En algún punto de la existencia pensamos en volver a los orígenes. Regresar al principio de todo. Cerrar círculos. Siempre he creído que para llegar a esa conclusión se debe haber recorrido mucho en la vida y ciertamente es un lujo que muy pocos pueden darse. Pero también existen los que han recorrido mucho y no han visto nada. Una especie de autómatas víctimas de la más corrosiva monotonía.
Pero si algunos nos pueden decir qué es vivir y haber visto todo, definitivamente serían los grandiosos The Rolling Stones. Estos veteranos del rock n’ roll y nietos del Blues, originarios de Inglaterra, dan la impresión de que han estado en la tierra desde su propio Génesis.
Ahora que lo pienso me da la impresión de que fue el mismo Mick Jagger disfrazado de serpiente quien sedujo a Eva para que comiera del fruto prohibido. Y fue Keith Richards el que estuvo cerca, cuando Cristo tuvo su momento de duda y dolor. Ronnie Wood se encontraba presente cuando la familia del Zar fue asesinada y escuchó los gritos de Anastasia que fueron en vano. Y Charlie Watts, en silencio, robó el alma de muchos hombres con cada golpe dado al redoblante de su batería.
Y ahora, luego de una larga espera -de casi una década- estos 4 caballeros deciden regresar al estudio para retornar a sus orígenes: Al hermoso Blues, al principio de todo. Vuelven a rendirle tributo a todos esos músicos que como el buen Blues demanda, escribieron las melodías más desgarradoras que han existido a base de dolorosos acordes; muchas botellas de whiskey y la boca seca de tanto tocar la armónica.
Sucio y rasposo; sin pretensiones pero maravillosamente ejecutado, algunos amplificadores baratos, las ganas de tocar y hacer que nuestras cabezas no dejen de moverse es lo que el nuevo disco de los Stones Blues and lonesome me dijo al instante de darle play a esas 12 canciones que vienen en él.
Escuchar la versión de Just Your Fool de Little Walter o Commit a Crime del único e inconfundible Howlin’ Wolf (probablemente mi músico de Blues favorito), me hace pensar que no me importaría si a los Stones les diera por volver a grabar solamente discos de Blues. Yo sería el hombre más feliz del mundo. Sé que en el fondo, es en el Blues donde está el corazón de estos británicos. Y quienes amen y sepan apreciar esta música, creo que estarán de acuerdo conmigo. Porque son éstas melodías impregnadas de toda la tragedia del ser humano, la que nos tuerce el alma de vez en cuando y nos hace recordar que debemos ser honestos con nosotros, sin importar nada.
Tengo el presentimiento que es eso lo que nos quieren decir los Stones con este álbum. No hay duda que este 2016 ha sido cruel con la música. Es increíble la cantidad de genios que dejaron este plano mortal. Me detengo por momentos y no tengo duda de que estoy presenciando el fin de un ciclo en la historia de la música. No puedo decir que particularmente me guste. Porque muchas cosas de las buenas son las que están llegando a su fin. Y al parecer, es la imbecilidad la que tiende a prevalecer ahora. Por eso reflexiono sobre la importancia de la música que contiene discos como estos.
Sé que esto no es para siempre. Pero de momento no quiero pensar en eso. Solo quiero sentarme, escuchar este disco en la tranquilidad de algún balcón con vista hacia algo placentero, mientras me bebo algo y fumo un cigarro. Dejar que mis pies sigan el ritmo de la armónica de Hoodo Blues y ver como este año se disuelve poco a poco con el olor a pólvora de los juegos pirotécnicos y el de los millares de nuevos deseos y metas que seguro jamás se cumplirán para 2017. Y no es que sea pesimista, pero esta vez hablo de Blues y es así como lo diría un músico de Blues.
Probablemente, el único propósito que cumpliré será el de jamás dejar de escuchar buena música y refugiarme en ella. Decir, como lo dijo alguna vez Otis Rush y ahora Jagger, I can’t quit you baby. Con la última calada de mi cigarrillo, le daré la bienvenida a esos nuevos 365 días de los que, de momento, solo tengo incertidumbre y la incertidumbre también es Blues.
Para Escuchar las versiones originales, seguí este link
Just Your Fool, de Little Walter,
Commit a Crime, de Howlin’ Wolf
Blues and Lonesome, de Little Walter,
Everybody Knows About My Good Thing, de Little Johnny Taylor,
Hoodoo Blues, de Lightnin Slim,
Little Rain, de Jimmy Reed,
I Can´t Quit You Baby, de Willie Dixon,
Ride’em Down, deRobert Petway.
BLOG LOS PACTOS SECRETOS, POR ÁLVARO SÁNCHEZ
“Álvaro es un melómano del underground mundial. Si antes invocaba al diablo e invitaba a bailar frente a un tribunal inquisidor, ahora escribirá metáforas distintas, pero con la misma intensidad, él vendió su alma por la música”.
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