Carta a mi amiga sobreviviente de cáncer imagen

Cuando recibí la noticia no dudé que ibas a ser fuerte, porque conozco el poder femenino ante las adversidades. Porque te conozco a ti y se de lo que estas hecha.

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Cuando recibí la noticia no dudé que ibas a ser fuerte, porque conozco el poder femenino ante las adversidades. Porque te conozco a ti y se de lo que estas hecha.

Pero a continuación, hubo miedo. Recorrer el camino del cáncer no iba a ser fácil, nadie que haya vivido algo así ha dicho que lo sea. Todos tuvimos miedo, pero poco a poco ese sentimiento se transformó en esperanza y la esperanza en milagro.

Un año después puedo decirte tantas cosas amiga, puedo hablar de ese temor y burlarme de él, porque lo venciste como la guerrera que eres. Porque a pesar de cada dolor y cada diagnóstico que recibiste estás del otro lado del teléfono para contestarme una llamada. Porque siempre has estado allí. ¿Recuerdas cuando fuimos a ver mi vestido de novia?.

Este recuerdo vino a mi mente cuando me llamaste para que te acompañara a ver algunas opciones de pelucas para cubrir tu cabeza tras las quimioterapias. Porque para eso estamos las amigas para acompañarnos en las buenas y en las malas.

Sí, el cáncer duele. Duele el cuerpo pero también el alma. Pero así como duele, una vez se vence provoca alegría, la alegría de la vida y de la oportunidad que tienes de estar entre nosotros.

Esta carta es para ti, mi guerrera. Porque veo tus fotos y me llena de emoción tu sonrisa. Me llena de alegría verte renovada, con un estilo de vida más saludable, más llena de fe y de felicidad. Porque el cáncer una vez vencido es amor y oportunidad.

El recuento desde hace un año, cuando fuiste diagnosticada, ha sido bueno. Porque a pesar del dolor y de los cambios que has sufrido las razones por las cuales ser feliz se intensificaron. Y de mi parte las razones por las cuales celebrar tu vida también.

Ya no eres la misma. Tu cabello se transformó, así como tu cuerpo… pero ¿quién dijo que después de una misión los peregrinos volvemos a ser los mismos?.

La diferencia de un antes y un después es evidente: tu sonrisa tiene mucha luz y tus abrazos son más fuertes.

Te quiero, y a partir de ahora estamos preparadas para combatir cualquier batalla. Juntas, en nombre de la amistad. 

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