Son éxitos taquilleros y que guardan un espacio en nuestra memoria con varias películas sobre cometas, meteoritos y asteroides que acababan con la vida en nuestro planeta. Algunos destruidos heroicamente por astronautas con bombas nucleares y otros sin éxito.
Esto, que parece posible, es un peligro inminente. El pasado 22 de noviembre, por ejemplo, una bola de fuego cruzó sobre el cielo de Japón y se desintegró antes de llegar a Tierra. Según indicó el investigador Hitoshi Yamaoka, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, se trataba de un pedazo de meteorito.
Un temor real
Esta no es la primera vez que un objeto como un meteorito se estrella contra la Tierra. En 2013, una enorme bola de fuego cayó sobre Rusia y que tenía una fuerza de 500 kilotones (30 veces el poder de la bomba nuclear de Hiroshima). Sus restos fueron encontrados en el lago de Chebarkul. Su caída rompió ventanas, deterioró edificios a 93 kilómetros y perjudicó a más de 1,200 personas.
Fueron recuperados más de 650 kg de material del objeto y se determinó que era un meteorito, cuyo curso fue desviado y se acercó demasiado al sol. Esto provocó que prendiera en llamas y cambió su órbita hacia la Tierra.
El espacio depara un futuro incierto
El que hayan caído diferentes objetos pequeños, no es el problema real o la preocupación de la NASA. Científicos del proyecto de Investigación de Asteroides Próximos a la Tierra (LINEAR) mantienen sus ojos sobre el cielo tratando de prevenir una catástrofe.
Una de las mayores preocupaciones es el 2011 MD, que ya pasó muy cerca en junio de 2011. Su órbita es muy parecida a la de la Tierra y muy seguramente pueda caer en los próximos años. Es enorme como para llegar a la superficie del planeta y dejar un cráter grande.
No hace falta recordar que un asteroide ya eliminó a una especie entera como la de los dinosaurios y la posibilidad que caiga otro de tamaño similar es considerable.
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