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Hace dos semanas, mientras el miedo al virus mantenía encerrados a muchos guatemaltecos, un ejército clandestino patrullaba la parte norte de Cobán, Alta Verapaz. Los uniformados de rojo y negro, contaron los vecinos, realizaban desfiles y actividades para demostrar su capacidad de organización. Y fue el robo de cardamomo el que dio la oportunidad a Julio César Macías, alias el comandante César Montes, y sus huestes de acertar un duro golpe a la economía de las tierras altas.

La Fundación Turcios Lima (FTL) y sus 11 mil efectivos, según Montes, se han autoproclamado como defensores de los derechos de la tierra. Conocen el área mejor que muchos, al punto de que luego de que se emitiera una orden de captura en contra de su líder, no hay quien lo encuentre. A Montes, quien es sujeto de búsqueda, se le atribuye la complicidad del asesinato de tres soldados en septiembre pasado. Cuando una incursión en Izabal, por parte del ejército, se topó con operaciones de narcotráfico y luego miembros de la FTL habrían ultimado a balazos a los militares para proteger a los traficantes y la droga. Montes, quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia, reconoció que se encuentra en situación de clandestinidad. “Estoy medio clandestino o clandestino y medio”, dijo. Además, aseguró que la Fundación Turcios Lima, de la cual se vanagloriaba antes ahora está acéfala.

Sin embargo, la presencia de miembros de FTL al norte de Cobán en los días previos a la Semana Santa fue confirmada por comunitarios. Mismos que aseguraron que los hombres vestidos de negro y rojo, con armas escondidas, llegaron para dar inducción en la elaboración de bombas molotov y charlas sobre la reivindicación de la tenencia de la tierra. Luego, durante la Semana Santa se comenzó a detectar un incremento en el robo de cardamomo a los pequeños productores del sector. Finalmente, este lunes uno de los ladrones, residente de la comunidad Urbano II, fue detenido por los afectados y entregado a la PNC.

Mientras era llevado a Cobán, miembros de la FTL llegaron a confrontar a los habitantes. “¿Por qué llamaron a la policía?, son una m…, cobardes”. El reclamo por parte de los miembros de la fundación no gustó a los pobladores, quienes decidieron defenderse y retar a los hombres de rojo y negro. Mismos quienes aseguraron que, antes de darles una lección liberarían al ladrón. Y así sucedió. La patrulla de la PNC fue emboscada por un grupo de hombres armados quienes liberaron al dueño de lo ajeno.

Entre tanto, en la comunidad, la tensión entre comunitarios y miembros de la FTL escalaba. Dieron las 2:00 p.m. cuando el clímax de la discusión llevó a la destrucción de las viviendas de los habitantes. Balas y fuego, provocado por las bombas molotov, de a poco consumieron las viviendas, aseguraron las víctimas del robo. En medio de los ataques, la casa patronal de la finca Cubilhuitz llevó la peor parte. Los enardecidos militantes de Montes la quemaron. Uno a uno cada cuarto fue saqueado y luego encendido en llamas, mientras los comunitarios trataban de apagar los incendios en sus viviendas. Llegadas las 8:00 p.m., el fuego, los ánimos y los miembros de la FTL se habían extinguido. En su retirada los FTL llevaron consigo granos, vacas, muebles y todo lo que pudieron quitarle a los comunitarios y a la finca, aseguró un personero de la Cámara del Agro (CAMAGRO).

De acuerdo con CAMAGRO, desde la muerte de los tres soldados en septiembre pasado, quedaron al descubierto las operaciones narcoterroristas en territorio guatemalteco. Y esta invasión y quema de la finca Cubilhuitz forma parte de la estrategia del crimen organizado para asegurarse de territorios libres de la PNC y el ejército. Y el ataque a Cubilhuitz fue una excusa para invadir la finca vecina, Asunción y con ello ampliar el área de influencia libre de autoridades.

“Las fincas invadidas están sirviendo de bodega para el narcotráfico, quienes están a la espera de que se puedan reanudar operaciones para llevar la droga a otros países”, CAMAGRO.

Además, el hecho revela la gran inversión que estos grupos del crimen organizado hacen en grupos como el de Montes. “Basta con ver en qué tipo de vehículos agrícolas se movilizan los miembros de la FTL y el armamento que llevan, todos financiados por el narcotráfico.

Montes, desde la distancia dejó dos mensajes para CAMAGRO y el pueblo de Guatemala. A la primera que sus señalamientos son basura calumniosa y que les puede demandar, mientras que al segundo quiere que sepan que la FTL no está funcionando y que quien estuvo financiado por el narco fue “Jimmy el payaso Morales”. Montes aseguró que lo sucedido en Cubilhuitz fue obra de los empleados de la finca y jamás hubo tal enfrentamiento. Pero demostrarlo implicaría abandonar las tierras altas y dejar la clandestinidad.

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