Que tu hijo vaya preso es como una puñalada en el corazón imagen

No tenemos cómo comprobarlo, pero ante la opinión de distintas madres, Patricia Marroquín no la ha pasado bien desde que arrestaron a su hijo.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Ayer nos fuimos a dormir sabiendo que Silvia de León, titular del Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal, ligó a proceso a Samuel –Sammy– Everardo Morales Cabrera, el hermano del Presidente, y a José Manuel Morales Marroquín, hijo que el mandatario procreó con Patricia Marroquín (la primera dama de la República de Guatemala). Ella es una madre que, de seguro, no la ha de estar pasando bien –incluso podría estar en estado de shock, o al menos así sería en opinión de este grupo de madres guatemaltecas que participan en este Relato.

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Patricia Marroquín, Primera Bama de la Nación, junto a su esposo el Presidente de Guatemala Jimmy Morales. Fotos: Wikipedia.

Las facturas las inventó, en su opinión no estaba cometiendo algo grave y, encima, dijo que sus acciones las vio como algo que cualquier guatemalteco podría haber hecho. En resumen, esas son las palabras que el Primer Hijo de la Nación declaró anoche, a última hora, ante la juez Silvia de León, cabeza del Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal. Esta lo ligó a proceso, junto con su tío Samuel –Sammy– Everardo Morales Cabrera. Eso quiere decir que, desde hoy y mientras no se resuelva, ambos deberán guardar prisión preventiva.

Matamoros será durante los próximos meses su nuevo hogar, si otro juez no decide otorgarles medida sustitutiva.

“En ningún momento usted le dijo, aunque sea su sobrino, que eso no se podía hacer”. Fueron las palabras de la juez Silvia de León a Samuel Morales, en relación con el delito del que se le acusa junto con su sobrino.

“Cuando tiene que dar los datos usted colocó los datos de la empresa de su familia [Moralejas], también el número de teléfono de su papá [Jimmy Morales, el actual presidente de la nación]. ¿No se puso a pensar en el daño que les haría?”. Fueron las palabras con que la señora juez le recriminó a José Manuel Morales Marroquín, y a todas luces, lo trata como si tratase de un niño que rompió el vidrio de la capilla del colegio y no de un mayor de edad que ayudó a defraudar poco menos de Q300 mil de las arcas del Estado. Pero en este caso, la víctima no es solo el erario nacional –y a eso queremos llegar–, quien realmente paga, y pagará los platos rotos, es también la Primera Dama de la Nación. Antes de esposa, es madre. Y así lo cuentan las entrevistadas. 

Sin saberlo podríamos asegurarlo, no hay madre que quiera ver a su hijo en prisión. Lo hemos visto con las mamás de presuntos mareros. Seamos honestos, ¿quién de nosotros con 21 años sobreviviría a la cárcel solo?

Pero Doña Paty siempre ha manejado una presencia sobria ante los medios. Hay que reconocerlo, lo que se sabe es que tiene más de 20 años de relación con el Presidente y fruto de su amor hay 3 hijos. De ellos, uno es el que está en prisión. Si se busca en redes sociales, se encontrará poca información sobre ella. Algunos medios han publicado que se define como: “Orgullosa madre por los hijos que Dios me dio”. Hasta ahora no ha aparecido públicamente..

Hoy, seguramente las labores de la Primera Dama en la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente no fueron óptimas; misma historia en la Secretaría de Bienestar Social.




Si usted fuera Doña Patricia, ¿qué haría?

Decidimos acudir a un grupo de madres y plantearles un escenario como el que vivió y vive la Primera Dama. “Imagine que es jueves por la mañana. Como es habitual, usted es la primera en alistarse en casa, pero al mismo tiempo, se hace cargo de sus hijos. Y aunque ya están grandes y van a la universidad, usted está pendiente. Lo mismo con su esposo, que puede que se involucre en el proceso o no. Usted sabrá cómo es su caso. Entonces, en el transcurso de un jueves más en la vida de su familia, llaman a la puerta. Al atender, porque usted es la que levanta el intercomunicador, abre la ventana de la puerta o ve por la rendija y se topa con que es la Policía.

Extrañada, pues es un hecho insólito en su vida, los atiende y se entera que van por uno de sus hijos, quien es solicitado por la Justicia. Su hijo sale de casa con esposas en las muñecas, porque como usted no es una figura pública, a su hijo lo esposan y no lo mandan a llamar. Ve cómo lo ayudan a entrar a la patrulla. Entonces, ¿qué hace, cómo se siente, qué piensa y qué le diría? ¿Y si en el ínterin se entera de que su cuñado está directamente relacionado con la captura?

Y, si pudiera decirle algo antes de que se lo lleven, ¿qué sería? ¿Y si no fuera solo su hijo, si en cambio se llevaran también a su nieto, cómo se sentiría? ¿Lo ha hablado con sus amigas?”. En un escenario así, esto responderían las mujeres que entrevistamos:

Madre de 1: “Fijate que yo en un momento así estaría con sentimientos encontrados. Primero como madre debo dar el beneficio de la duda, pero si vos conocés a tu gente, sabés si pudieron haber fallado en algo o no. Pero la verdad, ya con los sentimientos me sentiría defraudada como madre. El que cometa estos actos ilícitos demuestra falta de valores, esos que se dan en casa. Y en cuanto al cuñado pues esa es harina de otro costal.

Recordá que la familia debe ser primero y, por lo tanto, también se le involucra, como en estos casos que planteás. Y al final, debe apoyársele no importando el resultado judicial. No debemos cerrar los ojos o la mente a los resultados de una actitud. Hay que pensar con razonamiento lógico para tomar a bien la decisión que tomen los jueces.

