Marcos, estaba enamorado, su historia empezó muy romántica, pero todo cambió.
Marcela y Marcos se conocieron en la universidad, ella estudiaba Derecho y él Ingeniería, desde la primera vez que la vio quedó impactado con su belleza, era la mujer con los ojos más lindos que había visto.
Ella iba con una blusa verde, que resaltaba el color de sus ojos azules, cabello castaño largo y un cuerpo de infarto.
En ese instante, él sabía que quería pasar el resto de su vida con ella, así que se le acercó y le preguntó su nombre, Marcela se sonrojó y respondió.
Esa noche en la universidad él la invito a un café y platicaron hasta tarde, a Marcela la fue a traer su hermano y quedaron de verse en otra oportunidad.
A las pocas semanas, volvieron a encontrarse, Marcos dijo que la estuvo buscando, Marcela le contó que se había enfermado, pero que ya estaba bien.
Pasaron 2 meses de constantes mensajes, llamadas y salidas al cine, hasta que Marcos le pidió que fuera su novia, Marcela aceptó.
Fueron 3 años novios y Marcos para su aniversario preparó una cena romántica, con rosas y vino, en el postre iba una sorpresa, al pedir su pastel de chocolate, encima llevaba una caja roja en forma de corazón, dentro estaba un anillo de compromiso. Él se arrodilló y le pidió a Marcela que fuera su esposa, ella lloró y le dijo que sí quería ser su esposa.
Quedaron que se casarían en un tiempo de 6 meses, para que les diera tiempo de organizar todo.
Iniciaron el compromiso y toda su familia estaba emocionada, pero la relación empezó a decaer, Marcela tenía cada vez menos tiempo para compartir con su prometido, quien empezó a sentirse solo. Imaginaba que era porque ya faltaba poco para la boda, pero no era así.
Marcela llegó un día a la casa de Marcos y le pidió que hablaran, sin imaginar lo que iba a pasar, le dijo que ya no podían continuar con la relación, porque ella ya no se sentía a gusto.
Marcos sintió como que si le hubieran echado un balde con agua fría, regresó a su casa con un dolor indescriptible en el corazón y fue a llorar a los brazos de su madre.
Marcos empezó a padecer depresión, pasaron los días y mientras más le preguntaba la gente, más dolor sentía.
Con el paso del tiempo, Marcos ya no quería salir ni a trabajar, subió de peso y no salía de su habitación.
Al llegar a la fecha, que se suponía sería la boda Marcos, fue a dónde iba a ser a la fiesta y empezó a llorar en la entrada, al ver a otra pareja que se estaba casando, en el lugar y el día que él planeó unir su vida a Marcela.
Habían pasado 3 meses, desde el día que hubiera sido la boda, y un amigo de Marcos ya estaba muy preocupado por su estado anímico, así que le sugirió que fueran juntos al gimnasio para sacar su dolor a través del ejercicio.
Marcos se inscribió y empezó a ir todos los días.
A través del ejercicio empezó a sacar toda su tristeza, cada vez que se sentía cansado se ponía a pensar en Marcela, eso lo impulsaba a no desistir por más duro que fuera el entrenamiento.
Su meta era poder correr una media maratón.
Marcos llegaba a las 5:45 a.m. al gimnasio y se iba a las 7:30 al trabajo, al salir regresaba a entrenar a las 6:00 p.m. y se iba a su casa a las 8:30.
Muchas personas le decían que no fuera tanto al gimnasio, que eso lo podía dañar, pero él no los escuchaba y siguió su entrenamiento.
Marcos, en cuestión de 5 meses, ya se sentía listo y preparado para seguir con su vida. Realizó su sueño y participó en la media maratón de Cobán.
Aunque Marcos fue criticado por las constantes horas que estaba entrenando, eso le sirvió para superar su corazón roto.
Según él sin el ejercicio no hubiera podido sanar y menos seguir adelante con su vida.
