El nuevo “normal” en Alemania imagen

El país encontró la fórmula perfecta para presentar conciertos ante la pandemia del coronavirus.

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Alemanes buscan la manera de realizar las actividades con medidas de higiene.

El fin de semana la Bundesliga regresó y el mundo nuevamente vio rodar un balón de fútbol.

Cada vez más los distintos países buscan la manera de cómo reabrir sus economías y, por ende, las actividades que hace pocos meses atrás se podían realizar.

En Alemania cada vez más los ciudadanos tratan de seguir con sus vidas de una manera “normal”. 

Los empresarios de los conciertos de electrónica también buscaron la forma de seguir operando para mantener con vida el espíritu de los “raves”.

Discoteca en automóviles

La discoteca alemana Index, en Schéffort, Alemania organizó un “rave” para 250 vehículos, con 2 personas máximo en el interior.

En la actualidad, han surgido más iniciativas de este tipo y continuarán en las próximas semanas. De momento, son opciones para intentar seguir adelante y conseguir que la gente se desestrese ante la presión por la situación actual generada por la crisis mundial del COVID-19.

La fiesta se celebró en el parqueo de la discoteca, en donde participaron hasta 500 personas (dos personas por carro). Parte de las restricciones era que todos podían bailar, pero adentro de sus automóviles, sin abandonarlos.

Medidas de seguridad

Se mantuvieron las medidas de seguridad higiénica, todos debían usar mascarillas, distancias recomendadas, etcétera.

Los DJ consiguen amenizar las fiestas y continuar con un nuevo “normal”.

Así es como más eventos se suman a la agenda de los alemanes. Todo esto para reabrir su economía en el ámbito artístico. 

Días después, también se llevó a cabo un concierto del danés Mads Langer, en la ciudad de Aarhus, Dinamarca. El cantante actuó para 500 asistentes en un escenario al aire libre, mientras el público permanecía de igual forma que en los raves de Alemania en sus autos. Solamente que en lugar de reproducir el sonido desde torres de amplificación, los espectadores se conectaban desde una emisora de radio en sus vehículos. 

Las entradas se agotaron desde el primer día de venta. Así es como en los países europeos se busca poco a poco salir del confinamiento para reinventar los negocios y poder generar empleos. 

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