos deben sentarse a la mesa aunque no coman. Cada quien puede tener su comida favorita servida siempre. Y ocasionalmente hacen sesiones de grupo. Los compañeros de Collins tampoco aportan nada. Aunque al menos la cinta muestra a un hombre y una mujer negra que no está en los huesos, ambos lidiando con desórdenes alimenticios.
***Spoiler Alert***
¿Qué se puede rescatar? Casi nada en realidad. El tráiler es tan insustancial como la película. Sí, la protagonista termina siendo alimentada con una pacha por su madre biológica quien acepta que se va a morir y que no puede hacer nada al respecto. To the Bone termina con Ellen en un sueño donde tiene una epifanía al ver su cuerpo demacrado en el suelo; al despertar decide seguir luchando por su vida.
Así de carente de propuestas y enfoques ante la anorexia es la cinta de Marti Noxon, una productora de series como Buffy la cazavampiros que se estrena de manera muy desafortunada como directora. Quizá lo único que pueda hacer el filme es crear algo de conciencia en algunos para que busquen ayuda o para que quienes tenemos seres queridos en una situación similar los apoyemos con amor y sin juzgarlos.