Este Relato gastronómico fue un reto. ASIA New Kitchen nos propuso visitar el local, vivir la experiencia, conocer el restaurante y comer dos de sus platos. Si no nos gustaban, estábamos en la libertad de decir lo que quisiéramos en este texto. Pero claro, de su parte era una apuesta segura, saben lo que tienen. Su sabor, ambiente y precio otorgan una experiencia culinaria poco comparable con sus similares dentro de los centros comerciales guatemaltecos. Con Q200 comimos dos y salimos más que encantados (y todavía, con vuelto).
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Si le preguntan al equipo acerca de qué es ASIA New Kitchen, responderán su eslogan: “Somos los asiáticos viviendo en América latina. Somos los latinos viviendo en Japón, Corea y China. Somos la nueva cocina”, por lo que si usted desea conocer nuevos sabores esta es su opción. Olvide los restaurantes de centro comercial que le ofrecen comida asiática. Esta es su opción. Si tenemos tanta certeza en lo que decimos es muy simple, haga un ejercicio de memoria y recuerde el menú de cualquier opción de comida de este tipo en un centro comercial. Acéptelo, son opciones limitadas, más allá de variaciones de Chow Mein, arroz frito, Chop Suey, Sopa Mein y arroz blanco, no pasan (inventos gastronómicos que nacieron en EE.UU., dicho sea de paso). Por eso es que decimos que ASIA New Kitchen sí es la diferencia y es por ello que vale la pena visitarlos e invertir en sabores nuevos.
¿Cómo lo encuentro?
En Facebook, este es el enlace que incluye además el menúFísicamente están en Naranjo Mall, 3er. nivel, frente a Cinépolis; y en San Cristóbal, en el enlace de Facebook también está el mapa de cómo llegar.
Por teléfono puede llamar al 2308 3284Los horarios son de 12:00 a 21:00 horas.
El precio del plato promedio es de Q70, pero pueden comer dos.
Entremos materia, digo, entremos en sabor
Ambos, reportero y fotógrafo, llegamos al restaurante sin saber qué hacer o pedir. Fuimos a lo básico. Ante la duda, pregunta. En nuestro caso, preguntamos por el chef.
De la manera más cordial nos atendió Augusto Tsui, hijo de dos migrantes chinos pero que toda su vida ha vivido en Guatemala. Joven, de buen humor y con un gusto por hablar de cocina tal que de solo escucharlo dan hambre o ganas de querer aprender. Lejos del estereotipo de asiático serio, comparte historias gastronómicas que invitan a tomar un bolsón y salir a probar los sabores del mundo.
Luego de la presentación de rigor decimos: “Tenemos que comer los dos con Q200 y, además, llevar vuelto… ¿qué nos recomendás?”. Es en ese momento que toma el menú y dice: “Fácil, pueden comer de plato fuerte un Pad Thai, les va gustar… de entrada, un Nasu Mozarella Roll. Para beber, una Limonada de jengibre o una Aloe Especial. Aunque no sonaba a comida estrambótica, tampoco sonaba a comida común y corriente. Quince minutos después llegaron los platos.
Pero antes de degustar, entramos a la cocina. Vimos la forma de preparar la comida y lo fácil que hacen ver esa ciencia de la gastronomía. Wok en mano y fuego, mejor herramienta no van a encontrar para un chef hijo de dos naciones: China y Guatemala. Pudimos ver la pasión con la que Augusto y su equipo trabajan. Pocas veces uno puede entrar a la cocina de un restaurante y ver cómo preparan la comida. Un deleite visual. No deja de preguntarse uno, “¿a qué sabrá, qué tan rico será?”… Reconozco que soy melindroso, pero no le temo a los sabores nuevos.
En la visita estuvimos dos horas, pudimos conocer el know how de esta opción gatronómica, además de escuchar las aventuras que Augusto ha tenido por el mundo y cómo fue encontrando su lugar en la gastronomía. Primero en Argentina, estudiando gastronomía; luego, trabajando en un restaurante de sushi; o cómo en Perú supo que no había mejor lugar que ese para conocer sabores; o cómo en sus cuatro viajes a China continental, lo más raro que probó fueron unas crisálidas de algún insecto cuyo sabor era como a pasta en polvo. Fue entonces que llegó la comida.
