La psicología detrás de Sarahah imagen

La controversial aplicación conmocionó a la juventud guatemalteca durante la semana pasada, ¿Es esto verdaderamente una novedad o una costumbre de nuestra sociedad?

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Repentinamente, como muchas de las cosas que vienen a Guatemala, nos levantamos un día y vemos en nuestro feed algo nuevo, algo que hasta que se multiplicó llamó nuestra atención lo suficiente como para averiguar de qué se trataba. El famoso app Sarahah, arrazó entre nuestra juventud, un día, dos, y luego todos la estaban descargando; la morbosa curiosidad de saber qué nos podrían decir a nosotros. Ciertamente podríamos atribuir esto a una novedad, como los famosos spinners, los stories de Instagram o la época en la cuál todas las mujeres compraron sus tennis Adidas blancos con negro. La novedad, lo trending, siempre es esta la excusa que ponemos cuando algo se difunde de manera tan rápida. Sin embargo, hay algo en la sociedad que nos obliga a comportarnos de esta manera, algo que va mucho más allá.

Resaltemos lo obvio 

Primero lo primero,  Sarahah es un app que fue creado con el propósito inicial de dar feedback anónimo a negocios y sus empleados, con el fin de que estos proporcionaran un mejor servicio, sin tener problemas con el remitente de dichos mensajes. Nosotros los guatemaltecos, no lo hemos estado utilizando con este propósito. Sin excluirme, todas las personas que lo descargaron lo hicieron con el designio de saber qué era lo que realmente los demás pensaban de ellos , que no podían decirles a la cara.  De primera mano, esto es algo sumamente intrigante para cualquier ser humano. Vivimos con la curiosidad de saber qué es lo que los demás dicen de nosotros a nuestras espaldas, o al menos, la mayoría de personas, estamos íntimamente intrigados a conocer todo lo que nos falta. Por esta falta, me refiero a todo lo que tenemos prohibido escuchar, ya sea por ausencia, secreto o información confidencial. El hombre en general tiene una tendencia a buscar lo que no puede obtener. 



Fotografía obtenida de Freepik 

EL Origen del Comportamiento Anónimo 

Puede que el concepto del anonimato de Sarahah, nos haya parecido novedoso, sin embargo, una vez lo exploramos a fondo. ¿No es lo mismo que pasa en todas nuestras fiestas, juntes  y reuniones? En todos estos eventos existen varios tipos de personas, está el grupo, ya sea de mujeres o hombres que se esconden detrás del chisme. El chisme es el anonimato de poder hablar de las acciones de otra persona, usualmente malas, sin tener que enfrentar a dicha persona de manera directa. Por otro lado, se encuentra el grupo de los que desde el inicio de la fiesta ingieren bebidas alcohólicas para poder, después de que estas hagan efecto, realizar actos de valentía que en otro momento de consciencia clara no podrían hacer. Esto incluye peleas, confrontaciones e intentos de satisfacer el impulso sexual  que en sociedad se reprime por el pudor que caracteriza a las personas civilizadas. Al final, decir la verdad es de las cosas más díficiles que como jóvenes tenemos que afrontar, día a día. Muchos utilizan el alcohol como una máscara de anonimato que  nos disfraza del  “no me acuerdo de nada”, “no era yo” o el “no tengo idea de qué hice o dije”. Esto nos demuestra que la famosa máscara incógnita se utiliza de manera frecuente en cualquier grupo social de nuestra cultura. 




La psicología detrás del anonimato 

Las redes sociales usualmente se utilizan para proyectar una imagen positiva de nosotros a los demás y conocer cómo los demás responden a esta. Esto es algo que funciona de manera superficial, ya que esta imagen es solamente algo parcial de nuestra persona, sin ser la totalidad de quien somos realmente. Bajo este pensamiento de por qué actuamos de esta manera, existe una teoría que se llama “La ventana de Johari”, creada por los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham. Esta pretende explicar el grado de conocimiento que tenemos de la información que emitimos. La ventana se divide en cuatro partes: lo que sabemos de nosotros que los demás no saben, lo que sabemos de nosotros que los demás saben, lo que no sabemos de nosotros que los demás saben y lo que no sabemos de nosotros que los demás no saben.  Para más información sobre esto haga click aquí




Por medio de las redes sociales, las personas tratamos de cubrir la parte de la ventana de lo que los demás saben de nosotros y uno también sabe, manipulando lo que decimos y escribimos para que la información propia sea completamente controlada por nosotros. Sin embargo, con redes sociales como la de Sarahah, con su característica de anonimato, nos podemos dar cuenta de qué parte de la información que nosotros no queremos que los demás sepan, sí se sabe. Asimismo, existe una parte de búsqueda de satisfacción inmediata, por medio del los halagos que podemos recibir acerca de la persona que decimos ser. Por ejemplo, el “que bonita te ves” de la foto que editamos.  Esto genera la principal motivación inconsciente de las personas al utilizar la plataforma, pues sirve para que nosotros nos demos cuenta que la información que queremos transmitir, es lo que la gente percibe de nosotros y asegurarnos de que lo que no queremos que sepan, no exista. Gracias a recursos sociales que nos permiten no dar la cara ante situaciones que nos dan vergüenza decir, comentarios ofensivos o inseguridades propias, las personas aprenden a evadir las consecuencias de sus actos, convirtiéndose así en personas vacías, hipócritas y protagonistas ausentes de la vida social. 

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