El guatemalteco no tiene la cultura de la gestión de residuos; lo cual significa que no se tiene el interés por la reducción, segregación, recolección y menos del tratamiento y disposición final. Esta falta de gestión de los residuos está generando severos impactos a los ecosistemas naturales y por ende en la calidad de vida del guatemalteco, poniendo de manifiesto la contaminación, dado que la naturaleza ya sobrepasó su capacidad para restaurar su ciclo natural. La gestión de residuos es transversal y deben asignarse responsabilidades, políticas, estrategias, planes, programas en los sectores salud, educación, economía, agricultura, energía, turismo, planificación urbana, desarrollo industrial y ambiente que conlleven a un mismo fin.