El Día del Niño, nos recluimos con mi esposo en un restaurante con juegos. Odié los gritos y tener que estar resolviendo conflictos entre mi hija y otros niños. Regresé con ganas de arrancar ese día del calendario.
En lugares así, siempre paso gritando cosas como: “No te subas ahí”, “te vas a caer”, “cuidado”, “no, no, no”. Me estresa, la estreso y salimos todos con los nervios de punta.
Hace mucho tiempo quería visitar Organic Moms Guatemala, un espacio inspirado en la metodología Montessori, que de paso me encanta y soy fan número uno de su filosofía.
Es un lugar donde los niños pueden hacer desastres y nosotras no tenemos que limpiar, donde pueden jugar con lodo y sentirse como la Peppa Pig real. También pueden brincar en una cama de agua, mientras con un spray se manchan la cara con pintura, subirse a un escenario e improvisar en ese momento una obra teatral. Además, arrancar de la tierra rábanos y al mismo tiempo ver con sus propios ojos cómo vuela una mariposa enfrente de sus narices.
En este lugar está permitido de todo, la palabra “no” para nada forma parte del vocabulario de quienes lo atienden.
El día que conocimos, vi cómo mi hija se conectó literalmente con la tierra, la vi explorar su curiosidad al máximo y disfrutar de cada espacio acomodado a su estatura. En el jardín, en el huerto, en la casita de muñecas, en el rincón de lectura, en el interior del cuarto de luz, en el espacio de limpieza.
Sentí que le regalaba un pedacito de mi infancia, aquella que se quedó en una provincia de oriente, donde exploré constantemente los árboles y la naturaleza. Para nada se compara lo que a diario nos regala esta ciudad llena de carros.
El método Montessori se caracteriza por proveer un ambiente preparado para los niños: simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en su desarrollo. Promueve naturalmente la socialización, el respeto y la solidaridad.
También protege la creación de un entorno estimulante, para que cada niño desarrolle su propio método de aprendizaje, siguiendo su curiosidad innata. Y Organic Moms Guatemala hace suyo este concepto. Sus instalaciones están ideadas para que ningún adulto interfiera en las tareas de los niños: los chorros, las herramientas, la cocina, los libros están a su alcance.
La creadora de este método, María Montessori, decía: “Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el aprendizaje”.
Próximamente estarán anunciando su oferta educativa con un proyecto hermano: Montessori Nature House Guatemala, especializada en niños de 1 a 6 años.
Si tuviera que decir algo malo de nuestra visita fue que, tras estar más de 4 horas jugando, mi hija salió llorando desconsolada porque no se quería ir.