Municipalidad de Chinautla pagó Q5 millones por un pozo inconcluso imagen

Una empresa contratada en 2021 para perforar un pozo en Tierra Nueva Dos, Chinautla, abandonó la construcción 9 meses después solo con el 17 por ciento de avances, pero la comuna le pagó el total de la obra en 2023.

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Gérman Gómez

A menos de un metro de lo que debería ser un pozo de 2 mil pies de profundidad, con capacidad de bombeo de 30 galones de agua por minuto y que pretendía beneficiar a 25,710 personas, se encuentra un basurero municipal y una valla publicitaria que se cae a pedazos, frente a ellos, una escuela primaria recién remodelada. Las obras tienen algo en común, fueron ejecutadas en los últimos 4 años por la Municipalidad de Chinautla, bajo la administración de la alcaldesa Brenda Elizabeth del Cid Medrano. Y ninguna está terminada, según consta al comparar los avances físicos con los requerimientos detallados en los contratos disponibles en Guatecompras.

En el caso del pozo, la comuna adjudicó su construcción por Q5 millones a Soluciones de Purificación, S. A. empresa fundada en 2011 y que únicamente presta sus servicios al sector público. A pesar de los negocios que realiza, no cuenta con oficinas físicas. Su dirección inscrita en el Registro Mercantil es una casa particular ubicada en la entrada de la Aldea el Campanero, zona 8 de Mixco. La obra fue pagada en su totalidad en 2023, según consta en los reportes financieros del portal web del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), pero sigue inconclusa. La municipalidad afirma que la obra se culminó y para justificar su ejecución utiliza fotografías de la construcción de otro pozo, ubicado en la misma localidad.

La escasez de agua en Chinautla, específicamente en las comunidades de Tierra Nueva Uno y Dos, ha afectado a los vecinos por años. El agua llega a los hogares cada 8 días por 30 a 45 minutos. Los vecinos deben comprarla a empresas privadas, cada tonel (220 litros) cuesta entre Q10 y Q15. Patricia Sumpango, vecina de la comunidad desde hace 35 años, cuenta que el anuncio de la construcción del pozo les ofreció la esperanza de tener más agua en sus casas, pero eso no fue así.

El pago de una construcción inconclusa

Según los planos de ubicación y localización del pozo disponibles en el SNIP, la obra debería realizarse en la colonia El Complejo, Tierra Nueva Dos. El lugar es un terreno baldío cercado con láminas y parales de madera, en cuyo interior, se observa una perforación sin tapadera, la cual también es visible en Google Maps. Según el acta del consejo municipal, la aprobación del pago de la obra se realizó unánimemente entre sus integrantes. No hubo oposición, a pesar de

que fueron electos por diversos partidos en 2020, entre ellos la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Compromiso Renovación y Orden (CREO) y Podemos. La justificación fue que los informes de supervisión mostraban un “95 por ciento de avance del proyecto”, por lo que era necesario “liquidar en su totalidad a la empresa” para evitar una ilegalidad en los tiempos de pago.

Algunos trabajadores municipales sostienen que sí salió agua del pozo, pero no apta para el consumo humano. Otros afirman que la perforación no logró encontrar agua. Un fontanero, que por temor a represalias habló bajo el anonimato, indicó que “del pozo salió agua altamente contaminada”. Contó que estuvo en el lugar cuando hicieron el primer bombeo y escuchó esa información.

El pozo se hizo en otro lugar

El representante de Soluciones de Purificación, S.A., Rafael Alberto Andrade Tobar, afirmó en entrevista telefónica que cuando perforaron 1,200 metros encontraron “tierra suelta y piedra” por lo que la maquinaria no pudo seguir. Aseguró que el proyecto generó un “gran problema” con la municipalidad, porque el estudio de factibilidad “no funcionó” y que el pozo se construyó en otro sector del municipio, pero no accedió a indicar la ubicación. Inmediatamente después cortó la llamada.

Se intentó obtener la versión de la comuna, pero la alcaldesa no contestó las llamadas ni el mensaje que le fue enviado. Asimismo, se trató de localizarla en el edificio municipal, ubicado en la Colonia el Sauzalito, zona 0, Chinautla, donde todos los miércoles tienen reunión de consejo, sin embargo, no fue posible ubicarla. La afirmación de que el pozo fue construido no tiene sustento. En el portal de Guatecompras figuran 14 informes de supervisión de la obra, los cuales señalan que el pozo se construyó en su totalidad en el lugar indicado en el contrato. Pero la bitácora de fotografías de cada informe muestra otra cosa: un pozo construido en un área boscosa, diferente al sector urbano señalado en la boleta del SNIP y del propio contrato. Las imágenes contenidas en los documentos no concuerdan con el punto de la construcción.

Obra justificada con fotografías falsas

Se realizó un rastreo en Guatecompras para identificar la ubicación del pozo que muestran las fotografías de los informes. Las imágenes fueron utilizadas por la comuna dos años antes de la adjudicación a Soluciones de Purificación, S. A., en 2019, para los informes de avances de la construcción de un pozo en la Colonia Maranatha Tierra Nueva Dos. Al visitar el lugar se comprobó la existencia de la obra, y esta correspondía a los requerimientos del contrato suscrito por la comuna, disponible en Guatecompras. La perforación del pozo estuvo a cargo de

Macoinsa, empresa sindicada de dejar inconclusas varias construcciones municipales, entre ellas un pozo en la aldea San Antonio Las Flores, como denunció en 2019 el medio Soy502.

