Hace diez años, el 21 de agosto del 2007 para ser mas preciso, una pequeña compañía llamada 2K Games nos daría el gusto de lanzar un misterioso pero adictivo juego, plagado de enemigos dementes y grotescos, pantallas laberínticas y sonidos espeluznantes, una distopía ambientada abajo del mar en la década de los sesentas, con toques “steam punk” y manipulación genética para coronar la experiencia.
Hablo del “first person shooter” BIOSHOCK, un juego que revolucionó las consolas e inclusive la PC, no era el clásico tirador en primera persona, además de tener una amplia gama de armas también estaban los poderes especiales, que habías adquirido tras haber cambiado tu código genético con los llamados plasmidos, un juego en donde según tus decisiones así sería el final, con escenarios tan variados como un lúgubre consorcio de clínicas y hospitales o la ruinas inundadas de lo que pudo ser un centro comercial muy grande.
La historia:
BIOSHOCK te cuenta la historia de un empresario multimillonario que decide alejarse del mundo y crear el propio bajo del mar, el magnate en cuestión se llama Andrew Ryan y junto a otras mentes brillantes de la época embarcan a una aventura, deciden crear la ciudad de RAPTURE en donde solo “los elegidos” vivían, pero como toda inversión del hombre tenía su falla y esto llevo a la ciudad a una revuelta y a la mutación de sus habitantes.
Los enemigos:
Había una cantidad muy respetable de tipos de enemigos, los habían como médicos locos que lanzaban bombas, misteriosos fanáticos de una secta que se hacían invisibles, amas de casa desfiguradas y locas. Según la historia los residentes de la ciudad bajo el agua se habían convertido en adictos al cambiar su código genético y conforme mas consumían mas se deformaban, resultando en la variedad de malformados que tenias que eliminar a tu paso.
Uno de los mejores juegos que ha habido en los últimos diez años y con dos secuelas después se ha vuelto un clásico instantáneo en poco tiempo. Un juego cuya sentencia o lema de uno de sus personajes se queda grabada en tu subconsciente: “un hombre escoge, un esclavo obedece”. Una frase muy aplicable para el panorama nacional que estamos viviendo actualmente.