Extraerse leche materna en el baño de la oficina imagen

Esta práctica es más común de lo que imaginamos. Es preciso que las empresas dignifiquen el alimento que las madres preparan para sus hijos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Soy asesora certificada en lactancia materna y mi labor es acompañar a las madres en cada etapa, desde el inicio hasta el destete. En ese ínterin hay muchas madres que me hacen consultas acerca del regreso al trabajo y mientras hacemos la planificación para que puedan almacenarla de manera adecuada me he dado cuenta que muchas veces el éxito de lograrlo o no radica en el apoyo que ellas reciben de su entorno laboral.

Muchas de ellas me llaman a las semanas de haber regresado a su trabajo, frustradas y tristes porque no producen la leche que necesitan y se ven necesitadas de comprar un bote de leche para complementar. Trato de buscar la causa de lo que está pasando y los factores que influyen están a la vista.

Les puedo decir que uno de los errores más grandes radica en que no hay un lugar adecuado para la extracción. En la mayoría de los casos las madres se tienen que recluir en el baño para hacerlo.

En un foro de madres alguien contaba su experiencia: “Cuando regresé me dijeron que me apoyarían con la extracción de mi leche y me colocaron un tomacorriente en el baño”.

Otra comentó que cuando dejaba las bolsas con leche en la refrigeradora sus compañeros de trabajo hicieron el comentario que les daba asco.




Sin duda no somos una sociedad que apoye a la madre que regresa al trabajo y quiere seguir dando lactancia materna a su hijo. A los jefes de estas mujeres me gustaría decirles: ¿Ustedes se comerían algo que fue empacado en el baño?. Estoy segura que fruncirían el ceño y su respuesta sería un rotundo no.

Él último caso que acompañé fue el de una mamá que se sacaba la leche en un baño que compartían con varias oficinas. A las semanas de tratar de hacerlo en el menor tiempo posible me llamó desesperada y como consecuencia su producción de leche había disminuido.

La animé a que lo hiciera en su lugar de trabajo  con una manta de lactancia o que hablara con sus superiores y ver de qué manera la podían apoyar. Le dije que dignificara ese acto de amor y alimento para su hijo.

Me gustaría preguntarles a los gerentes de las empresas si tienen una base de datos que les diga cuántas madres se extraen la leche en tus instalaciones.

Estoy segura que muy pocos tienes esa información, y posiblemente estas madres se sacan la leche en los baños, porque no hay un lugar adecuado, porque no sienten comodidad o porque simplemente se sienten avergonzadas porque nadie les ha dicho que hacerlo, incluso en su cubículo de trabajo, no tiene nada de malo.

Ya las madres encontrarán la forma de utilizar una manta de lactancia, por ejemplo, mientras se extraen, pero que sea en un lugar inocuo y limpio.

Hoy quisiera hacerles conciencia de lo importante que es el apoyo a la madre tras el regreso al trabajo, porque les aseguro que si yo les ofrezco un desayuno empacado en el baño no se lo comerían, pero si lo empaco en la cocina de mi casa seguro sí.

A los dueños y directores de las empresas les digo que dignifiquen a sus empleadas, que contribuyan con la sociedad adaptando lugares compatibles con la extracción de leche para alimentar a muchos niños que son el futuro.

Existen formas adecuadas para acompañar a estas madres y ser parte del cambio. 

Fotografías de este Relato: www.nenesdeleche.org

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