Y el machismo te acompañará desde la concepción imagen

Esta vez hablaremos de esa tradición de solo celebrar el nacimiento de los niños y de por qué en el IGSS no informan si fue niña o niño.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

En algunos lugares del país hay fiesta con caldo de gallina cuando nace un niño. Pero si es niña, la madre solo recibirá una escudilla con atol blanco y una fiesta mínima. 

Quizá ese sea el origen del por qué en el IGSS no informan por teléfono el sexo del recién nacido. Lo hacen para evitar complicaciones con el padre, según nos informaron. 

Este Relato es un vistazo a ese machismo que acompaña a las mujeres, algunas veces desde la misma concepción.

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Todo comenzó con la duda sobre por qué en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) la información sobre los nacimientos era tan escasa cuando se llamaba para preguntar por los hijos. Varios amigos nos contaron su experiencia, en la cual solo informaban vagamente que la mamá ya había dado a luz y la criatura se encontraba bien de salud.

Si preguntaban si había sido niño o niña, el interlocutor aseguraba que esa información no podía ser proporcionada a nadie por esa vía; al papá, menos. 

Fue entonces que entre críticas y bromas nos dimos a la tarea de ahondar en el tema y descubrimos, además de las razones por las que no dan el sexo del recién nacido en el IGSS, que en Guatemala el machismo puede acompañar a las niñas desde la misma concepción. Para esto acudimos a tres personas, primero para conocer la razón por la que se niega la información, segundo para saber el origen de algunas tradiciones que están en el machismo y por último con una activista de género. 

Estos son los tres Relatos sobre el tema.

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Trabajadora social del IGSS

“No se dice el sexo del recién nacido porque está prohibido. Es una norma del Instituto, no se da esa información. Lo que sucede es que la gente se pone a veces con actitudes negativas. Es por si es niña, de repente el papá solo niñas ha tenido y se molesta, y por eso simplemente la información no se da.

Es hasta el momento de la visita, luego del nacimiento, que se enteran qué tuvieron. Muchos lo que hacen es que sacan un ultrasonido por su lado en lo privado y así se enteran. 

Anteriormente no era norma, pero como se dieron algunos casos, se optó por convertirlo en una norma. Esto se da en todos los IGSS en los que hay maternidad. 

Recientemente no se han dado casos de enojos y problemas por el sexo del recién nacido, pues hace un tiempo que no se les informa por teléfono ni en los ultrasonidos”.

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Aníbal Chajón, del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos, sobre el antecedente histórico:

“Cuando nace el niño es que se hace el caldo, y si es mujer se puede dar casi cualquier cosa. Lo que sucede es que el caldo está considerado muy nutritivo y costoso. Las gallinas son ponedoras de huevos, entonces sacrificar una gallina es como decir ‘estoy dispuesto a perder muchos huevos’. Entonces el caldo es una gran fiesta por el nacimiento del varón, por la concepción patriarcal de la sociedad, esa en la que era más importante su nacimiento al de una mujer.

En el caso del atol blanco, que es lo que se acostumbra dar cuando nace una niña, es más sencillo, económico y común. La visión patriarcal anterior era: ‘nació una nena, puede comer cualquier cosa’, se festeja con algo simple. Es una fiesta para que familia y vecinos se den un banquete y en las áreas rurales aún se practica. Ocurre en lugares de Santa Rosa, Jutiapa, en el Oriente del país tengo la certeza, y es muy probable que en áreas del Occidente también.

Esta costumbre está en proceso de desaparición, pero no por la visión incluyente. Tiene que ver más con la información que se recibe ahora, pero no por una cuestión de género, es más por cuestiones prácticas; también por la introducción de costumbres extranjeras. Entonces, si nació un niño, pues un regalo para él. 

Sin embargo, en lugares recónditos esa tradición permanece.

Probablemente en la actualidad las cosas han cambiado, pero en el pasado dependía mucho del contexto social. Cuando nacía una hija, lo que pensaba la familia era, ‘¿con quién se va emparentar?’. Era decir: ‘el primo tuvo un varón, ¡qué felicidad!, pero la prima tuvo una hija, no hay problema, pues se puede casar con alguien’.

No es que fuera rechazo, solo es que las consideraciones son otras. Era pensar que el varón se va dedicar a ‘tal cosa’, con la mujer no, en ese caso es, ‘se va casar con fulano que va tener éxito’. Los roles estaban muy definidos, también tómese en cuenta que en muchas partes se daba dote, el concepto del ‘no gasto’ era porque ‘tengo que empezar a ahorrar para cuando se case’. Son dos cosas diferentes, que no necesariamente representaban exclusión”.

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Dichos los antecedentes históricos y la política de protección respecto del tema en el IGSS, solo nos quedaba conocer la opinión de una activista de género y por ello acudimos a La Cuerda. Planteado el caso, María Dolores Marroquín, articulista del medio, explicó.

“Eso ocurre y, además, las comadronas cobran más caro si nace niño. Se han dado casos en los que los hombres saben que son niñas y ya no llegan a recoger a las esposas, las dejan en el IGSS o en los hospitales nacionales.

Vivimos en una sociedad histórica y estructuralmente patriarcal, con un modelo que exalta un tipo de humanidad. Esa humanidad gira alrededor de la figura masculina, no solo como el cuerpo físico del hombre, sino un tipo de razonamiento.

Hay algunas verdades que se establecen socialmente, como ‘el pez grande se come al chico’, pero son interpretaciones humanas de lo que observamos en la naturaleza, no significa que esa tenga que ser la única lógica, es una interpretación muy particular. 

Entonces el asunto es que, como existe esa estructura social y se percibe que es una manera natural de relacionarse, entonces ‘así ha sido y así sigue y seguirá siendo’, muy poco nos cuestionamos esas relaciones de poder que existen y eso tiene expresiones institucionales.

Hay una forma de pensamiento que ha sido instalado y que tiene expresiones en diversa áreas en lo institucional, en leyes y políticas, la forma que se organiza la sociedad, partidos políticos, organizaciones social y comunitarias, en donde la presencia más fuerte es de liderazgos masculinos o son mujeres que nos comportamos como hombres para que nos tomen en serio.

Tiene diferentes maneras de expresarse y hay algunas costumbres que parecen razonables pero no lo son, como estas que se mencionan, pero hay otras que son igual de terribles, desde que no se le hace caldo cuando nace niña, que las comadronas cobran más caro cuando nacen hombres, o que los esposos no las van a traer cuando se sabe que fue niña, que la esposa no se puede operar para ya no tener hijos sin el consentimiento del esposo, incluso casos en los que el esposo golpea a su esposa por no darle hombres, cuando está demostrado que es el hombre el que define el sexo del hijo durante la concepción”.

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Así, con estos hechos pudimos comprobar cómo cientos de niñas en el país son concebidas y nacen en una sociedad machista en donde por el simple hecho de ser mujer pueden quedar huérfanas de padre tras su nacimiento.

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