Manejan desde motos pequeñas hasta de gran motor que rugen al transitar. Las mujeres ahora han optado por este transporte alterno que, a su vez, son intimidadas por figuras masculinas por “no manejar como ellos”. Eso le ha pasado a Camila, una joven de 23 años que no le tiene miedo a nada.
Dos años tiene de manejar moto, una pasola que le saca la tarea para llevarla y traerla donde lo necesita. La pelirroja, como ella le llama. Camila ha sufrido tres caídas, de las cuales no le han impedido montarse nuevamente en el vehículo de dos ruedas.

Lo difícil es la gente
“Creen que por ser mujer me pueden intimidar con solo acelerar, o meterse al carril solo así porque no les voy a reclamar”, indicó la joven.
El proceso de aprendizaje es el mismo, tanto hombres como mujeres aprenden a manejar una motocicleta y todo lo que esto conlleva. Además de ello, algo complicado para ellas es al momento de dirigirse al taller, ya que se aprovechan con los precios.
“Es lo que más detesto. Cuando uno aprende a manejar moto, también debe saber cada cuánto se le realiza el servicio, como va el kilometraje, el cambio de pastillas, etcétera. Me he topado con talleres que me dan precios elevados porque creen que soy ignorante en ese sentido. Así no se puede”, comentó Camila.
La experiencia de manejar al volante la ha llevado a dominar muy bien este tipo de transporte.
Camila pensaba que al tener un casco y una chumpa de protección, no se fijarían en ella en lo más mínimo, error. En los semáforos se ha topado a hombres que tratan de seducirla con palabras obscenas con el fin de llamar su atención. “No solo se sufre cuando se camina en la calle, y aunque parezca mentira, a las motoristas también nos acosan”, aclaró.
Para Camila, el estereotipo que solo hombres (o su mayoría) manejan moto, se ha desvanecido con el tiempo. Las mujeres, en ocasiones, son más “aventadas” para salir de su área de confort. La joven también tuvo su temporada en la que manejaba lentísimo tras los carros, conforme al tráfico, pero con el tiempo aprendió y entendió que es un transporte que permite facilitarte la vida.

“He aprendido bastante y mis reflejos se han intensificado, puesto que es necesario llevar la mente 100 por ciento concentrada en lo que se está haciendo. Han intentado robarme la moto mientras la manejo y he logrado evitarlo gracias a mi experiencia manejando”, indicó.
¿Por qué prefieren la moto?
Para las mujeres manejar moto es una forma de sentirse libre, fuerte y con control. No importa como anden vestidas, se la han ingeniado para conducir con zapatos bajos hasta de tacón. Según la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) se ha alcanzado 1 millón 979 motocicletas, entre los años 2005 al 2017. Para Camila, comprar una moto fue la mejor decisión que pudo haber tomado. A pesar de las ocasiones incómodas, de las caídas, las mojadas y asoleadas, gasta una nada en gasolina, porque las motos, aclara ella, son increíblemente económicas y muy funcionales.
Tú, mujer ¿te animarías a manejar motocicleta?

Fuente: SAT