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Abandonó su natal Joyabaj en busca de una educación y huyendo de la guerrilla. Llegó a la capital y años de preparación lo han convertido en un verdadero defensor del emprendimiento y la inversión, que podría buscar un cargo de elección popular.

Dejar la comunidad fue difícil, el recuerdo de los campos, ríos y la naturaleza siempre estuvieron en su memoria. La recién destruida jungla de concreto de a poco se le mostraba.

“No conocí la zona 10 o la 15, sino hasta muchos años después de haber venido a la capital”. Luis Velásquez.

De Joyabaj al azúcar

Consigo llevaba siempre el espíritu de servicio y superación que su familia le inculcó. Mismo que mamó de la teta de su madre, pues fue su abuela la primera empresaria del transporte colectivo de la localidad quichelense. Así fue que su compromiso con sus antecesores se materializó en estudios de perito contador y luego una educación universitaria en la Francisco Marroquín.

“A los 23, ya había trabajado en banca y luego busqué un posgrado en Estados Unidos”. Luis Velásquez.

Las vueltas de la vida lo llevaron a encontrar, no solo un grado académico, sino también al amor de su vida. Con título en mano, amor en el corazón y el recuerdo de su abuela se devolvió a Guatemala.

Así de la banca pasó a formar parte de la hoy más importante industria nacional, el azúcar. Pantaleón, Santa Ana y Fundazúcar fueron su escuela, pero la amenaza de los grupos subversivos siempre lo mantuvieron con el recuerdo de su natal Quiché.

“Es irónico, me vine a la capital en parte para evitar la guerrilla y me la volví a topar en Escuintla”. Luis Velásquez.

Años después, se retiró de la industria azucarera y se adentró en los agroinsumos y la farmacéutica. Pero, a lo largo del camino se ha dedicado a fundar empresas y trabajar hasta 16 horas diarias para sacar adelante a su familia.

Televisión, familia y Álvaro Colom

Durante sus emprendimientos, Luis Velásquez ha recorrido caminos diversos. Desde su trinchera televisiva y su programa Inversión y Desarrollo, que cuenta ya con 550 episodios y se transmite en 45 países, ha buscado formas de promover el desarrollo del país por medio de la inversión.

“Invertir en educación es la mejor de todas las inversiones que se pueden hacer”, Luis Velásquez.

A lo largo de su vida, las dos constantes han sido su familia y el trabajo. Aunque en oportunidades la primera debe dar lugar a la segunda, reconoce.

Sus tres hijos y su esposa han sido una parte importante de esta aventura. Jackie, quien desde el principio comprendió que no se había casado con alguien “normal”, es la primera en reconocer que comparte su tiempo (el de Luis) con la lectura y el trabajo.

De sus hijos, el mayor se ha convertido en su mano derecha, además de haberlo convertido en abuelo. Luis, participa de todos los proyectos de su papá y le acompaña como su sombra. Los otros dos, su hija y el menor también comparten la pasión de Velásquez por el trabajo.

Pocos saben que Velásquez ha tenido una agitada vida pública. Ha ocupado cargos públicos y trabajado en la resolución de conflictos, generados por grupos de interesados en provocar ingobernabilidad.

Uno de sus pasos más públicos fue su período como Ministro de Economía, durante el Gobierno de Álvaro Colom. Puesto que ocupó luego de ser asesor en manejo de conflictividad, secretario de asuntos específicos y secretario de coordinación de la Presidencia.

“Mi relación fue estrictamente con el Presidente, con Sandra Torres no vi ningún tema, ni participé de sus programas sociales”, Luis Velásquez.

Recientemente, laboró como presidente del Banco CHN, por instrucciones del presidente Jimmy Morales. Sin embargo, dejó el cargo en el 2018.

El príncipe quiché

Si llegara a participar en política y ganar un cargo de elección, dos cosas tiene muy claras. Primero con quienes le gustaría trabajar y luego con quien no podría ni sentarse a sostener una conversación.

“Construir un país requiere de diálogo y a veces toca sentarse con personas que no comparten nuestra visión”. Luis Velásquez.

Ha dialogado con Daniel Pascual y Yuri Melini, principales opositores a proyectos de desarrollo del país y no ha tenido problemas. Pero, hay una figura con la que no podría ni sentarse a debatir.

“La magistrada de la CC, Gloria Porras, es alguien con quien no podría, ya que he visto su lado malo y es muy malo”. Luis Velásquez.

De sus personajes favoritos y con quienes le daría gusto trabajar figuran el Dr. Eduardo Suger Cofiño, “no se diga más”. También destacan dos Marías, Pacheco y Tuyuc, la primera una emprendedora de primera línea y la segunda la presidenta de la Red Mundial de Mujeres Indígenas.

Mientras se resuelve la “cosa electoral”, Velásquez apuesta por un país donde la educación, los proyectos productivos y la inversión sean la clave para salir adelante.

Hoy, Velásquez pareciera ser una bisagra, capaz de articular a dos Guatemala. Una que cree en la leyenda del príncipe quiché y la otra que no termina de entender su historia.  

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