¿Y qué harás por las niñas quemadas? imagen

Ante el incendio en el Hogar Seguro se supo de la necesidad de 400 donadores de sangre. Nosotros nos acercamos a ver si alguien fue.

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Si usted busca un sermón, crítica, solución o queja respecto de lo ocurrido en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, no lo encontrará en esta nota. Son posturas que ya están en otros medios y nosotros buscamos contar Relatos de la coyuntura, y este fue el que encontramos. Acá se enterá de cómo ayudar, desde el espectro personal, y si se lo propone puede incluso adoptar un compromiso moral consigo mismo, sí, el de los más difíciles. Por tanto, si es de las personas que en lugar de rasgarse las vestiduras en redes sociales busca maneras prácticas de ayudar, done sangre. Acá se enterará cómo: solo es de ir en ayunas, DPI en mano a la unidad del Banco de Sangre del Hospital San Juan de Dios y decir, “Permiso, vengo a donar”.

Sala de espera del Banco de Sangre del Hospital San Juan de Dios, a las 12:03

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Ya en la camilla, intentando ver cómo salía la sangre de mi brazo, procuraba tomar fotos para demostrar en la redacción de que no era mentira que fui a un ‘hágalo usted mismo’. “Esa curita en el brazo la conseguís en cualquier lado, yo quiero evidencia de que donaste”, fue la sentencia del editor por lo que la enfermera pensaba que era pose lo mio, cuando intentaba tomar la foto.

Todo comenzó a las 11:00 de ayer jueves, cuando vimos en redes este post de Emisoras Unidas: “Director del Hospital General San Juan de Dios, Juan Antonio Villeda, confirma que necesitan unos 400 donadores de sangre para intentar salvarle la vida a nueve menores quemadas, que están en estado sumamente crítico”, aunque sonaba a exageración, no sabemos nada de medicina.

Ante la noticia y la indignación nacional que ocurre con el evento, lo más lógico era que al llegar nos topáramos, no con 400, sino con 800 almas en busca de ayudar. Pero cuando llegué 12:13 horas, en el Banco de Sangre del San Juan de Dios, era el único apostado en el lugar.

Si hasta la mamá de Harry Potter estaba indignada con la noticia, y no es mentira, JK Rowling lo publicó en su cuenta oficial: “19 muertes debido a un incendio en una casa de niños en Guatemala: consecuencias trágicas y evitables de la institucionalización”, por tanto, pensé encontrarme con aquello reborbotando de chapines prestos a donar.

Pero no fue así. La enfermeras que me atendieron de primero, peguntaron lo básico. Si traía DPI, cuánto tiempo sin comer, cuando desde el último tatuaje y cuánto desde la última vez que me drogué (porqué asumen que tengo ese hábito, no sé).

-Enfermera disculpe, ¿cuánta gente ha venido a donar por el tema de las niñas?-

Usted es el primero joven.

-Pero supongo que por la mañana, vinieron donadores habituales al hospital-

Ah sí, acá viene mucha gente a donar sangre pero por sus familiares. Así, por así, no viene gente. ¿Usted cómo se enteró?

-Pues vi la noticia y me vine, decían que necesitaban sangre y acá estoy-

Ah con razón. Es que ya es muy tarde. Las donaciones solo se reciben por la mañana, pero ya que vino, si la doctora está de acuerdo, le sacamos una unidad.

Mientras esperaba, un médico estudiante, me preguntó cómo me enteré de lo de la donación y luego de explicarle, dijo para qué necesitaban la sangre:

“No es que se necesite sangre para una transfusión, se necesita sangre porque contiene plasma, y eso es lo que necesitan las niñas en este momento. Cuando te quemás, te lo pongo así, digamos que perdés el agua del cuerpo, el plasma. Y eso es lo que se requiere.

De la unidad que te saquen, que son 450 ml, se extraerán 100 ml de plasma. Entonces no es que se necesiten 400 donadores, se necesitarán 70, calculo yo, unos 10 para cada niña. El número 400 supongo que lo dijeron para que la gente se dejará venir. Pero ya ves. Mirá la hora y sos el primero”.

