El Supertazón LI ya tiene finalistas. Los Halcones de Atlanta enfrentarán a los Patriotas de Nueva Inglaterra el próximo 5 de febrero en el Estadio NRG de Houston, Texas. La mejor ofensiva de la liga, es decir, Atlanta, contra la mejor defensiva, la de Nueva Inglaterra. El camino de ambos fue un tanto predecible, pero la manera en que destruyeron a los equipos que enfrentaron en las semifinales fue descomunal.
Los Halcones de Atlanta enfrentaron a los Empacadores de Green Bay en la llave por la conferencia nacional (NFC); los Patriotas de Nueva Inglaterra, a los Acereros de Pittsburgh en la Americana (AFC). Los dos encuentros fueron una total decepción. Los finalistas fueron inclementes. Los marcadores fueron aplastantes y vergonzosos. No se explica cómo los Empacadores, que traían un juego aceptable, se arrodillaron tan fácilmente. Por otro lado –y francamente– pensé que los Acereros darían más pelea, pero todo acabó en los primeros dos cuartos.
Los partidos casi parecían arreglados. ¿Cuánto ganarán las casas de apuestas? Esa es otra historia, una muy desabrida.
Fuera de la teoría de la conspiración, los duelos en la ronda de comodines estuvieron más animados. Sin embargo, era claro quiénes pasarían a las semifinales y posteriormente a la final. Esperaba más de Pittsburgh, Seattle y Nueva York. Caso aparte Oakland, que tuvo la mala suerte de perder a su mariscal de campo, Derek Carr, con una fractura de tibia en la última fecha y en el último cuarto del partido. Salir en el carrito de ambulancia no es forma de coronar una enorme temporada: realmente trágico.
A lo que venimos. Tengo fe en que esta final de la NFL pueda traer muchas emociones. Luego de presenciar finales realmente aburridas en las que los partidos terminan en el segundo cuarto, como pasó en el SB48, cuando Seattle aplastó a Denver 43-8; o el SB44 de los Santos de Nueva Orleans, cuando destruyeron a Potros de Indianápolis 31-17.
Uno que me encabronó fue el SB49, cuando los Halcones Marinos de Seattle perdieron en la última jugada frente a los Patriotas de Nueva Inglaterra 28-24 por una mala elección de jugada del entrenador. Aún me causa un tremendo fastidio. Es complicado.
También hay partidos emocionantes. Todavía recuerdo aquel glorioso SB42 entre Nueva York y Nueva Inglaterra de 2008, cuando los Gigantes destruyeron el récord de temporada perfecta 17-0 a los Patriotas. El juego se resolvió en el último cuarto. Vaya celebración en la casa de mi amigo: saltamos con el touchdown de Víctor Cruz a pase de Eli Mannig, la anotación en la que Ahmad Bradshaw dio una vuelta en sí y se sentó en la zona de anotación para los Gigantes. Algo imborrable.
A comer ansias
Este SB51 también promete. Solo unas cifras: la mejor defensiva –Nueva Inglaterra– se enfrenta a la mejor ofensiva, Atlanta. Solo seis veces ha sucedido tal duelo. La última vez fue Seattle contra Denver. En el resto de los 5 casos, 4 veces han ganado los equipos con las mejores defensivas. La única vez, y eso nunca va a volver a pasar desde mi perspectiva, fue en 1989 cuando San Francisco se enfrentó a los Gigantes de Nueva York en el SBXXIV de 1990. Fue porque el mariscal de campo era el gigante Joe Montana y él era un extraterrestre.
Esta será la novena aparición de Nueva Inglaterra en un Supertazón y con ello supera las 8 apariciones de tres equipos en el tazón: Pittsburgh, Denver y Dallas. Esta ofensiva de Atlanta, liderada por Matt Ryan, rompió el récord de franquicia al anotar 540 puntos. Es su segunda aparición en un Supertazón y la primera vez perdieron en aquel lejano 1999, donde John Elway ganó su segundo SB y se retiró a la gloria. Hace tanto ya.
Por otro lado, y aunque me duela aceptarlo, el entrenador de los Patriotas –Bill Belichick– es un gran estratega y lo digo frotándome los dientes con furia. También está su neneco mariscal, Tom Brady. Una mancuerna victoriosa que tendré que digerir con mucha fibra con el tiempo. Han ganado 7 tazones juntos, nada más. ¡Qué asco!… Del bueno.
Si Ryan conecta con Julio Jones va a ser muy difícil que los Patriotas puedan hacer algo. La línea de golpeo defiende muy bien a Ryan y le da el tiempo necesario para buscar a un receptor. Otra ventaja es que Ryan corre y anota touchdowns, mientras que al consentido Brady su entrenador le hizo un equipo alrededor de él y tendrá a los corredores Julian Edelman, Cris Hogan y Danny Amendola para causar estragos. Solo tendrá que estar preciso Brady y las cosas le pueden funcionar muy bien.
Como dije, pinta un “partidón”. La fiesta será este 5 de febrero en el Estadio NRG de Houston, Texas.