La pobreza, violencia y la crisis migratoria son temas que sobresalen entre las principales problemáticas de la población guatemalteca. Sin embargo, existen organizaciones que buscan promover la lucha contra estas complicaciones sociales, entre ellas, la Fundación Glasswing.
Desde 2010, esta fundación se ha enfocado en diferentes regiones de Guatemala para buscar un impacto sostenible y fortalecer los recursos de las regiones de la salud y educación. Por otro lado, las temáticas que han abordado recientemente en el país son mitigar la migración irregular y promover la educación para evitar caer en la violencia.
Escuelas comunitarias para la prevención de la violencia
La Fundación Glasswing ha trabajado de cerca junto a los jóvenes para evitar que lleguen a pandillas o maras, por medio de diferentes clases extracurriculares. “Tenemos dos horas semanales en las cuales los jóvenes pueden aprender y divertirse, además de alejarlos de un rumbo equivocado”, comentó Marcela Aquino, directora de país de la Fundación.
Este programa, denominado “Escuelas Comunitarias”, busca fortalecer la educación pública y contribuir a la prevención de la violencia, por medio de la mejora de la infraestructura escolar y un programa de educación extracurricular. Con diferentes clubes educativos, después de clases como robótica, artes o deportes, capacitaciones a docentes y diálogo con padres de familia, jóvenes en las diferentes regiones logran aprender y divertirse.
Aquino afirmó: “Hemos visto cómo los jóvenes mejoran su rendimientos gracias a estos programas y eligen aprender, en vez de pertenecer a las pandillas o maras”.
Actualmente, 17 escuelas operan bajo el modelo de escuelas comunitarias, ubicadas en Ciudad de Guatemala, Mixco y Villa Nueva; municipios que han sido priorizados para proporcionar a los niños y jóvenes más oportunidades de desarrollo, así como mantenerlos en la escuela por más tiempo.
“Centroamérica vive un momento crítico debido a los desafíos increíbles que enfrentan la juventud y las comunidades. Nosotros trabajamos de cerca con las escuelas públicas para convertirlas en un orgullo comunitario y volverlas el centro de toda actividad. Nos enfocamos para brindar a los jóvenes modelos positivos a seguir, sentido de esperanza y habilidades para tener un mejor futuro”, expresó Aquino.
Por otro lado, la ayuda de más de 250 voluntarios que buscan dejar su huella y ayudar a otros ha permitido crear vínculos entre jóvenes y sus tutores. Aquino añadió: “Hay oportunidad para todo aquel que quiera ayudar. Nosotros les capacitamos para el manejo de clase, pero cualquiera es libre de unirse a nuestra iniciativa”.