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Hace unos días caminando sobre la 8a. Calle de la zona 10, había dejado el carro estacionado en una de esas cuadras, con un poco de miedo por lo que le pudiera pasar, que por cierto nada sucedió. Al regresar a las tres horas, Juancho, mi carro, estaba a salvo. Ahora te quiero compartir lo que pasó durante ese lapso en que a Juancho nada le pasó. Estaba buscando una dirección, ya que de nuevo tenía un compromiso. Luego de creer encontrar la ubicación, aun estando en Juancho, me decidí a parquearlo e ir al lugar a pie. Pero no, estaba perdida no era el lugar correcto; así que me dispuse a pedirle a alguien que me orientara un poco. Pero extrañamente vi hacia enfrente y luego giré hacia atrás y no había a quién preguntarle. Seguí caminando un poco cuando desde una puertecilla negra salió la melodía de una de mis canciones favoritas, recuerdo perfectamente la estrofa de la canción que escuché en ese preciso momento “por el puente que lleva desde lo imposible a lo bello voy camino de todo pues todo en tu abrazo lo encuentro”






Me topé con una extraordinaria dupla de hermanos, que juntos creo con todo mi corazón son invencibles. Seguramente tú también los conoces o has escuchado de ellos, a lo mejor hasta te han alimentado de una de las maneras más deliciosas que has probado, porque así lo hicieron conmigo. Son los chavos de En Un Dos Por Crepes.

Y haciendo algo de lo que creo mejor puedo hacer, o sea, shutear, comencé a platicar un poquito con ellos, de su vida y lo que hacen. Ellos son Javier y Cristina, él sin duda alguna un astro en cuestiones de edición y producción y ella una magnifica diseñadora, unidos por su hermandad, también por su pasión a la comida. En sus ojos puedes ver la convicción que hay en sus corazones cuando comentan que el triángulo que han logrado realizar entre la comunicación (Javier), diseño (Cristina) y cocina es espectacular y que las especialidades de cada uno han hecho un perfecto match con lo que ambos aman, cocinar unas exquisitas crepes.

Mi intención al entrar al lugar aparte de encontrar un sitio seguro era consultar la dirección que estaba buscando, necesitaba que me orientaran, pero el universo conspiró a mi favor en esa tarde; en el momento en que este par me estaban tratando de orientar, suena mi teléfono y me cancelan el compromiso, lo que mi mente reaccionó ¡Perfecto, quédate y comamos!

Pero antes de disponerme a comer como troglodita literalmente, la plática continuó. Me encantó la pasión con la que habla Javier, y más aun cuando escuché que es un crack en cosas de la comunicación, más de la producción, pero indistintamente sus éxitos en ese campo, en su corazón solo existía la convicción de hacer crepes junto a su pequeña hermana. Ellos se aman, él siempre la ha cuidado y habla de ella con tanto amor, que solo los hermanos mayores podemos comprender, bueno o al menos eso creo.




Creo que desde pequeños estaban destinados a emprender algo juntos, y creo que mejor idea no pudieron haber tenido. En Un Dos Por Crepes, han estado sirviendo crepes y unos deliciosos paninis a miles de guatemaltecos por más de año y medio. Es un lugar súper acogedor, el servicio es espectacular. Ahora concuerdo cuando esta dupla me comentó que un factor imprescindible durante este proceso, aparte de la paciencia entre ellos y la familia ha sido su equipo de trabajo que son geniales, todos te atienden de forma estupenda, hasta la tía, que señora más genial.

Es increíble escuchar y ver hasta dónde han llegado y en todo lo que se han convertido, desde las crepes que en el comienzo vendía Javier en San Juan Sacatepéquez. Por el tono en que habló de ese sitio es unos de sus lugares preferidos.

Me atreví a preguntarles qué le pueden decir a los miles de guatemaltecos que día tras día buscan emprender en algo que le apasiona y me quedo con esto: “Sigan soñando y trabajen, porque nada es imposible, déjate apoyar y busca apoyo”. Antes de retirarme me surgió otra pregunta y no quería irme sin antes realizarla, qué me podían decir a mí que no soy emprendedora, pero sí me rodeo de muchos amigos y conocidos que tiene proyectos de emprendimiento y de nuevo me quedo con esto “que vengan y vayan a todos esos lugares, prueben lo que se está haciendo, además de divulgar, porque es algo bueno”.

Solo me queda agradecerles a este par por las delicias que me prepararon, el brontosaurio (el mejor panini del mundo) me venció, no me lo pude terminar, pero la crepe de nutella con banano no pudo conmigo y la devoré; sus precios no desajustaron para nada mi presupuesto, están excelentes. Gracias por  lo que hacen y el amor con lo que lo elaboran.










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