En el 2017 fue el centenario del nacimiento de José Ernesto Monzón Reyna, nació el 31 de enero de 1917 en Todos Los santos Cuchumatán, municipio de Huehuetenango, y murió el 24 de septiembre de 2003 en la ciudad de Guatemala. Aunque es más reconocido por ser compositor de más de 300 canciones, la mayoría de ellas de corte vernáculo, es decir son propias de los lugares y describen temas importantes de cada región, también realizó muchas obras sociales.
Por varios años trabajó en la Dirección General de Caminos, lo que le dio la oportunidad de conocer cada rincón de la República, inspirándose, no solo a escribir canciones, sino también, a apoyar a la población con temas educativos y culturales.
Viajaba en una motocicleta, en varios pueblos vio la necesidad de instalar escuelas, tramitaba con las autoridades locales los permisos, redacta cartas solicitando al Ministerio de Educación autorizara maestros para varias escuelas que gestionaba, apoyó a muchos estudiantes a continuar con sus estudios, uno de los casos más importantes fue el de Fortunato Pablo Mendoza, a quien conoció en una visita a Todos Santos, Fortunato era un patojo y le dijo: maestro, lléveme a Huehuetenango, quiero trabajar lustrando zapatos, no, le dijo él, si te voy a ayudar será como se debe, le pidió que terminará la primaria y le consiguió una beca en la Escuela Pedro Molina en la Alameda, Chimaltenango, Fortunato fue el primer maestro titulado de su municipio el cual pertenece a la región Mam, ahora él tiene un profesorado en Historia por la Universidad del Valle de Guatemala, y todos sus hijos son profesionales, algunos egresados de universidades de Cuba.
También era conocido como Neto Monzón, un hombre humilde, de gran amor por el prójimo, cuando tenía tardes libres visitaba hospitales donde entraba con guitarra al hombro a entretener a los pacientes cantando y contando anécdotas para darles unas horas de esparcimiento. Siempre andaba con los zapatos rotos, pues los zapatos buenos que tenía los regalaba a alguien “que los necesitara más que él” eran sus palabras.
En el Museo Nacional de Historia, que está sobre la 9na calle y 10 avenida de la zona 1, hay una sala en su honor que exhibe piezas del maestro.