De tarde llegaron, algo temblorosas, sería la primera vez que lo harían. Se los recomendaron por salud, “van a eliminar toxinas del cuerpo, combatir el estreñimiento y hasta prevenir el cáncer”.
Las dos amigas lo meditaron, el procedimiento era una abierta intrusión en sus cuerpos. “Exponernos así, con alguien, fue una decisión bastante difícil”.
Pero, como todo en la vida de estas dos jóvenes, un momento de euforia lo decidió todo. Horas más tarde, Google las había llevado a la dirección y el lugar donde se podrían realizar el procedimiento.
No pasa nada, es seguro
Otras amigas les aseguraron que no dolía y fueron enfáticas en lo bien que se sentirían luego del lavado colónico. La promesa de comodidad y salud, llevaron a Kimy y Cuca a la camilla.
Ahí una joven con bata blanca y guantes de látex, hizo su mejor esfuerzo por hacerlas sentir cómodas.
Primero fue Cuca, pues había sido quien más insistió en que se hicieran el lavado. Acostada, boca arriba, solo podía ver la barbilla de la que en pocos minutos se convertiría en su amiga más cercana.
“No esté nerviosa, esto no duele y necesito que se relaje para obtener mejores resultados”. Pero Cuca, quien desde muy corta edad padece de parcopresis, o la incapacidad de evacuar en baños públicos o cuando otras personas estén cerca, no encontraba la calma.
“Ella me explicó el procedimiento, pero nada se me quedó”. De pronto, la mano de la encargada tomó la manguera que colgaba del depósito blanco, que a decir de la mujer estaba llena con agua de hierbas y minerales. Palabras suaves y reconfortantes buscaban hacer la experiencia menos traumática, pero Cuca solo pensaba en la pena que le daba que alguien viera lo que su cuerpo estaba a punto de expulsar.
De pronto, todo estaba listo, la manguera conectada al dispositivo que había sido insertado en su ano. Y sin más palabras la llave de paso fue abierta para que la extraña mezcla de hierbas bajara.
Una amistad instantánea
Cuca sintió como poco a poco la suspensión que reposaba en lo alto del cuarto, hacia su recorrido por la manguera y se alojaba en sus entrañas. Con movimientos suaves, pero seguidos, la mujer de bata blanca le masajeaba el abdomen.
“Tiene que aflojar, relájese todo saldrá bien”. Los minutos pasaban y Cuca no podía concebir que alguien le viera hacer el acto más íntimo, “evacuar”.
Poco a poco el abdomen se le hinchó y con mucho esfuerzo trataba de cerrar su esfínter para postergar lo impostergable. El agua con hierbas y lo que los expertos estiman que pueden ser hasta 20 libras de desechos estaban por salir.
Finalmente, la incomodidad pudo más que la pena y tras lo que pareció una eternidad, giró la mirada hacia la bata que colgaba en la esquina del pequeño cuarto. Un suspiro y la presión comenzó a bajar.
“Traté de hablar de algo, pero nada que decía tenía coherencia, o así lo creí, quería distraer la atención de la señorita de lo que estaba saliendo de mi cuerpo”. La joven, una profesional, parecía hacerle porras y la motivaba a que siguiera aflojando.
Así Cuca, consiguió lo que hasta hoy considera es la amistad más rápida que ha cultivado. “Me vio en lo peor de mi ser, actuó con normalidad y no pasó nada”.
Después fue el turno de Kimy. “Como te fue?”, Cuca quien quería sacarle provecho a lo vivido, decidió no contar nada y se limitó a decir “la verdad es que demasiado bien”.
Un lavado para prevenir el cáncer colorrectal
La experiencia de Cuca y Kimy es una medida preventiva para reducir la posibilidad de cáncer de colon. Este es el tercer tipo de cáncer más frecuente en el mundo y aparece en las personas luego de los 40 años.
Sin embargo, no se debe abusar de este recurso y es recomendable hacerlo una vez cada seis meses, le recomendó la joven a Cuca. “Si abusa puede acabar con su flora intestinal y tener complicaciones, lejos de beneficios”.
Beneficios de la hidroterapia de colon
• Vaciamiento de residuos
• Desintoxicación
• Desequilibrios
• Desequilibrios de órganos
• Circulación
• Celulitis
• Piel
• Alergias
Y uno de los problemas más frecuentes, de quienes no se hacen lavado colónico, es el cáncer de colon. En los hombres el cáncer de recto es más común, el de colon lo es en las mujeres.
Lo cierto es que estos tipos de cáncer no producen síntomas ni signos, será hasta que la enfermedad haya avanzado que se podrá visibilizar por medio de sangrado o dolores extremos.
Qué puedo cambiar para evitar el cáncer colorrectal
• Sobrepeso u obesidad
• Inactividad física
• Tabaquismo
• Consumo excesivo de alcohol
Que no puedo cambiar para evitar el cáncer colorrectal
• Envejecimiento
• Antecedente personal de cáncer colorrectal
• Antecedente familiar de cáncer colorrectal
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