Doña Catarina y la casita azul que la cobijará del frío, la indiferencia y el maltrato
Esta casi ciega, pero puede sentir el olor de la pintura y el piso de cemento en sus pies. Doña Catarina, a sus 85 años, sabe que ahora tendrá un techo dónde vivir después de que la desalojó de su vivienda un banco y luego la tiró a la calle.
Así fueron sus días en el pasado, dormía en un corredor donde los vecinos se lo permitían.
Alexander se enteró de la trágica historia de doña Catarina y decidió ayudarla recaudando fondos para hacerle una casita.
Con el dinero que le fue depositado en su cuenta, poco a poco levantó paredes en un terreno que comparte doña Catarina con otra mujer, madre soltera.
Block por block y madera por madera fue tomando forma su nuevo hogar.
Doña Catarina hipotecó todo lo que tenía para que su hijo viajara a los Estados Unidos, con la promesa de ayudarla a pagar cuando llegara al país del Norte.
Pero se olvidó de su mamá y jamás supo nada de él.
La casa que Alexander fue construyendo con las donaciones, fue cobrando forma y se convirtió en una linda casita azul.
Doña Catarina al fin sonríe nuevamente, aunque le hace falta ropa, algunos muebles y víveres. Ahora ya tiene dónde dormir, resguardada del frío, y ya nadie podrá sacarla.
Vecinos acudieron a la inauguración de la vivienda, para celebrar la alegría de la anciana.
Hoy, Alexander, quien apoya a otras familias, dice que hubo bendición para doña Catarina y que ella oró por él porque lo estaban extorsionando, pues sabían que estaba recibiendo ayuda de buenas personas.