Bebidas:
Olvídese de las gaseosas y de la bebidas frescas que ha bebido desde siempre en el país. Estos sabores son tan nuevos y complejos y, pese a ello, no son ofensivos o agresivos al paladar.
Limonada de jengibre (Q24): una limonada, pero el plus es el ginger ale de la casa. El sabor es el de una limonada, pero desde el primer sorbo se identifica un sabor que nos parece conocido, pero que, hasta ese momento, nunca se nos hubiera ocurrido mezclar. El resultado es maravilloso, le aseguramos que si es de los que se apasionan por el limón, esta opción le abrirá la puerta a otro tipo de sabores innovadores. Esta bebida es la prueba de cuánto más se puede mejorar un clásico.
Aloe especial (Q19): un brebaje de pepino, cilantro, aloe vera y jugo de limón que se resume en una palabra… soberbio. El sabor es regio. Un sorbo después, querrá acabárselo sin parar. Es de esas bebidas “hasta ver a cristo”, pero con sabor asiático. Al final decidirá no terminarlo rápido, para degustarlo sorbo a sorbo.
No se necesita conocer mucho de gastronomía para sentir tantos sabores en una bebida. Es sumamente refrescante y versátil, lista para degustarla en cualquier momento del día. En este restaurante es una muy buena opción a la típica bebida gaseosa que tanto daño hace. Es un sabor diferente que vale cada uno de los quetzales que piden por ella. “¿Es muy rica, verdad?”, nos pregunta Augusto Tsui. “Esa es la que yo bebo”, una de sus recomendaciones principales del menú que construyó y del que, según dijo, es la mezcla innovadora de sabores de Asia con los de Guatemala.
Nasu Mozarella Roll (Q47): rollos de berenjena fritos en panko (empanizado tipo japonés), rellenos con queso mozarrela derretido y vegetales, bañados en una salsa teriyaki. Aprovecho para hacer una distinción pertinente: en mi opinión, no hay hortaliza más aburrida en el mundo que la berenjena. En el concierto de las verduras, seguro ganó el premio a la más “papa sin sal” de todas las hortalizas, con perdón del tubérculo. Pero confieso que este plato es una reivindicación más que fantástica. Podría, incluso, comerla como plato fuerte siempre. A partir de ahora no veré a la berenjena igual.
Para que tenga una idea, es como un Cordon Blue en el que en lugar del pollo va la berenjena y en lugar del jamón y queso degusta zanahoria, apio y el mozarrella. Si usted es un ovolactovegetariano, esta podría ser una muy buena opción para comer. Seis piezas y el clásico teriyaki. Oficialmente, el Nasu Mozarella Roll hizo que me reconciliara con esa hortaliza. El sabor no es agresivo, es un equilibrio entre las verduras, el queso, la salsa teriyaki, más el chile de casa, todo acuerpado por la berenjena. No dudaría en comerlo de nuevo.
Pad Thai (Q75 y que los ahorradores sepan, dos pueden comer con este plato): fideos de arroz salteados con huevo y pollo en una salsa de tamarindo, acompañados de zanahoria, brote de soya, maní y cebollín. La satisfacción es garantizada, no lo dude, ignore la idea de que los fideos con huevo y tamarindo suena a mezcliche raro. Créanos, esto es rico. Deje los prejuicios a un lado, el sabor será una sorpresa de su agrado. Piénselos como unos fideos innovadores, que con unas gotas de limón, más la salsa de chile de la casa, no tienen parangón, mas no es obligatorio. No querrá que se acabe.
Lo pongo así, si usted está dispuesto a hacer cola para comer una nueva opción asiática de centro comercial, acérquese a ASIA new kitchen y dele una oportunidad. El ambiente es sumamente juvenil (incluso hay columpios), la música no es invasiva y el servicio hace sentir que se es uno más de la casa. La satisfacción es garantizada.
La carta tiene el ABC que todos conocemos de la comida china, Chow Mein, arroz frito, Chop Suey y Sopa Mein. Pero no dude de que se hará un favor si prueba esta convergencia de sabores, chinos, thailandeses y demás influencias asiáticas. ASIA new kitchen es el mejor embajador de sabores asiáticos que encontrará en Naranjo Mall y algunos kilómetros a a redonda. Una vez lo pruebe, regresará.