¡Huy, no! En un momento así hay desesperanza, impotencia y mucho dolor por no poder auxiliar a tu hijo. Es como si volviera a ser pequeño. Como madre no le deseo esa escena circunstancial a nadie, pues las madres amamos a los hijos, aunque sean criminales confesos o no. Claro, te hablo de madres conscientes y responsables de la educación de los hijos, pues la instrucción se paga, pero los valores se maman en casa.

Si pudiera hablarle antes de que se lo lleven, y yo tengo conocimiento del por qué, le digo que sé que su comportamiento le llevó a esto y le digo lo que toda madre dice: TE LO DIJE, y le ofrezco mi amor y mi apoyo a sabiendas de que es culpable.

Ahora, esta noticia sí se ha comentado entre mis amigas y compañeras de trabajo. Algunas opinan que lo dejarían a su suerte; otras, se empecinan en que sus hijos jamás cometerían ilícitos. Pero estamos las que vivimos la realidad de la vida y que sabemos que en cualquier momento y circunstancia los patojos se pueden involucrar en actos fuera de la ley, porque también se dan casos en los cuales los padres de familia son probos y respetables, pero los hijos no. Ese es otro punto de vista. Me agarraste desprevenida, pero eso es lo que pienso, porque el amor prevalece con los hijos”, Paty.

“¡pukis! ¡Qué grueso ese escenario! Pues, úpale… si soy consciente de que él ha estado haciendo algo malo, seguro que lo entrego. Pero si no ha demostrado ser un mal patojo, creo que me ofrezco yo en su lugar. Definitivamente no puedo decirle claramente qué haría, porque uno reacciona casi que por instinto con los hijos. Entonces puedo imaginar qué haría, pero ya con el camote encima, seguro que no haría cosas coherentes”, Yohaira.

“Primero estaría muy alterada y en shock, a esa edad todavía los ve uno como niños. Como mecanismo natural uno los quiere defender y ayudar. Es decir, ¡estamos en Guate! Me daría terror que fuera a la cárcel.

Luego me calmaría y analizaría qué pasó, y fuera lo que fuera, sea de la gravedad que sea, me sentiría culpable de no haber hecho un buen trabajo como madre. Aunque te digo, ¡pelearía con el papá! Es lo más natural, je, je, je, je. Ahora, al cuñado, ¡ush! Lo agarro del pezcueso. Me enojaría porque, mínimo, debió haberlo guiado mejor y me hubiera dicho a mí primero, y también lo culparía de la situación.

Aunque, curiosamente, me doy cuenta de que al último que culparía sería a mi hijo, pero también tiene culpa. Y bueno, luego de que se lo lleven, y en un caso como este, yo estaría prendida de la TV y de las redes sociales, me la pasaría preguntando a quien sepa de leyes y cosas así, buscando abogado. ¡Y llorando! Cuando algo le pasa a un hijo uno quisiera cambiar las cosas, pero al no poder se siente impotencia.

Estaría ahí, cuando ya supiera la hora de la audiencia. Llegaría lo más calmada que pudiera, aunque por dentro esté muriendo, para darle valor al patojo baboso. Le pediría que fuera valiente y que enfrente las consecuencias. ¡Ay, no! Y con los memes y el ataque en Internet, creo que no los vería para no sufrir más. Jamás me defendería de inmediato, menos atacando a los críticos.

Si es que les interesa, tal vez le daría declaraciones a algún medio para no pasar por indiferente. Lo bueno es que sabría que las mamás allá afuera me comprenderían un poco, al menos sentirían pena por mi situación. ¡Ahhhhhh! La entiendo de cierto modo, insisto, ha de estar en shock, pero sus RR. PP. deberían reaccionar por ella. Así sea un tuit, mejor si un comunicado, como te dije, es peor pasar por indiferente.

Ahora, con mis amigas, siempre piensan que los papás tienen culpa o mérito por lo que hacen los hijos. Y en este caso critican a ambos: a ella porque se nota que es sumisa, ha de ser consentidora; y al papá porque de seguro ha estado ausente de casa con eso de que era actor y gente de TV. Además, salió a colación lo del hijo fuera del matrimonio, suponen que no ha sido buen esposo, ni papá. ¿Te acuerdas que tuvo un hijo con una actriz? Para las mujeres, eso le quita puntos como papá”, Jessica

“¡Uffff, qué difícil! En mi caso, acompañaría a mi hija en todo momento. No tengo idea de cómo reaccionaría. Pero no la dejaría sola. Me daría mucha tristeza y cólera aunque sea Primera Dama… primero mi hija. Aunque sé que eso complicaría más todo. Con el caso del cuñado, apoyar a la familia porque no ha de ser fácil, pero de lejitos. Creo que en ese caso me mantendría al margen”, Lorena.

“El mundo se me caería. Mi nieto es pequeño, pero de mi hijo no puedo imaginármelo, pienso que tiene principios y odia la corrupción. Pero creo que para cualquier madre y abuela la corrupción o los delitos sexuales son lo peor de asimilar… horrible.

Aunque la suegra de Juan Carlos Monzón y la mamá de Barreda piensan diferente y apañan a los hijos, si tuviera un hijo corrupto lo denunciaría…  o si fuera un golpeador de mujeres.

Al momento de la captura le diría algo tan trillado como, ‘no aprendiste ninguno de los valores que te tratamos de inculcar. Ahora tenés que pagar ante la justicia. ¡Qué vergüenza! Y no te visitaré, porque no pienso entrar a la cárcel’.

Qué duro, pero se dan los casos, aunque pienso que la mayoría de los que llegan a defraudar al Estado es porque aprendieron que estafar es de listos. Talvez es prejuicio mío”, Marcia.

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