Vivir con anemia es mucho más difícil de lo que parece imagen

Aunque la anemia parezca una enfermedad poco grave, ¿cómo es en realidad vivir con esa condición?

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Nueves meses después de que no me bajara el periodo supe que había algo que no estaba bien conmigo. Sé que tuve que haberlo dicho antes, pero, por miedo y vergüenza me lo callé hasta que se hizo muy evidente que debía ir al médico. Pensé que mis problemas serían de tipo ginecológico u hormonal, sin embargo, todas las pruebas salieron normales. Así que la doctora siguió realizando evaluaciones hasta que finalmente me dio a conocer mi diagnóstico: padecía anemia.




Lo que puedo decirles es que a nivel mundial, la anemia afecta al 24.8 por ciento de la población, de estos las mujeres no embarazadas son las más afectadas y que yo fui una de ellas.

Esta enfermedad se caracteriza por una cantidad menor de glóbulos rojos en la sangre o bien por la poca presencia de la hemoglobina. Aunque la noción general es que es una enfermedad poco grave, hay ciertos tipos de esta condición de salud que puede complicarse si no se diagnostican y tratan debidamente. En mi caso, se trataba de una anemia común causada por un déficit en los niveles de hierro en mi sistema. 

La doctora me explicó que los pacientes que padecen de anemia suelen sentir un cansancio extremo, taquicardias, dificultades para respirar, el color de nuestra piel es pálido y solemos mantener la piel bastante fría. Explicó que la mayoría de estos síntomas se debían a que nuestra sangre no recibía el oxigeno suficiente y mi cuerpo se descompensaba. Y claro, cuando me lo explicaron muchas cosas empezaron a tener sentido para mí.




Como todo lo desconocido al principio me asusté y cuestioné mucho por qué a mí me pasaba, pues era una persona que llevaba una vida normal y sana. Salía a correr, nadaba e iba a la universidad como cualquier otro chica de mi edad. Sin embargo, ahora entiendo que es una condición con la que algunos tenemos que vivir y en un principio bien tratada no es grave.

Al inicio me obsesioné, pues, un indicador natural de si puedes o no tener anemia es viendo el color de tu parpado inferior. Recuerdo, que recién diagnosticada no dejaba de ver mi ojo, provocándome cuadros de ansiedad muy grandes, ya que en ese momento aún la enfermedad era algo desconocido para mí y naturalmente estaba asustada.




Pastillas de hierro, ácido fólico y vitamina B12 suelen ser algunos de los tratamientos más frecuentes que recetan los médicos para que nuestro cuerpo asimile el hierro del que carece. Además mi dieta cambió pues debía incorporar alimentos altos en hierro.

El tratamiento, en mi caso personal, me resultó muy agresivo, pues al empezar a tomar las pastillas de hierro sentía constantemente mareos y náuseas. A pesar de esto, elmedicamento también me daba un shot de energía muy fuerte, al punto que al momento de llegar a la cama por la noche, cuando ya era hora de dormir, me encontraba activa.




Una de las cosas más vergonzosas y difíciles fue como estas pastillas afectaron mi sistema digestivo. El consumo de hierro provocó que mis heces fueran “duras” y esto con el tiempo me provocó una herida en el ano. Además, de tener que enfrentarme con un estómago flojo, que me provocaba muchas veces  ir al baño de emergencia, sin aviso y en cualquier lado.

En fin, la anemia es una condición que aunque no es grave, sí que cambia la vida, pues nos obliga a cuidar lo que comemos, hacemos y sobre todo a controlar mucho como nos sentimos. También, identificar cuando es necesario ir al médico, ya que, aunque desaparezca es muy fácil regresar a esta condición. 

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