Los 14 informes que contienen información falsa fueron emitidos y firmados por Carmen Arizandieta Vásquez, arquitecta supervisora de obras de la Dirección Municipal de Planificación de la comuna. También es la síndico segundo de la comuna. Fue electa en 2023 por la planilla municipal que encabezó Liz Medrano, postulada por el entonces partido oficial partido Vamos. Falsear datos en los informes de obra pública es un delito. Se le considera falsedad material y la sanción es de dos a seis años de prisión.

Samuel Batz, especialista de Inversión del SNIP, sostiene que es “fácil engañar al portal” porque como dependencia no tienen el mandato de “fiscalizar los documentos e informes” que presenten las entidades obligadas a rendir cuentas en el sistema. Ellos únicamente se limitan a “ser un portal de acceso a la información pública” en la rendición de cuentas. Asimismo, explica que no tienen injerencia en los datos disponibles, pues el mecanismo es un cruce de datos, en este caso “la municipalidad es la responsable de actualizar los avances físicos de la obra”, mientras que el Ministerio de Finanza Públicas (MINFIN) se encarga de los avances financieros.

Dudosa adjudicación

La junta de licitación que adjudicó la construcción del pozo a Soluciones de Purificación, S.A. en 2021 estuvo integrada por los trabajadores municipales Alexander Misael Caal Cucul, Byron Antonio Pitzun Hernández, ambos bachilleres, y Óscar Gabriel Hernández Hernández, con cierre de pénsum en Arquitectura. Ninguno poseía los grados académicos y la experiencia que exige la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado.

La construcción de un pozo como el de Chinautla requiere de estudios de factibilidad e impacto ambiental, los cuales deben ser aprobados por el Departamento Técnico de la comuna, cuyo responsable fue el ingeniero Alfredo Montenegro Florián. Y por el Departamento de Calidad Ambiental de la Dirección de Gestión Ambiental y Recursos Naturales, del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), respectivamente.

Ricardo Antillón, experto en gestión de riesgo y en construcción de pozos, explica que generalmente estos estudios tienen un margen de error del 5%, por lo que este proyecto no tendría que haber fallado. “Si los estudios fueron realizados correctamente, el pozo en la actualidad debería estar funcionando”, señala el doctor en Ingeniería Hidráulica y exasesor ambiental del MARN.

El estudio de factibilidad y el estudio de impacto ambiental del pozo en Chinautla que constan en Guatecompras no concuerdan, el primero indica que el pozo tendría una profundidad de mil pies, mientras que el otro indica 2 mil pies. Después de que el MARN aprueba el impacto ambiental, debe supervisar la obra cada 6 meses, pero no hay registros de las supervisiones en el expediente de la obra, como lo afirmó el ministerio a través de una solicitud de acceso a la información pública. También detalló que la municipalidad “no ha entregado los informes de la calidad de agua del pozo”, responsabilidad adquirida al momento de la autorización de la perforación.

La municipalidad como negocio de los Medrano

Chinautla es un municipio del departamento de Guatemala, a una distancia de 11 kilómetros de la ciudad capital, cuenta con 114,752 habitantes, un índice del 18% de pobreza y 1.8% de pobreza extrema. No existen datos respecto a la escasez de agua, pero el Plan de Desarrollo Rural y Ordenamiento Territorial (PDM-OT) 2020-2032 de la comuna detalla la problemática de su distribución, “la población debe almacenar el agua en depósitos individuales y trasladarse para abastecerse, lavar y para aseo personal”.

La municipalidad de Chinautla opera con un presupuesto anual de Q86 millones, de los cuales el 35% se destinan al agua y saneamiento, un rubro que históricamente ha sido señalado de malversación y corrupción, y por lo cual un exalcalde guarda prisión: se trata de Arnoldo Medrano, conocido como el “cacique de Chinautla”.

La comuna está bajo el control de la familia Medrano desde hace 36 años. En 1988 Arnoldo Medrano, un maestro de preprimaria fue electo alcalde, y se mantuvo en el cargo hasta 2015, cuando fue capturado por el caso de corrupción “Municipalidad de Chinautla: un negocio familiar”, impulsado por la Comisión Internacional contra la Impunidad de Guatemala (CICIG) y la Fiscalía Especial contra la Corrupción (Feci) del Ministerio Público (MP). Medrano fue acusado de lavado de dinero, fraude y asociación ilícita. En 2023 fue sentenciado por estos delitos a 29 años y medio de cárcel, también tendrá que pagar una multa de Q25.7 millones.

Gustavo Medrano, hijo de Arnoldo, no logró ganar la elección en 2016, pero sí lo consiguió su sobrina Brenda del Cid, quien dirige Chinautla desde ese entonces. En su tercera administración, del Cid no tiene oposición, pues la mayoría de las actas del consejo detallan que las obras y proyectos se aprueban con unanimidad.

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