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Con colaboración de Astrid Díaz 

Carlos Rodríguez es amante de los viajes. Fue contactado por una agencia de viajes que opera en Costa Rica y Guatemala, ya que desea pasar unas vacaciones fuera del país. 

“La empresa CR viajes me llamó dos veces por teléfono”. “La primera vez acepté la invitación, ya que te ofrecen sus servicios en una presentación comercial”.

“Por medio de una carta te invitan a una cena para dos personas”.

Todo parecía estar bien, las ofertas cada vez convencían a Carlos para pasar unas buenas vacaciones. Investigué para saber más de la empresa, porque que me pedían mis tarjetas de crédito”. “Cuando averigüé observé malos comentarios hacia ellos en las páginas de Costa Rica y Guatemala”.

Parte de las estrategias para que Carlos asistiera a una cena en un buen restaurante eran desde participar en un sorteo para un crucero, hasta un paquete para cuatro personas en el caribe guatemalteco. “Nadie te regala un viaje”. “Les mencioné que no quería adquirir el servicio e insistieron que me obsequiaban una cena de cortesía para conocer más sobre ellos”. 

Carlos, curioso aceptó para verificar que todo lo que le ofrecían era cierto. Por medio de una carta te invitan a la cena de cortesía”. “Asistí con una compañera de trabajo. Al llegar nos registramos y sentamos a escuchar una plática de 45 minutos”.

Esos minutos se convirtió en una hora, Carlos cada vez que escuchaba a la asesora de ventas surgían más dudas que respuestas. “Estuvimos una hora escuchando las ofertas vacacionales, paquetes, etcétera, ellos te ofrecían todo a un buen precio. Parecía estar bien, no existía tiempo compartido, viajes a bajo costo, lo que un viajero desea”.

Ambos jóvenes siguieron con la entrevista. Estaban a un paso de tener las vacaciones de sus sueños.Únicamente teníamos que realizar un pago de US$3 mil por una membresía de 5 años o US$4 mil por la de 10 años”. “Si realizábamos el pago en ese momento nos daban un descuento”. 

Carlos y su amiga no querían comprar la membresía, ya que habían descubierto que existían muchas quejas de los usuarios. El supervisor nos presionaba para comprar”. “Yo le mencioné que no lo haría porque varias personas decían que sus servicios eran estafas”. “Él molesto me mostró el registro del INGUAT y la SAT”.

Un servicio de viaje que al principio era opcional, según Carlos se convirtió en una obligación para comprar. “La reunión se tornó incómoda, el supervisor enfadado nos reclamó porque no queríamos adquirir la membresía”. “Molestos preguntamos por la cena y respondieron que no podían darla porque no compramos”. “Era ilógico lo que nos decían, ya que nos habían invitado a una cena de cortesía“. 

“La cortesía de la cena era de US$150 por activación”.

No solamente Carlos pasó una mala noche, un cliente llegó para reclamar un paquete que había adquirido con dicha agencia. “Un señor llegó al restaurante para reclamar un paquete de crucero con salida de Miami para 2 adultos y 2 niños”. “Había pagado US$1500, pero nunca le mencionaron que había un precio por activación de US$2 mil extras”.

“Las personas compran estos paquetes sin investigar”.

Carlos y su amiga decidieron retirarse del lugar sin adquirir dicha membresía. Lo que al principio parecía ser una buena oferta dejó más dudas que respuestas. “Yo cuento mi experiencia para que no engañen a más personas en el interior del país e incluso en la capital. No se dejen estafar por precios tan bajos, al final estas agencias no te dicen toda la verdad”.




¿Casos sin resolver?

Son varias las quejas en las redes sociales de usuarios denunciando a la empresa. A. Marroquín es otra de las usuarias que se considera afectada. No me han devuelto mi dinero. Siempre me decían que la otra semana y así se mantenían, nunca cumplieron”. “Organizan eventos en donde lo invitan a uno a comer. Un ejecutivo de ventas te menciona los grandes descuentos y beneficios”. “Yo me rehusé y después de tantas llamadas caí en la trampa y acepté la membresía”.

Al igual que los demás afectados, A. Marroquín pagó para obtener un servicio, el cual nunca le cumplieron. Yo pagué la membresía para 6 años, me dijeron que podía pagar con visa cuotas y así lo pedí. Luego, me llegó el estado de cuenta y habían debitado en un solo pago”. “Los llamé para aclararlo, pero jamás me atendieron. Después de tantas llamadas me dijeron que me iban a dar una cita con el señor Gerardo Jiménez, gerente de ventas”. 

CR viajes da la cara

Relato logró una cita con Gerardo Jiménez, gerente de ventas, que expresó: “Tenemos más de 20 años de estar en el mercado y 2 en Guatemala”. “Actualmente contamos con 2 mil socios. Existen casos de arreglo de pago y poco a poco se les está efectuando el reembolso”.




“Nosotros operamos legalmente. No pedimos número de tarjetas de crédito como algunas personas dicen, eso es ilegal”.

“La empresa sufrió un fraude de más de Q250 mil por el antiguo gerente general, ahorita estamos en una auditoría interna. Eso nos afectó mucho como empresa”. “A raíz de eso tenemos 8 casos que se están resolviendo”, cuenta Jiménez 

Con respecto a las cenas y las activaciones mencionó: “Efectivamente nosotros invitamos a las personas en restaurantes que están afiliados con nosotros. Les damos una charla de 45 minutos, presentamos nuestros servicios y al final ellos deciden si quieren optar por el servicio, nunca obligamos a alguien a comprar”. “Todo está dicho en el contrato, nada es inventado”. 

“La mayoría de los casos son porque las personas se dan cuenta que no quieren usar el servicio. Así como hay clientes a gusto, existen clientes disgustados”.

En el caso de A. Marroquín, Jiménez dijo: “Por problemas personales quería de vuelta todo su dinero, llegamos a un acuerdo con un 50 por ciento de la devolución, luego recibí una citación de la DIACO, cuando ya habíamos negociado antes. Formalizamos la propuesta y luego ella quería el 100 por ciento de reintegro, cuando firmó un contrato y nunca se le engaño financieramente”. “Como empresa podemos negociar, pero las personas también deben de priorizar las necesidades. No pueden comprar algo y después pedir la devolución solo así”.

CR viajes es una agencia costarricense que opera legalmente en Guatemala. Según la información recibida por la DIACO existen 11 quejas, 1 ha sido finalizada a favor del consumidor y otras 8 están en el departamento jurídico de dicha entidad.

“Yo soy representante ante la DIACO y todo lo hemos realizado de forma legal y pueden revisar los registros”. “Nosotros estamos abiertos a todo lo que los medios quieran investigar, el que nada debe nada teme”, menciona Jiménez. 

El INGUAT y la Asociación Guatemalteca de Agencias de Viajes hacen un llamado a la población a investigar, preguntar, pero sobre todo leer las condiciones que poseen los servicios, para así evitarte problemas. 

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