Primera historia
Ellen estuvo 20 años casada, en el cual sufrió humillaciones constantes por parte de su marido, hasta que cansada de la situación se separó y cortó la comunicación con él para sanar esas heridas emocionales. Su exesposo, sin embargo, no aceptaba la separación.
Un día, Ellen acordó reunirse con una amiga en un café, a kilómetros de distancia de la ciudad en donde vivía con su exmarido. Aunque escribió especificaciones en el correo electrónico, no indicó el lugar. El acosador apareció en donde se juntaron y le dijo: “Te encontré, te atrapé”, ambas se asustaron y lograron huir.
En ese momento, Ellen comprendió que su exesposo la vigilaba desde su cuenta de Gmail, ya que por ese medio coordinó la cita con su amiga. Solamente de esa manera él podía saber en dónde se reunirían. Esa fue la herramienta que utilizó el acosador.
OTRO CASO
Euleen Hope, por otro lado, es otro caso de acoso cibernético. Vivió 10 años con su pareja, quien fue enviado a prisión por atacarla físicamente.
Una vez que recibió una llamada de Skype de su exesposo que no contestó, él le dijo que la podía ver sentada en el sofá de su sala. Había usado la televisión inteligente para espiar a Hope. Además, usaba un iPad para ver qué hacía en la cocina.
LA ORGANIZACIÓN QUE LAS AYUDA
Refuge es una organización que se dedica a defender a las mujeres y niños del acoso cibernético que reciben. Esto con el fin de saber protegerse del mundo virtual y retomar el control de sus vidas.
Esta organización ayuda a alrededor de 6 mil 500 mujeres que son víctimas de ciberacoso o que utiliza a la tecnología.
“Los niños regresaban de una visita a su padre y se podían encontrar GPS cosidos en el ruedo de abrigo o dentro de un juguete, como un osito de peluche. Está pasando y no podemos negarlo”, comenta Louise Ashwell, una de las personas encargadas del departamento de tecnología en Refuge.
La tecnología y los artefactos con estas características no son ni buenos o malos, depende de cómo se usan. Lo importante expresan los expertos es respetar la privacidad y el derecho de las personas a decir “ya no más”, ya que es necesario para convivir en paz en este mundo.
Los valores deben ser siempre los mismos, estemos detrás de un monitor o no.
Fuente: BBC