Pensé mal y no acerté

Luego de las muertes, de la capacidad de reacción, de todo lo que se ha dicho en esta cacería de brujas en busca de los responsables del evento, uno queda amargo. En el pasado publicamos la nota Horror es que te adopte el Estado , y uno como comunicador no deja de dudar de toda la información que viene a tus manos, pero el caos de las casas hogares no es cosa de ayer. Y uno se decepciona de la gente, y más de la hipocresía. Y no lo digo como si yo fuera autoridad moral, si de algo me precio es de hacerme a un lado de la vida, pero si señalo a a gente que anda con el estandarte de “yo sí hago bien las cosas, yo sí me indigno”, y luego de tantas rodillas dobladas llorando al cielo ante el evento en redes sociales, uno pensaría que la gente dejaría todo para ayudar. Así sea donando sangre, pero no fue así. Yo lo hice por trabajo, aclaro, lo sé, ¿pero y el resto?

Quizá esa amargura devino en dos motivos. El primero, cuando escuché a una señora decir que “que bien que habían muerto esas 19 niñas, pues eran 19 criminales menos”. Pero mi sorpresa no era el comentario tan falto de información, mi sorpresa era porque hace menos de 5 años vi como lloró durante meses la muerte de su hija adolescente por una enfermedad terminal. Si ella no entiende el pesar de los padres que perdieron a sus hijas, ¿quién?

El otro motivo era la siguiente pregunta ¿qué hace que una niña tome una carterita y comience a quemar colchones? ¿Qué nivel de desesperación se debe vivir? ¿Que pasaba por su cabeza? Porque hasta donde se sabe, esa es la versión más cercana a la real, pero en eso estaba, en ese pensamiento rancio cuando empezó a llegar gente. Y las últimas palabras del médico fueron, “ha llamado mucha gente, mañana esto se debería llenar”.

Primero un licenciado que venía de un ala del hospital para preguntar qué se necesitaba, pues en su oficina todos querían donar. Luego, apareció una doctora preguntando por los encargados pues habían al menos 10 médicos que ya estaban listos para donar. Y, finalmente aparecieron otras seis personas que como yo, se habían enterado de la noticia en redes, todos dispuesto a llevar a más gente a donar sangre.

No puedo dejar de pensar que soy 450ml más delgado. Perdón la sangronada. Y sí, hace dos años que me hice el último tatuaje. Fue la pregunta que más me hicieron. 

Como fui el primero en pasar, a lo lejos escuchaba las bromas de los que esperaban su turno para donar. Ninguno hizo comentarios acerca de algo que no se puede evitar. Nadie dijo ¡vamos a protestar!, y no digo que esté mal, pero digamos que el tipo de personas que estaba ahí solo querían hacer su parte lo antes posible e irse.

Como la segunda donante, quien solo logré escuchar que trabajaba en el Archivo del Ministerio Público, quien dijo: “Vengo a donar pero no tengo mucho tiempo. Por favor, hagan lo que tengan”, incluso llevaba en sus manos una gaseosa sudando de lo fría, si saben de cuáles. De esas que se antojan cual ambrosía mientras donás sangre, pues de esas.

Terminó el proceso y me dirigí a la sala de espera para hablar con los donares que faltaban, pero ninguno quiso hablar. No iban a eso, y además los comenzaron a llamar. Solo Tamar Díaz, la última donante que quedaba me pudo hablar un par de minutos antes de que me quedara en la sala vacía, en una acción que solo me tomó una hora, pero porque no estaban listos.

Cierro con las palabras de Tamar: “Aparte de que soy activista social, soy estudiante sancarlista y andamos en todo el movimiento social, y todo eso. Nos enteramos por los medios que se podía donar sangre, que necesitaban 400 y aquí estamos.

Hoy me enteré, mandaron una imagen en el chat de Whatsapp y por eso vine. Mirá, me dan miedo las agujas, pero es por una buena causa y estoy muy indignada por lo que sucedió. Muchos acusan a las niñas de que son delincuentes y eso. Y Justo ahora estaba leyendo que de los expedientes de las 33 niñas, 21 no tenían antecedentes. Estaban ahí, porque tal vez en su casa vivían un infierno, y salieron de uno, para irse a otro peor. Es mi conciencia social la que me hace estar aquí. Ahora, siempre que haya necesidad, voy a donar. Puede ser un familiar, o una causa como la de hoy”.

Qué guatemalteco sos

Si so de los guatemalteco que buscan ayudar a las niñas quemadas donando sangre, te esperan en el Banco de Sangre del Hospital San Juan de Dios. Lleva tu DPI, acudí en ayunas de lunes a viernes de 7:00 a 10:00 horas.

Si sos de los guatemaltecos que buscan ayudar a las niñas quemadas con una manifestación, hay una convocatoria para este sábado 11, desde las 15:00 horas, frente al Palacio Nacional de la Cultura. No olvidés tu cartel de indignación.

Y si sos de los dos, pues ahi’stan, los datos. 

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